Daddy's Girl

Parte 39

Mi madre llamó; aun seguía viva.  Mi sangre bajó a la cabeza al saber que no había hecho mi trabajo.
Llamaba para decir que apenas había salido del coma, que dónde estaba, que necesitaba una cirugía urgente, que no sabía dónde estaba Adam y papá.
Colgué y miré a mi baby. Todo había acabado.
Se me salieron unas cuantas lágrimas, me habían derrotado por fin. No pude evitar quitarme la máscara cuando estaba haciéndolo. Sé que me miró. Ahora mismo tiene amnesia temporal, pero sé que lo recordará, y yo estaré muerto, y me quitarán a mi pequeña.
Molly me miraba atónita mientras me movía, no podía vocalizar nada, estaba ido, sentía cómo me derrotaban aun cuando todavía no pasaba nada, y sin saber, me desmayé.

Al despertar, estaba en el suelo y mi preciosa Molly estaba llorando, diciéndome que no quería que me pasara algo. Yo sólo le acaricié el cabello mientras recobraba fuerzas. Nos besamos y al terminar, la miré a los ojos, y pude ver en su mirada la esperanza y la valentía que necesitaba.
Ella y yo estaríamos juntos pese a todo y todos.
La abracé con todas mis fuerzas mientras le decía cuánto la amaba.
Ella repetía lo mismo que yo, mientras me acariciaba las mejillas y bajaba a mi barba.
Le tuve que mencionar que tenía que salir.
A mala hora hizo berrinche y me rogó que la llevara, que no quería estar sola tanto tiempo y que el miedo abundaba en ella.

Tenía razón, yo no podía darme el lujo de dejarla sola y a la merced de las personas que querían hacerme daño.
Le hice una simple mochila con algunas de sus cosas, y nos fuimos.

-Quiero que te comportes como mi hija, ¿de acuerdo?- le dije a Molly cuando estábamos por subir al avión.
Molly aparentaba ser más menor de lo que era, y eso, me excitaba mucho. Pero ahora era una arma que podía usar a la perfección. Yo también aparentaba ser muy mayor, pese a tener veintiocho años, aún aparentaba más. Era perfecto, me podría ahorrar unas cuantas preguntas.
Al estar en el avión, me era muy difícil el no hacerle "cariñitos". Molly era tan infantil, tan hermosa, tan especial. Que sentía morir cada que la veía.

Después de unas dos horas de vuelo, por fin el avión aterrizó y cuidé a Molly como debía de hacerlo.
Todavía no tenía bien formulado mi plan, no sabía si ya había recuperado la memoria, no sabía cuánto tiempo nos quedaba juntos.

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Hola, mis queridos lectores.
Siento que ya es un buen momento para ya terminar la historia, pero hay algo dentro de mí diciéndome que siga con mis cochinadas jajaja, ¿ustedes qué dicen?