AMATISTA (Editando)

Capítulo 29: En busca de los fragmentos (parte 1)

Min y Ander estaban a punto de salir a la calle en busca del Bajang, que se topó con Ethan Blud, cuando el ser mágico del Jade apareció frente a ellos, impidiéndole el paso.

Ander giró sus ojos con fastidio al verla ante ellos.

La joven de ojos celestes peinó un poco su cabello con sus manos y luego guió toda su atención a ambos vampiros.

—El grupo se reunirá en los Bosques. —comentó en tono dulce y algo chillón. 

—¿Para qué? —preguntó de forma grosera Ander. 

Notaba perfectamente que ese tono de voz en la joven era totalmente falso. El típico de una chica que busca fingir ternura y amabilidad para agradarle a todos.

—Al parecer Dana tiene algo importante que decirnos. —respondió usando el mismo tono amable, de antes, Crystal.

—Probablemente sea una mentira. —dijo Ander cruzándose de brazos.

Min observaba a ambos en silencio, prestando atención a lo que ocurría.

—¡Supéralo, Ander! —exclamó el ser mágico, pero esta vez con su verdadero tono de voz. El que no era para nada dulce. 

Min abrió grande su boca ante la sorpresa, ese comentario definitivamente le caería mal a su amigo.

—Dana fue manipulada por un demonio, lo que menos buscaba era herir tu "aparentemente frágil corazón". —añadió pronunciando con algo de burla sus tres últimas palabras, formando un puchero triste con sus labios.

Al vampiro de cabellos oscuros le hirvió la sangre al oírla, realmente la detestaba y que se burlara así de él no era la mejor de las ideas. 

No sé consideraba alguien frágil, pero la lealtad era importante para él y claramente no podía dejar de considerar el obrar de Dana como una traición.

—¡Suficiente! —decidió intervenir Min, colocándose en medio de ambos. —Ander...—dijo, notando la siniestra y furiosa mirada de su mejor amigo. —..¿por qué mejor no vamos con Ethan? —siguió hablando, aunque algo temeroso.

—Sí, sólo vine a buscarlos para eso. —dijo Crystal cruzándose de brazos.

—Bien. Llévanos. —ordenó Min tomando el mando, mientras Ander seguía intentando controlarse para no arrancarle el corazón al ser del jade.

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—¡Dana! ¡Darién! —exclamaba Ethan, extendiendo sus brazos para que pudieran verlo.

Venía junto a Ámbar y apenas llegaban al puente del Rosedal, un bello y largo camino de baldosas con varias columnas blancas, el cual atravesaba la gran laguna de Palermo. 

Dana y Darién les esperaban en el centro de este. 

—Al fin llegan. —dijo la rizada y luego buscó a Ander con la mirada. —¿Y los vampiros? —dijo en un tono más bajo. 

Otras personas también se encontraban en aquel sitio, tomándose fotos o mirando la bonita vista. 

—Crystal fue a buscarlos. —respondió Ámbar. —¿Qué pasó? —agregó con impaciencia por saber.

—Si van a venir, prefiero esperarlos. —habló nuevamente Dana.

Ethan recargo ligeramente su espalda sobre el barandal del puente, junto a una de las columnas. 

—Creí que era urgente. —comentó algo decepcionado mientras se encogía de hombros y Dana soltó un bufido.

—¡Lo es! —dijo a los gritos. —Esta bien, les voy a decir qué pasó. —agregó para que la tomarán en serio.