Acurrucada entre brazos ajenos, con su cabeza apoyada sobre el torso del castaño, se encontraba Crystal.
La joven abrió lentamente sus ojos al oír el cantar de algunas aves. Lo primero que vio fue la claridad de la habitación, ya era de día.
Se separó de Ethan con cuidado, no quería despertarlo, tomó el celular del chico para ver la hora, pero estaba apagado. Soltó un leve suspiro y se puso de pie. Acomodó un poco su ropa y cabello.
«Se ve tan pacífico» pensó observando al chico de cabellos medianamente largos y castaños que permanecía dormido.
Un cosquilleo invadió su interior al recordar el beso de la noche anterior. Cubrió su rostro con ambas manos, avergonzada y luego chilló por lo bajo entre pequeñas risitas, nerviosa, no podía creer lo que pasó y se sentía feliz, pero a la vez algo tonta por comportarse como una niña.
Al poco tiempo recobró su postura seria, tenía algo que hacer y no podía quedarse allí por más que una parte de ella lo deseara con fuerzas. Lo mejor era marcharse y regresar lo más pronto posible para que Ethan no notará su ausencia.
Con sus manos sostuvo el jade que colgaba de su collar y se marchó.
Ethan estiró, algo adormecido, sus brazos y sonrió amplió. Al abrir sus ojos se decepcionó un poco al no ver al ser mágico.
Se levantó de la cama y con su mano acomodó un poco su cabellera, uso su tacto para encontrar su celular, pero lo dejó al ver que no tenía batería. Salió de la habitación y buscó a la chica por el pequeño apartamento. No parecía estar ahí.
De alguna manera supuso que ella regresaría pronto, después de todo hoy tenían una tarea como equipo.
Caminó hacia el baño dispuesto a darse una ducha. Se retiró la ropa que traía encima dejando al descubierto su torso, no muy trabajado a pesar de tener buenos brazos, y se metió a bañar.
Se tomó ese tiempo para pensar en todo lo que pasó hasta ahora. Sobre todo en aquel momento junto a Crystal. Él estaba muy feliz y no podía evitar sonreír de sólo recordarlo.
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—Tarde.
Exclamó Liam mientras limpiaba con un pañuelo de franela su espada.
Crystal había aparecido justo frente a él.
—¿Dónde está Elián?
Preguntó la joven ignorando la advertencia del mayor de los hermanos B.
Liam apartó la mirada de su espada y la posó en la figura delgada del ser mágico.
—Estaría aquí si no hubieras llegado tan tarde.
Respondió el chico con desagrado.
Crystal se cruzó de brazos y desvió su vista hacia los alrededores buscando a Elián, intentaba mantener la calma.
Fue en ese instante que se hizo presente la mujer de cabellos largos y oscuros, vestida de negro.
—Un ser del jade.
Exclamó posando ambas manos en su propia cintura, observando a Crystal.
—Un asqueroso Cordewa.
Habló Crystal al percatarse de la nueva presencia en el lugar.
Se encontraban en los Bosques de Palermo, junto a un par de árboles. No había mucha gente, eran aproximadamente las siete de la mañana de un domingo. Apenas unas poquitas personas comenzaban a llegar y otras aprovechaban la madrugada para ejercitarse o salir a correr.
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AMATISTA (Editando)
FantasyLa amatista, la Esmeralda, el Cuarzo rosado, la Aguamarina, el Jade, la Obsidiana, la Hematita, el Ámbar y por último la Fluorita. Todos fragmentos de minerales duro que se usaron para abrir un portal entre dos mundos. La realidad en la que vivimos...