Por un lado me sentía aliviada de que mi castigo no fuera tan grave, pero al mismo tiempo estaba enojada porque yo quería más. Yo quería seguir teniendo a papi dentro de mí.
Y se me ocurrió una brillante idea: volteé hacia él con una mirada retadora, y comencé a dedearme. Sentía delicioso meterme los dedos una y otra vez, abría las piernas para que Eric viera todo el espéctaculo para que viniera corriendo a terminar con el asunto; por él solo se limitó a sentarse y a ver.
Después de unos momentos, saqué mis dos dedos llenos de mi jugo y los lamí. No niego que sabía un poco salada, y no entiendo por qué a Eric le gustaba tanto; el hacer eso, hizo que a Eric se le volviera a erectar el pene. No podía dejar de verlo. Se me antojaba muchísimo.
Después comencé a sobarme mi clitorís, ardiendo de placer. No podía parar de gemir, sentía tan rico que no quería que ese momento acabara; mojé mis labios y ya no aguantaba más. Me levanté del sofá y fui con Eric. Ejercí fuerza, porque pensé que de resistiría, pero no, él quitó sus manos y las puso detrás de su cabeza. Yo alocada comencé a bajarle el pantalón y su ropa interior. Tomé al jinete y me subí encima de él.
Quería llorar del placer que sentía en ese momento, me sentía en la gloria. Comencé a saltar para que me penetrara con fuerza; deseaba que se pusiera rudo, como nos gustaba.
Apoyé mis manos en sus piernas y comenzaba a meter y a sacar su pene de mi vagina. Era sumamente excitante.
Hasta que me cansé.
Para mi buena suerte; Eric me tomó y me recargó en su pecho. Me dijo que subiera mis pies en sus piernas y que él hacía todo el trabajo.
Y sí, me acomodé y comenzó a penetrarme muy rudamente.
Comencé a gemir nuevamente como loca, sabía que a Eric le encantaba, en eso, sonó el teléfono.
Me cambió de posición y me puso de gatito, tomó el teléfono, pero antes me dijo: ni un ruido, por favor.
No entendía hasta que sentí nuevamente cómo me penetraba.
Lo estaba haciendo muy rápido y yo quería gemir, pero ya había contestado. Me tapé la boca para no producir algún sonido, pero era muy difícil. Estaba por correrme.
Eric después de unos momentos de contestar preguntó: ¿quién es?. Y se quedó helado. Dejó de penetrarme y se sentó.
Lo miré nuevamente confundida y lo tomé de la mano; la tenía fría.
Colgó sin decir más y me dijo a mí: era mi madre.
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Daddy's Girl
Teen FictionMolly cree en Eric, y piensa que es el amor de su vida y él la cuidará por siempre. Eric cree que Molly es suya y estará con él pese a todo, y a todos. ¿Quién tendrá la razón?