La primera noche, las cosas no salieron muy bien para Ander y Min.
Cuando salieron de camino a cumplir "su misión", fue más complicado de lo que imaginaban. No sólo por el hecho de que desconocían la gran mayoría de todo lo que había a su alrededor, a pesar de haberlas estudiado, sino porque aunque tenían un elemento esencial para llevarla a cabo, este no parecía funcionar muy bien en el lugar donde se encontraban.
Se trataba de una brújula, pero no era una común y corriente. Esta funcionaba gracias al poder de estabilidad y lucidez del Lapislázuli, un fragmento de material duro de color azul.
El Lapislázuli podía guiarte hasta aquello que buscabas de forma precisa, sin errores, pero lamentablemente esta vez no fue así.Min guiaba a su amigo con aquel pequeño objeto, redondo y gris que llevaba el Lapislázuli en el centro. Siguiendo el trayecto que les marcaba la brújula, se suponía debían encontrar el "Ámbar" otro fragmento de material duro, pero que a diferencia de la Lapislázuli este podría ayudarlos a mantener su forma humana. Lamentablemente la brújula sólo los llevó a los Bosques de Palermo.
Esa noche hacía mucho frío y el cielo estaba relampagueando.
—Espero encontremos el "Ámbar".—dijo seriamente Ander mientras seguía a su amigo.
—Posiblemente se encuentra en algún lugar parecido a un río o algo así. —habló Min mientras miraba a su alrededor —.Creo recordar que por aquí hay una laguna según los mapas. —Agregó.
—ÓJala esté ahí, no quisiera pasarme el día encerrado. —se quejó Ander y ambos escucharon un fuerte trueno, seguido de este comenzó a llover.
Min, quien tenía la brújula en su mano izquierda -por ser zurdo- pudo ver cómo la aguja de esta comenzó a girar con velocidad.
—¡Esto es genial! —decía Ander mientras miraba hacia el cielo, extendiendo sus brazos, dejando que la lluvia le refrescara el rostro y empapara todo su cuerpo sin percatarse de lo que su amigo estaba viendo.
—Ander, creo que tenemos un problema.—dijo Min sin dejar de observar los extraños movimientos de la brújula que seguía sin detenerse.
Ander miró a su amigo quien estaba de pie sin moverse.
—¿Me vas a decir que los humanos no se dejan empapar por la lluvia y por eso deberíamos regresar?—preguntó con algo de fastidio, pues la regla era comportarse lo más humanamente posible.
—No, mira esto. —respondió mientras le enseñaba la brújula.
Ander se acercó al más bajo, observó frunciendo el ceño la brújula y le pareció algo realmente extraño. Aquel objeto no podía estar comportándose de aquella manera debido a la influencia del Lapislázuli.
—Creo que lo rompí. —expresó Min algo apenado y sintió como Ander posaba su mano en su hombro.
—No la has roto. —le dijo mirándolo, mientras el agua de la lluvia le empapaba a ambos —. A lo mejor las propiedades de la lluvia causan algún efecto secundario en el Lapislázuli. —agregó y le dedicó una pequeña sonrisa a su amigo.
—Entonces, deberíamos regresar y buscar el Ámbar mañana. —Propuso el asiático mientras dejaba de llover y la aguja de la brújula se iba deteniendo.
—No, eso sí que no. — Ander se cruzó de brazos. No estaba dispuesto a regresar con las manos vacias después del largo camino que recorrieron.
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AMATISTA (Editando)
FantasyLa amatista, la Esmeralda, el Cuarzo rosado, la Aguamarina, el Jade, la Obsidiana, la Hematita, el Ámbar y por último la Fluorita. Todos fragmentos de minerales duro que se usaron para abrir un portal entre dos mundos. La realidad en la que vivimos...