Capítulo 26: Más que humanos

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No fue mucho tiempo el transcurrido desde el momento en que los hermanos B abandonaron la vivienda de Ámbar, pero el mayor notaba algo inusual en el contrario ¿Por qué? Estaba muy callado y con todos los recientes acontecimientos vividos, gracias a Ander Radomsky, lo normal sería que se estuviera quejando o presumiendo las ventajas que tiene contra él. 

Y no, esta vez no era así. Elián se veía serio y pensativo. Liam comenzaba a inquietarse.

Llegaron a un viejo almacén, donde solían quedarse algunas noches, y al entrar al sitio el mayor se paró frente a su hermano menor.

—¿Qué pasa contigo? —preguntó Liam mientras llevaba ambas manos a sus propias caderas y no apartaba la vista de Elián.

El joven de cabellos rubios cenizas observó de reojo a su hermano y lo hizo a un lado con un leve empujón, dirigiéndose hasta el colchón cubierto de una sábana azul que había en una esquina del casi vacío almacén. 

Se trataba de un espacio acogedor, con una pequeña mesa de madera con dos sillas cerca de la entrada principal y dos colchones con el mismo juego de sábanas, uno en cada esquina del lugar.  Las paredes eran blancas, aunque algo desgastadas, las ventanas estaban cubiertas de papel de diario, la puerta algo oxidada y el piso estaba cubierto de desgastadas cerámicas grises. 

—No sé de qué hablas. —respondió Elián echándose en el colchón, no sin antes dejar sus armas al alcance.

—Estuviste todo el rato muy callado. —reprochó el mayor. —Y no es que no me haga feliz, pero siento que algo ocurrió. —agregó intentando no ser muy directo.

La realidad era que Liam detestaba a Crystal y como tal no quería saber nada con encuentros amorosos entre esos dos. Estaba enterado de que la joven le hizo algo a su hermano, desde aquella noche en que los tres hablaron con Radomsky notó que Elián hablaba más de la misión del Clan que de la chica, lo cual era muy inusual. 

El mayor de los B sospechaba de los sentimientos que su hermano poseía hacía el ser mágico del Jade y no es que le molestaba, simplemente no le parecía una mujer digna para él. 

Con el correr de los días notó que la relación entre ambos iba creciendo y eso le resultaba asqueroso.

 Se enteró de la promesa que Radomsky había realizado ante el padre de Crystal, pero le restó importancia. 

Pasaron los días y comenzó a sentirse un poco inferior a su hermanito que cada día iba mejorando en sus habilidades y ganándose el cariño del señor Erik Radomsky. 

Liam amaba a su hermano, desde niños juró protegerlo y así lo hizo durante mucho tiempo, pero no podía evitar sentir celos cuando oía la cantidad de maravillas que el gran demonio decía sobre él. 

El día que asignaron a Elián como uno de los líderes le hirvió la sangre, estaba decepcionado de sí mismo por no ser lo suficientemente inteligente y hábil para obtener el puesto, pero sabía que su hermano se ganó el lugar con honor y habilidad por lo que intentó mantener la calma. Lamentablemente no le duró mucho, ya que el resto del Clan Bestial comenzó con comentarios acerca de cómo su hermano menor lo superó en todo, ni hablar de los demonios -especialmente los vampiros- quienes se burlaron de él por tener que obedecer a su hermanito. 

Cuando les dieron la misión de eliminar a Ethan Blud y le asignaron el mando a Elián no pudo más. Aprovechando que hacía semanas que confirmó la relación amorosa que había entre sus dos compañeros y cegado por la rabia fue con el cuento al señor Radomsky. 

Liam pensó que de esta manera el gran demonio  le arrebataría el puesto a su hermano y se lo daría a él, pero no, nada pasó. 

Luego cuando volvió a ver a sus compañeros los notó algo distantes, Crystal se veía más seria de lo que normalmente solía estar y Elián no paraba de hablar sobre la misión. Al principio no le pareció raro, pero con el correr de los días en Buenos Aires notó que su hermano jamás hablaba de Crystal si no era por la misión. 

AMATISTA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora