Capítulo 17: El Cuarzo Rosado

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Junto a la laguna de los Bosques de Palermo, acompañados de varios patos y gansos merodeando por la zona, pasaron horas los cuatro jóvenes. Buscaban la piedra del ámbar, motivados en una esperanza de hallar la manera de ayudar a un mundo completamente diferente, por un lado Ámbar junto a Crystal, ésta última fascinada con las aves, y por otro Ethan junto a Darién. 

Desde el extremo donde los chicos buscaban hallar el material de resina amarilla podían ver a las dos chicas, del otro lado de la laguna. Pese a la concentración del colorado, Ethan se hallaba totalmente distraído y no despegaba la mirada del ser mágico del jade. 

El joven de ojos cafés miraba a la chica y le sorprendía su manera de emocionarse con algo tan simple como un ave. Podía ver su rostro sonriendo con admiración hacia ellos y eso provocaba que él también sonriera.

Pasados unos minutos, las chicas estaban algo resignadas. Crystal se cruzó de brazos y se detuvo, llamando la atención de la rubia. 

—¿Qué sucede?

Preguntó Ámbar.

—Realmente este es un mal plan. 

Contestó Crystal, intentando que su nueva amiga comprendiera que sólo perdían el tiempo.

Si querían realmente hacer algo, debían buscar otra manera.

—Pero tenemos que encontrar las piedras. De lo contrario ¿Cómo ayudamos a tu mundo?

Persistió, la rubia.

—Con un plan para detener a los demonios que vinieron aquí.

Respondió de pocas ganas, Crystal.

—El plan es encontrar las piedras antes que ellos.

Le recordó Ámbar, hablando en tono frío y serio.

Se sentía algo decepcionada, realmente esperaba que un ser mágico fuera más positivo y no que se rindiera tan rápido. De alguna manera, la rubia la veía como una especie de ángel guardián de las piedra, pero ambas jóvenes se sintieron algo molestas. La actitud negativa del ser mágico le chocaba a Ámbar, le daba algo de desconfianza y allí regresaba Ander, con sus tantos intentos de que no creyera en ella, a su mente. A su vez, Crystal se sentía fastidiada con la actitud tan inocente de todos esos jóvenes. Sí, ella también quería encontrar las piedras, pero estaba convencida de que no era la forma. 

—Algo ocurre.

Dijo Ethan, del otro lado de la laguna al ver a las dos mujeres del grupo. Desde su perspectiva parecían estar en medio de una discusión.

—¿Qué?

Preguntó con curiosidad, Darién. Levantando su mirada hacia donde miraba su amigo.

Los chicos veían lo que hacían ambas jóvenes. Crystal estaba de brazos cruzados sin moverse y Ámbar parecía intentar seguir con su camino, pero al voltear y ver a la chica de cabellos grises aún sin moverse regresaba hasta ésta, molesta.

—¡Sólo ayudános!

Pidió Ámbar, intentando no perder la calma.

—Me estás pidiendo que los ayude a perder el tiempo.

Reprochó el ser mágico.

—Entonces decinos qué hacer.

Contestó la rubia, con tono irónico.

AMATISTA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora