Parte 32

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*Eric*

Aceleré el auto para alejarnos lo más rápido de su escuela. Llegamos a un callejón que estaba solo y oscuro. Apagué el motor y me estiré un poco.
Molly veía con miedo la ventana mientras aun se agarraba las piernas.
Me acerqué para acomodar su asiento para que Molly estuviera recostada.
Desabroché mi cinturón y me subí encima de ella. La gozaba a más no poder, aun si estaba muy enojado con ella.
Le comencé a besar su bello cuello mientras mi pene se erectaba. Agarré la mano de Molly y la puse en mi entrepierna, encima de mi pantalón. Para que supiera lo que iba a pasar.
La agarré de los hombros y comencé a rozarme con ella. Estaba muy excitado y comencé a jadear, con ganas de destrozarla.

-No quiero hacerlo aquí, Eric. Quiero ir a casa- dijo Molly.
-Preciosa, no estás como para decidir- le respondí mientras le sonreía.

Volví a mi asiento, le bajé sus bragas y metí mis dedos en su húmeda vagina. Molly jadeó y puso su mano en la mía.

-No, Eric. Para. Nos pueden ver- me dijo Molly muy nerviosa.

-Tranquila. Sólo será un momento.

Comenzamos a besarnos. Molly cedió muy fácil. Sé que le gusta que la dedee. Abrió sus piernas para que pudiera meter mejor los dedos.
Acomodé su bello cuerpo encima del mío para que disfrutara un poco más.
Mientras con una mano la masturbaba, con la otra le sobaba su clitorís.
Molly gemía mucho y estaba ardiendo de placer. Pasados unos cinco minutos, como pudo, hizo que parara para ir directo a mi pantalón. La tomé del cabello y le dije que ya pararamos. En la casa seguiríamos con el juego.

Molly se enojó, pero no me importó; arranqué el auto y fuimos a casa.

Tardamos en llegar una media hora y Molly estaba que se moría.
En cuanto llegamos a la cochera se bajó del coche directo a nuestra habitación. La seguí y la encontré desnuda.
En cuanto me vio se puso en mi posición favorita mientras se tocaba sus hermosos senos.

Fui al closet y saqué algunos juguetes que tenía Molly.
Saqué unas esposas y un pañuelo de seda, unas velas, un dildo y un vibrador.
Molly me miró extraño cuando vio todo eso.
Yo sólo seguí y comencé a esposarla a la cama y le amarré el pañuelo para que no viera nada. Cuando estaba inmóvil, reanudé el juego.

Nuevamente comencé a sobarle su clitorís mientras Molly luchaba con su placer.
No aguantó más y tuvo un squirt.
Me hubiera gustado besarla y decirle que hizo un buen trabajo, pero, debía ser estricto con ella.

Estaba tan húmeda que la penetré con fuerza y miré su cara de satisfacción, sus pezones estaban muy erectos y comencé a lamerlos. Molly gemía como nunca mientras yo me meneaba encima de ella.
Saqué mi pene de su vagina y fui directo a su boca. Ella reaccionó al instante comenzó a chuparlo, lo hacía con deseo y se sentía delicioso. Le dije que parara, porque le iba a follar la boca, y así lo hice. Cuando estaba a punto de correrme, saqué mi pene y la volví a penetrar con fuerza mientras le sobaba otra vez su clitorís. Molly solo gemía "ya no puedo más" y se retorcía, hasta que tuvo un maravilloso orgasmo. Me corrí dejándola llena de mi jugo. Llena de mí.

Molly suspiraba complacida y cansada. Pero aún no terminaba la cosa.
Encendí la primera vela y comencé a acercarla a su bello abdomen. La primera gota estaba cayendo.

-¿Qué haces?- gritó.

-No todo es placer, querida.

Su abdomen comenzaba a tornarse rojo, gracias a las gotas de la vela.
Se retorcía incómoda.

Después de hacerla sufrir un buen rato. Tocó utilizar el vibrador.
Abrí un poco sus piernas para poder usarla mejor.

Puse un poco de lubricante en el dildo y se lo metí. Al parecer le dolió un poco porque jadeó de manera diferente.
Encendí el vibrador y lo puse en su clitorís.
Molly gritaba, gemía, se retorcía de placer.
Duramos así una maldita hora. Estaba cansado de verla jadear y no poder penetrarla.
Pero por fin pude conseguir mi objetivo: Molly estaba horriblemente cansada, su clitorís estaba muy hinchado, y su garganta seca.
Así no volverá a la escuela.

Hola chicooosss, ya extrañaba escribir nuevamente mis "ardientes" capítulos. Quisiera poder dejar de hacer escenas calientes pero es que en lo único que pienso es en eso, discúlpenme. Que tengan una buena vida, besos.

Daddy's GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora