Parte 37

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Hoy, papi me dejó durante unas horas; me dijo que estaría muy ocupado en su trabajo, que no lo molestara. Y así lo hice.
Como estaba muy aburrida; me dispuse a salir al porche de nuestra casa. Eran como las 10 PM, el clima era excelente y habían muchos niños jugando en la calle.
Hasta que me encontré a unos chicos paseándose en una patineta; me paré para ver cómo lo hacían y me llamó la atención.
Me había puesto una falda y unas medias para esperar a Eric; muy mala idea. Los chicos pararon inmediatamente y voltearon a verme. Me sonrieron y comenzaron a avanzar hacia mí.
Oh no, papi me daría un horrible castigo si llegara y viera que estoy con ellos.
Di la vuelta y estaba a punto de abrir la puerta; en eso siento que alguien toca mi hombro, brinqué del susto y volteé; era uno de los chicos de la patineta.

-Eres nueva aquí, ¿verdad?- me preguntó uno de los chicos; castaño, con unos bellos ojos color verde.

-Sí- reí nerviosa- perdón pero, mi papá está esperándome adentro y creo que se enojará por tardar mucho.

-¿Ah, sí? A mí se me hace que estás mintiendo.- contestó el otro chico.

Pasados unos segundos; se me bajó la sangre a los pies al escuchar un auto estacionarse en frente de la casa. Sentía que me desmayaba.
Les grité que se fueran, que no quería suscribirme a sus cochinas revistas. (XD)
Lo bueno es que se fueron y yo me metí a la casa; me senté en la sala y muy nerviosa estuve esperando a Eric.

-Hola, papi- me lancé a Eric en cuanto abrió la puerta. No dejé que hablara y comencé a besarlo. Era la única distracción que tenía, ¿qué podía hacer?
Con el corazón latiéndome horrible, comencé a quitarme las medias y las bragas para llamar más su atención y que no me dijera nada; me recosté en el sofá y abrí las piernas.
No cedió. Maldita sea.

-¿Qué estabas haciendo con esos muchachos?- me dijo enojado.

-Na-nada, papi- estuve a punto de sozollar.

-No te voy a preguntar una vez más, ¿QUÉ ESTABAS HACIENDO CON ESOS MUCHACHOS?

Corrí a abrazarlo y a jurarle que no había hecho nada, que ellos se me acercaron.
Me agarró del cabello.

-¿Ah, sí?, ¿y por qué estás tan asustada?. ¿Temes que te castigue, no es así?

Se sentó en el sofá; se bajó el cierre del pantalón y se sacó el pene.

-Quiero que repitas cincuenta veces "debo obedecer a papi''.

-¿Nada más?- contesté aliviada.

-Por supuesto... Que no. Lo harás, mientras me chupas el pene. Anda.

Pensé que no estaría tan mal. Al fin y al cabo era un buen castigo; Eric me acomodó a su lado, según para masturbarme.
Comencé a lamer su rico pene mientras repetía "debo obedecer a papi". En eso, sentí cómo Eric metía dos de sus dedos a mi vagina. Gustosa, comencé a chupar. Después de unas veinte repeticiones. Eric sacó sus dedos y me dio una dolorosa nalgada.
Sozollé y quise sobarme, pero no me dejó. Sólo me decía que siguiera o la cosa se pondría peor.
Tuve que aguantarme el dolor, pero sólo pude repetir 45 veces la frase; estaba a punto de venirse Eric, no pudo más; me cambió de posición y me penetró de un golpe. Estaba tan mojadita que no sentí dolor, al contrario; gemía gustosa y con una cara de placer, que quería que siguiera.

-M-más, papi- gemí.

-¿Ah, sí?, ¿mi bebé quiere más? Ruégame.

-Papi, por favor. Quiero que me llenes de ti. Papi, por favooorrrr.

Mi ruego sirvió para que Eric me penetrara cada vez mas y más fuerte. Estaba a punto de correrme cuando de la nada dejó de hacerlo. La corrida se me cortó y lo miré confundida.

-Ya terminó tu castigo, querida.

Daddy's GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora