Parte 31

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*Eric*

Hoy me entraron las ganas de ya estabilizar la relación entre Molly y yo, como casi no teníamos tiempo juntos. Sólo los fines de semana, decidí ir a recogerla a su escuela, haciéndome pasar como su hermano. 

Entré a la escuela y en el pasillo principal estaba una de sus prefectas, candente y deseable por cualquier hombre, menos para mí, obvio. 

Busqué con la mirada a Molly. Era fácil encontrarla porque su belleza es inigualable. Así que fácilmente la encontré: estaba a punto de salir de su salón para irse a otro, pero oh, sorpresa, un maldito puberto la agarró del brazo. No sé qué le está preguntando Bruno pero sí sé qué le está contestando Molly, todo gracias por saber leer los labios. 

Molly aún no me ve, la miro fijamente para que sepa que estoy molesto, estoy molesto porque no está acatando mis órdenes, aún cuando no esté haciendo algo malo. 

Por fin, ya me vio; cómo lo supuse, se quedó pasmada. La miré a mi manera por unos cuantos segundos, hasta que dije que se fuera a su salón. Reaccionó y se fue corriendo. Ojalá se esté imaginando el castigo que tengo para ella. 

Mientras todos entraban a sus clases, yo obtenía mi pase de salida; otra vez estaba la estúpida prefecta. ¿Qué no entiende que no quiero nada con usted, vieja payasa? De seguro está muy necesitada, lástima que no seré yo el que le quite las ganas. 

5 minutos después, vino Molly. Traía su cara agachada; sabía muy bien que iba a recibir un castigo. Agradecí con la cabeza a la prefecta y le dije andando a Molly. Cuando por fin salimos de la escuela; le agarré la mano con fuerza para que supiera todavía más que estaba enojado. La subí al auto y arranqué.


-Me duele mi muñeca- lloriqueó mi bella Molly.

-Eso es una de las cosas que te ganas por portarte mal.- contesté indiferente. 

-Sólo me preguntó mi nombre, lo juro.- respondió asustada. 

-Dime algo que no sepa- reí sarcásticamente. 

Miré a Molly de reojo para saber bien su reacción; lo único que hacía era agarrarse con sus dos manos su entrepierna, mientras respiraba asustada. 

Vaya que me conoce. 

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