Por tu bienestar

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Había pasado una semana desde esa revelación tan dolorosa, semana en que no volvió a conectarse, si no que fue un día antes de irse al sengoku, con un sobre-esfuerzo en su cuerpo, paso el archivó a su consola, sin siquiera comunicarse con ambos hombres, a duras penas pudo corroborar que ellos estaban a salvo dentro del juego, tenían su fortaleza, sistema de alimentos y minerales, pronto acabarían con el juego y si su teoría era correcta, serían libres nuevamente.

Un suspiró lamentable la hizo volver en si, alzo su mirada observando el infinito bosque que le daba la bienvenida, esta vez ni traía su mochila amarilla, si no una pequeña con cosas suficientes para ella, apreto la madera del arco y se adentro, el silencio era abrumador, aunque apenas eran audibles las aves, se sentia un extrañó silencio, silencio que le pasaria una dura factura. Aome lo sabía, no era la primera vez que le ocurría, muchas veces cuándo tenia insomnio, se quedaba despierta mirando el cielo, el silencio era mas que presente y al pasar los minutos comenzaba ese martirio entre la realidad y ilusiones auditivas, en ese tiempo no era un problema porque estaba con su grupo.

Hablando de ello, ¿donde estaban? Desde que siguió a sesshomaru no ha vuelto a saber de ellos, la anciana Kaede le había informado que ese día tuvieron que asistir a un pueblo vecino que era atacado por una marioneta de la araña, no la habían esperado pero estaba agradecida de cierta forma, era raro, en otro momento se hubiese molestado tal vez no estaba en sus mejores momentoa y lo dejo pasar, para que agregarlo a la lista de sus problemas?

-.Aome...

-.que? Quién esta allí?

Un sepulcral silencio la rodeó, a sus alrededores no había nada, la luz se colaba entre las hojas dandole un poco de alivió al vislumbrar la luz, unos pasos tras ella la alertaron, rápidamente se posicionó para un ataque, pero nada ocurrió, no había nadie a su alrededor y estaba segura de lo que su reiki le decía, estaba sola en ese momento.

Unas risas infantiles fueron lo que la pusieron nerviosa, estaba pasando y no hizo nada para evitarlo, su mente estaba reproduciendo sonidos o recuerdos guardados en su subconsciente para llenar el silencio a su alrededor, de pasos a risas ahora se reproducia una suave melodía que opacaba los sonidos naturales, su mente la traicionó, estaba sorda, no podía distinguir la realidad de su ilusion y era peligroso, respirando profundamente se giró para correr lo mas lejos de allí, buscando un prado o zona despejada de árboles se sentiría más segura.

Pov Aome

Odio esto, lo odio!! Porque me haces esto!? Porque!? Deten esas ilusiones...
Vamos Aome debes ser capaz de controlar tu propia mente!!

-. Pero y si no quieres detenerlo?

-. Silencio!! No eres real!! Desaparece!!

-.Aome, porque me rechazas?

-.porque se que me harás daño!!

Y ese fue mi error, el haberle contestado a esa inexistente voz, mis pulmones ardían así que me detuve apoyandome en un árbol mientras jadeaba, temblaba ligeramente, por cansancio o tal vez miedo, odio cuándo mi propio cuerpo me traiciona...

-. Eso tiene una respuesta simple.

-. ...

-. Parte de tu cerebro quiere llenar ese vacío.

Que vacío? El de sentirme sola? No es una mentira es una verdad que he aceptado entonces porqué me torturo de esta forma? Que ganó yo con esto? Pronto mi visión se volvió borrosa por las lágrimas, debia descansar, asi que simplemente me deje caer y abracé mi mochila, necesitaba de alguien para apoyarme, que me abrazara y dijera que todo estaría bien que él/ella estaría para mi.

Tres vidas para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora