망명 30: Traicion 망명

1.5K 183 47
                                    


Después de comer, hicieron lo normal. Algunos fueron a la biblioteca. Más específicamente, Chan y Seungmin. Algunos paseaban por el castillo, pero muchos habían ido a su habitación para dormir o descansar.

Felix había arrastrado a Hyeongjun a un lado de la habitación. Este lo miraba sin entender nada.

- Tengo que decirte algo.- dijo el pecoso.

- ¿Qué hiciste ahora?

- Creo que... me gusta alguien.- dijo, sonrojado.

Hyeongjun sonrió victorioso, y luego se rio del sonrojo que tenía su amigo.

- ¿De qué te ríes?- pregunto indignado.

- Ya lo sabía.- aseguro.- En serio, se nota mucho que sois cercanos.- sonrió.

- ¿Ya lo sabías?- dijo avergonzado.

- ¿Estás bromeando? ¿He visto como miras a Hwang.- subió sus cejas.- ¿Y bien?

- Aix, cállate.- pidió, dándole en el brazo.- No le he dicho nada, si es eso lo que quieres saber.

- ¿Por qué no le dices que te gusta?

- ¿Y morirme de vergüenza? Gracias, pero no.- rio nervioso.

- Bueno, pues mira...- dijo, señalando una cama, donde estaba sentado Hyunjin.- Se le ve triste. Ves con él, yo tengo que hacer algo. Nos vemos.- se despidió, saliendo de allí.

Felix suspiro con cansancio. Se dirigió a donde estaba el rubio y se sentó a su lado. Este giro su cabeza y lo miro. Una sonrisa apareció en las caras de ambos.

- ¿De qué hablabais tú y Hyeongjun?- pregunto el mayor, curioso.

- Eh, de nada en especial.- dijo, no dándole importancia- Dime, ¿por qué tienes esa cara tan larga?

- No, por nada, no te preocupes.- dijo sonriendo. - Estoy muy cansado por lo de hoy, ¿quieres dormir?

Felix sonrió por su pregunta. Le gustaba mucho dormir con el mayor. Asintió con la cabeza y los dos se estiraron en la cama. Hyunjin cogió a Felix por la cintura, como siempre, y el pequeño apoyo su cabeza en pecho del mayor. Estuvieron un rato en silencio, las respiraciones de ambos eran calmadas. Felix enseguida se quedó dormido, Hyunjin dejo un beso en la frente del pecoso y sonrió con ternura al verlo. Sus cabellos ligeramente revueltos, sus labios un poco rojos y ligeramente abiertos y todas esas pecas en su carita, que le recordaban a la arena de la playa.

- ¿Por qué eres tan lindo e imposible de alcanzar?- se preguntó a sí mismo.

Pero Felix lo escucho. Todo el rato él había estado despierto. Cuando Hwang dijo aquello, en un principio le pareció lindo, pero después extraño. Se acomodó mejor en el pecho del mayor, quedando más cerca el uno del otro, con sus cuerpos pegados.

 Se acomodó mejor en el pecho del mayor, quedando más cerca el uno del otro, con sus cuerpos pegados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narradora: Hwang Yeji

Avanzaba rápido por el pasillo. Había conseguido salir de la enfermería sin que me vieran. Tenía que conseguir llegar hasta la sala de control. No sé cómo, logre llegar hasta la puerta de una sala, que estaba cerrada con llave, pero la abrí de una patada. Sí, era la sala de control. Me enseñaron como hacerlo, así que solo me acerque y entre en el ordenador. Con un par de cosas, delante mío tenía el aviso de abrir la puerta y desactivar las seguridad de aquel sitio.

Programe la hora para las 7 de la mañana. Y salí de allí. Volví a la enfermería como si nada hubiera pasado. Una sonrisa adornaba mi cara.

Pasada la hora, Hyejung y los que quedaban de La Orden, caminaban por el bosque

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasada la hora, Hyejung y los que quedaban de La Orden, caminaban por el bosque. Había muchísimos más jóvenes con poderes con ellos, capturados y criados para algún día tener esta batalla. Algunos hablaban entre ellos sobre cosas al azar, pero los chicos de La Orden permanecían callados.

- ¿Estamos haciendo... lo correcto? - pregunto Wendy no muy segura.

- Si te soy sincero, ya no sé que es lo correcto.-respondió Daehwi.

- Callaos antes de que os oiga ella.- murmuro Soyeon.

- Echo de menos a Park. Que esté hablando todo el rato y siendo un matojo de nervios.- dijo Jungkook, con una sonrisa.

- Espero que esté bien.- deseo Wendy.

- Joder, nos vamos a una guerra y estamos hablando sobre si Serim está bien o no.- protesto Daehwi, molesto.- No quiero ser parte de una guerra.

- Yo tampoco, pero si no lo hacemos ya sabes lo que le pasara a nuestras familias.- dijo Soyeon.- Serim huyo porque era huérfano y no tenía a nadie, pero tienes padres y una hermana, y si haces algo, ella los matará.

Daehwi suspiro con cansancio.
Siguieron caminando toda la tarde, hasta que empezó a oscurecer. Pararon a descansar y se sentaron unos momentos en el suelo. A Wendy se le cerraban los ojos y Jungkook hacía esfuerzos por mantenerla despierta.

- Wendy, si te duermes ella te castigará.- dijo Daewhi.

La chica abrió los ojos, asintiendo cansada. Continuaron su camino durante toda la noche, al final Wendy acabo durmiendo en los brazos de Jungkook, mientras este la llevaba, porque Hyejung no le importo mucho. Empezó a amanecer, y el sol se veía desde donde estaban.

- Faltan dos minutos.- informo Soyeon, nerviosa.

Tenían las vistas hacia un campo donde no había nada, kilómetros de campo verde. Hasta que de la nada, se empezó a escuchar una sirena en la lejanía. Y de pronto se vio a lo lejos a una chica corriendo. Era ella.
Soyeon se encontraba asombrada de que lo hubiera conseguido. Wendy, ya despierta, estaba asombrada, y los dos chicos morían de los nervios por lo que iba a pasar.
La chica llegó hasta los árboles donde estaban todos ellos escondidos, con la respiración agitada. Hyejung le dio un abrazo y la felicito.

- Wendy, por favor llevártela de aquí.- pidió la jefa.

Ella obedeció y las dos se alejaron por entre los árboles hasta estar muy lejos, muy, muy lejos. Wendy se sentía incómoda, ya que no habían hablado. Ella la miro con una sonrisa.

- Hola a ti también, Wendy.- dijo la chica, irónicamente.

- Hola a ti también, Yeji.- respondio con una sonrisa y una risa nerviosas.- Hacía tiempo que no sabía sobre ti.


-

teorías?

Exiliados // HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora