Daddy's Girl

Parte 33

10 AM

Anoche Eric me dio el peor castigo que me pude haber imaginado.
Al despertar, estaba desorientada y horriblemente adolorida.
Mi vagina ardía a más no poder.
Aun seguí desnuda, pero Eric no estaba en la cama. Estaba tan agotada que decidí no buscarlo, pero, él vino a mí sin siquiera llamarlo.
Sentí cómo una mano tocaba mi espalda mientras me decía buenos días con un beso.

-Alguien está muy cansada el día de hoy, ¿cierto?- me preguntó Eric mientras me acomodaba para desayunar. Parecía inválida.

-Me irá mal por no ir a la escuela- dije preocupada.

-Tranquila. Saqué un justificante ayer, tiene una validez hasta que yo quiera llevarte a la escuela.

Vi que aun seguía molesto, lo mejor era llevarle la corriente, así que, como pude; le di un beso en la mejilla.
No debí hacerlo.

Eric entendió mal y me devolvió el beso pero en los labios, después bajó a mi cuello mientras apretaba mis senos.

-Eric, por dios. ¿No te bastó con lo que me hiciste anoche?- le pregunté enfadada.

-Anoche fue un castigo, ahora quiero darte placer- contestó- placer, porque eres hermosa- siguió diciendo mientras jadeaba y se acostaba encima de mí- placer, porque nos amamos- comenzó a sacar su pene- placer, porque eres absolutamente mía.

Bien sabía él que me dolía la vagina, y su opción fue hacerme sexo anal. Gran error. Batalló para poder penetrarme, y aparte no era muy agradable.

2 PM

Al final sólo tuvimos sexo oral y se fue a duchar.

4 PM

Me paré de la cama con todo el esfuerzo del mundo para cambiarme, escogí algo perezoso, al fin y al cabo no saldría de casa. Después me fui a la sala y me puse a ver la televisión. Después llegó Eric, me vió y sonrió.

-Saldré unas cuantas horas, ¿te parece bien si te dejo sola?

-No- respondí renegando- no puedo hacer nada. ¿Cómo sobreviviré?

-Oh vamos, cariño. Sólo son unas cuantas horas. Sólo, duérmete y cuando despiertes, estaré aquí.

Le hice caso y me dormí, estaba tan agotada que cerré los ojos instantáneamente.

Horas después...

Escuché cómo forcejeaban la puerta de mi casa, eso me despertó aterrada, quería moverme para correr pero no podía. Entró Eric paniqueado y su ropa estaba manchada.

-Eric, ¿qué pasa?- pregunté asustada.

-Oh corazón. Despertaste- rió nervioso- atropellé a un perro, lo siento mucho. No quería asustarte de esa manera, pero es que verlo morir hizo que entrara en pánico y conduje a la casa lo más rápido posible para que nadie me viera. ¿Estás bien?

-Sí, claro. ¿Tú estás bien?- seguí preguntando.

-Sí- contestó ya tranquilo- me cambiaré y en instantes volveré para hacerte de cenar, para que por fin pasemos tiempo juntos.