Capítulo 32: Un héroe

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"Él es un héroe" solía pensar el joven Radomsky acerca de su padre.

El más poderoso y temible de los demonios. Un antiguo vampiro que ahora poseía el poder de otros seres del Mundo Amatista y que a medida que pasaba el tiempo obtenía todo lo que planeaba, desde tierras hasta aliados.

No sólo había logrado obtener demonios de su lado, sino también seres mágicos. Además estaba seguro de que algún día él y sus compañeros vampiros, serían los dueños de todo el Mundo.

A su vez poseía esclavos, pero eso era algo que su hijo, Ander, no supo hasta llegar a una edad donde comenzaba a tener sus propias ideas y pensamientos.

La infancia del joven vampiro fue de las mejores. Su madre era una mujer muy apasionada, que creía ciegamente en el poder de los seres Amatistas, los admiraba porque eso hacía su padre.
Él le contaba siempre sobre las leyendas de los seres Amatistas y a ella le fascinaba.
Pese a que Ander era muy pequeño, su madre le solía hablar de todo aquello que tanto amaba.
Por otro lado, su padre también lo cuidó de la mejor manera posible y estaba muy orgulloso de tener un hijo tan valiente.

Todo cambió cuando Yazmí murió. Asesinada por un demonio, aunque nadie le dijo la verdad al pequeño Ander. Lo único que escuchó fue un "mamá ya no despertará".

La sorpresiva e inesperada muerte de su madre, le afectó mucho. Ander dejó de ser el pequeño vampiro divertido, carismático y valiente; se cerró a todos los vampiros, no hablaba con nadie y hasta le costaba dormir. En esa época no conocía acerca de la muerte y por ello, cada noche, temía ya no despertar y dejar sólo a su padre.

Con el tiempo mejoró, precisamente la vez que  Min llegó a su vida. Se volvieron muy amigos y paso a paso fue recuperando su valentía, carisma y fuerza. Sus temores también se alejaron, gracias al apoyo incondicional de Min que lo alentaba a ya no temer.

Ander vivió el resto de su vida viendo como su padre intentaba ser el demonio mas poderoso de todos, pero el pasaba de esos asuntos. Al crecer entendió que su madre estaba muerta, aunque nunca supo la razón, motivo por el que sólo había una cosa que le interesaba. Saber por qué su bella madre ya no despertó.

Con Min descubrieron que en la zona montañosa, allí donde sólo habitan las despiadadas brujas Adze, existía un ser ordinario con la habilidad de controlar el Aguamarina.
La información se las otorgó un miembro del Clan Bestial, Joel L, quien era un buen aliado de su padre y se encargaba  de ayudarlos a descubrir la muerte de su madre.

Al principio dudaron de la veracidad de aquella información, pues se suponía que todo ser manipulador de los fragmentos ya no existía porque la mayoría fueron asesinados por Radomsky y convertidos en esclavos o incluso en vampiros. Un ejemplo era Min.

Pese a eso, los jóvenes se dirigieron a dicho lugar. Hasta ahora este ser era el único que podía darle respuestas. Ander no desperdiciaría aquella oportunidad.

Según dicen, el berilo azul verdoso te permitía ver lo que él desea que veas. Podría ser el futuro o el pasado.

Cuando encontraron a este ser, no fue difícil obtener su ayuda. Se trataba de un anciano muy amable, que vivía oculto por protección.
Llevaba en soledad muchos años. La visita de dos vampiros no era de las mejores, pero al menos ya no se sentiría tan solo.

El hombre, de tan alegre y emotivo que se encontraba, les agradeció por la compañía y manipuló un pequeño fragmento del Aguamarina para permitirle al joven Radomsky saber la verdad.

Ander estaba nervioso, no sabía con qué podría encontrarse, pero al tener el Aguamarina en sus manos anhelo con cada parte de su alma, saber qué pasó con  su mamá.

AMATISTA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora