Cuando escucho la puerta siendo abierta, sus instintos se pusieron alerta, sus manos dejaron rápidamente de teclear palabras en su computadora, y acomodándose mejor sus lentes, subió su mirada buscando a la persona intrusa en su cuarto.Al no poder ver nada atraves del pabellón casi transparente de su cama en la cual estaba encerrado justamente para no ser molestado, decidió gatear hasta el comienzo de ella abriéndola de mala gana, pero sus manos quedaron congeladas al momento de empezar a moverlas, sintiendo en el aire un tenue olor familiar, desapercibido para todos...pero no para él.
Mio
Sintió como su lobo se movía inquieto, y con igual de desespero termino de abrir por completo el pabellón encontrandose con el culpable del castigo de sus padres, del arresto del día anterior pero sobre todo el culpable de sentirse como un maldito loco en cada momento, por primera vez sentía que no podía siempre estar conteniendo a su lobo.
Los lindos ojos del pelirrojo se encontraron por fin con los suyos, sacndole un inconciente gruñido de sus labios.
Cosa que al parecer asusto al pelirrojo, por qué ya no lo veía decidido como segundo atrás, ahora una cierta indecisión se reflejaban en sus ojos de color olivo.-yo sólo...y-o-
No escucho más la delicada voz de su Omega, para cuando bajó completamente de la cama se acercó con pasos decididos a su pelirrojo, viendo como este se encogía a medida que llegaba hasta él.
Se detuvo unos centímetros antes, permitiendose examinarlo curioso, el dolor de haber sido rechazo el día de ayer se llenó de amor al ver a su Omega delante suyo, demasiado lindo, fueron las palabras que encontró para describirlo, su atuendo le hacía ver adorable y pequeño, sintiéndose primitivo dio una vuelta alrededor del confuso pelirrojo, deteniéndose de nuevo enfrente de el donde por fin observo el sonrojado y hermoso rostro de su Omega.
-me haces sentir como si fuera un pedazo de carne que pronto comerás-bromeo el pelirrojo tratando de bajar sus nervios.
-es cierto, pronto te comeré solo que de otra manera..... pero más adelante,... aún eres un cachorro bebe-contesto con voz ronca cerca del rostro del pelirrojo, intentando seguir la broma.
Pero lo que obtuvo fue que su jinnie se pusiera colorado hasta las orejas, viéndolo con cierto miedo al rostro, suspiro y sonrió de lado sintiéndose un tonto perverso manchando de esa forma la inocencia de su pelirrojo.
Suficiente tontas hormonas
Negó con su cabeza, y trato de controlar a su lobo junto a sus hormonas que estaban haciendo de las suyas.
-ya era broma, eres muy lindo-
Pego de un solo el cuerpo del chico a su pecho rodeandolo sobreprotectoramente con sus brazos, sintiendo como la hermosa carita de su jinnie buscaba esconderse en su pecho totalmente avergonzado, el por su parte recargo un rato su barbilla en su cabeza disfrutando de la calidez que le brindaba su pequeño Omega, lo bien que se sentía tenerlo en sus brazos de nuevo y sobre todo que el pelirrojo dejara que lo hiciera, lo cual lo hizo dudar si era real pero no quería desaprovechar la oportunidad, aparte de que se había propuesto desde el día de ayer en no dejar que su pelirrojo se siguiera alejando de él.
-caliente...-
-uhm como?-pregunto al no escuchar el leve murbullo de su Omega.
-que siempre me mantienes caliente, estar entre tus brazos me hace sentir calientito..calido...-
Sonrió orgulloso, sintiendo aparte las leves cosquillas que tenía su cuerpo al sentir el cálido aliento del Omega sobre su pecho.
Suspiro feliz, alejándose después de varios segundo- casi gruñendo- del cuerpo del pelirrojo. Con su mano busco revolver sus bonitos cabellos, pero al levantar el leve flequillo que caía en su frente encontró una pequeña curita color morada que lo hizo sobresaltar se.