망명 3: Adaptación 망명

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Narrador: Lee Felix

El chico dejó que apretar mis mejillas, para darme una sonrisa sincera. Yo estaba rojo como un tomate, ¿me había llamado adorable?

- Perdón por eso...- dijo, rascando la nuca.- Me llamó Yeosang.

- Felix.- respondí.

Abrió los ojos, extrañado.

- Pareces un perro con ese collar.- comento.

- Ya, bueno, Hongjoong no me deja sacármelo.- acuse al bajito.

- Agh... ya dejen de hablar de mí, e instálate rápido, tienes una charla con Kam.- dijo, cerrando la puerta.

Pase dentro de la habitación, estaba un poco desastrosa, pero no importó, mi cuarto en la ciudad era casi exacto a este. Había dos camas, una al lado de la otra, un ropero a cada lado, dos mesas para estudiar y una estantería.


En mi lado de la habitación no había nada, ya que yo era nuevo allí y no tenía nada, literalmente. Lo único que había era un peluche encima de la cama, me acerqué y lo tomé. El oso que me regaló mi hermana para mi 10 cumpleaños.

- Tienes que echar de menos tu hogar...- dijo Yeosang a mi lado.

Asentí, y abracé el peluche, oliendo la fragancia a rosas que tenía desde el primer día.

- ¿No tienes nada? ¿Ni ropa ni cosas?- pregunto después de unos segundos.

- No lo sé.- respondí seco.- Creo que ya no me queda nada.

- ¡NO LO DIGAS ASÍ, QUE ME PONES SENSIBLE!- dramatizo, tapándose el rostro.

Reí un poco.- Ya, no llores. No fue tu culpa que esto pasara. Ahora por favor, ¿me puedes llevar abajo? Esto es muy grande. - pedí.

- Sí, vamos.- dijo, ya más calmado.

Deje el peluche donde antes y salimos de la habitación, recorrimos el edificio hasta que llegamos al despacho de ese hombre, otra vez. Yeosang, llamó a la puerta y ese hombre la abrió, tuve que entrar yo solo, cosa que me daba miedo, pero aun así lo hice.


Tenía muchos papeles sobre la mesa, de los que no entendía nada. Muchas palabras raras salían de él, carraspeo un poco y luego me miró, sonriente.

- ¿Te hicieron la prueba, cierto?- pregunto, asentí.- Bien, ahora te haré unas preguntas que tendrás que responder con total sinceridad.- me pidió, volví a asentir.

- ¿Qué notaste cuando te hicieron la prueba?

- Primero me dolía el brazo del pinchazo, empezó a arder. Luego mis cabezas dio vueltas y no sentía mis piernas.- relate.

- ¿Habías sentido antes ese dolor?

- La mañana de la prueba, me dolía la cabeza.

- ¿Tus familiares dieron positivo en la prueba o son exiliados?

- No..

- Bien, llegue a una conclusión.

- ¿Cuál?- pregunte sorprendido e intrigado.

- Diste positivo en la prueba porque seguramente uno de tus ante pasados fue un exiliado. Sobre los síntomas, es totalmente normal que sintieras dolor de cabeza, ya que esa mañana esparcieron una niebla con lo mismo que llevaba la vacuna, pero no tanta cantidad. - explico, recogiendo unos papeles.

- Tengo una duda, ¿qué tengo para ser un exiliado?- pregunte, porque era algo que no me sacaba de la cabeza.

- Si tú no lo sabes todavía, mañana lo descubriremos en los entrenamientos. Ahora puedes ir a tu habitación para asearte antes de ir a cenar.

Me levanté de la silla y me dirigí a mi habitación, ya sabía más o menos donde estaba. Entre dentro y abrí mi ropero, que sorprendentemente estaba lleno de mi ropa. Cogí un par de prendas y me metí a bañar.
¿Cómo es que consiguieron mi ropa? ¿Y mi peluche?

¿Cómo es que consiguieron mi ropa? ¿Y mi peluche?

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Exiliados // HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora