* 5. Historias pasadas *

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NARRA ALI

Después de que Daniel me metiera en el probador y de que empezara a jugar con mi piel y provocándome con sus roces, el no poder manifestar mi placer cada vez me ponía más caliente.

- Ahh nena, pero mira que mojadita está ya

- Mmm

- Eso nena, te gusta verdad - me susurró el al oído.

NARRA DANIEL

Seguí con mis caricias hasta que llegué a su intimidad y después introduje dos dedos en su interior, la besé intensamente cuando noté que iba a gemir en voz alta.

- Hasta aquí bizcochito ahora te llevaras el primer vestido negro y el dorado, además del blanco, pero este sólo lo usarás en la habitación cuando estés conmigo o en casa - le dije aún siguiendo con el vaivén de mis dedos. - ¿entendido bizcochito? - continúe aumentando la velocidad.

Ella no respondió verbalmente, pero asintió como respuesta, para luego morderse el labio viendo como estaba aguantándose el no gemir para que no nos escucharan.

- Para la cena mejor ponte el negro es elegante y sencillo, ahora saldré para pagarlos. - dije sacando los dedos de su interior y no dejándola venirse.

- ¿Cómo?, no, espera no puedes dejarme así - dijo ella jadeante.

- Claro que puedo es lo que haré nena si necesitas más tarde terminamos. - Tomé un pañuelo de mi bolsillo para limpiarme los dedos mientras salía fuera del probador con los vestidos para pagarlos.

Cuando terminé salí al parking en dirección al coche y la esperé fuera de este, pensando en lo que acababa de suceder en la tienda sacándome una sonrisa por lo que recordé, nunca antes había hecho nada parecido, pero Ali, mi bizcochito me vuelve loco.

NARRA ALI

Cuando salió para pagar me quedé en el probador recomponiéndome, para que luego la chica de la tienda llegara para darme el vestido negro y decirme que "mi marido" le dijo que me lo cambiara ahí. La agradecí dedicándola una sonrisa. Mientras me cambiaba pensé en como devolverle a Daniel lo que me hizo, entonces al cambiarme salí y me dirigí a los baños y luego ya salí hacia el coche.

- Guau, estas preciosa nena - me dijo Daniel cuando me acercaba al coche. Sintiendo más miradas sobre mí.

- Bueno pues como le dijo a la dependienta ya me cambié señor - dije de forma burlesca - y una cosa cierra ya la boca que se te cae la baba - terminé giñándole un ojo para luego adentrarme al coche.

- Jaja, es en serio Ali sigues jugando con fuego ehhh, me parece a mí que te quiere quemar y bastante. - Sonreí apenas y ya Daniel había encendido el motor para encaminarnos para cenar. - Por aquí nena - dijo cuando llegamos al restaurante.

El lugar era hermoso, de verdad se involucró bastante en elegirlo, tenía un aire elegante pero a la vez casual. Cuando nos sentamos un camarero se acercó para entregarnos los menús y nos explicó que para ordenar deberíamos presionar un botón situado en la mesa, para poder avisar a que alguien viniera a atendernos al reservado.

- Hablemos un poco sobre nosotros, porque a pesar de todo el tiempo que hemos estado juntos se poco de ti.

Estuvimos un rato conversando de nuestros gustos, hobbies y demás. Por lo que aproveché el momento para vengarme por lo del probador...acerqué más mi silla y deslicé lentamente mi mano sobre el interior de su muslo, para luego ir subiendo hacia su entrepierna.

- Ali vas a quemarte te advierto no comiences algo que no vas a poder acabar.

- Y quien ha dicho que no se podrá acabar y si eso es lo que quiero que pase, ¿ehhh? - reí a medida que me acercaba más hacia su cuello para luego besarlo.

Dulce venganza decían ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora