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Yoongi se encontraba en la puerta, discutiendo con el sirviente que le abrió la puerta. —necesito entrar ya.—

—necesito llamar al jóven Park, permítame.— respondió tratando de cerrar la puerta por quinta vez.

Min volvió a detenerla. —voy a pasar.— la aventó y entró a la fuerza.

¡ésto es ilegal!— El sirviente se apartó.

—no es la primer cosa ilegal que hago, no tienes de que preocuparte.— Yoongi caminó al centro del gran salón de entrada, miró a ambos lados. —¿dónde está Jimin?— puso ambas manos en su cadera.

Por temor a lo enojado que lucía, el sirviente señaló el cuarto de la izquierda, donde estaba el comedor en el que desayunaban.

Yoongi enseguida fue aquel cuarto, a interrumpir, aventando la puerta pasó sin previo aviso.

—¿Yoongi?— Jimin al verlo, confundido al igual que los demás.

Pero él se le dejó ir sin dudar a Jimin, sosteniendo su camisa con ambos puños. —mi Zenvo es lo más importante para mí y te metiste con él, patearé tan fuerte tu trasero que no podrás sentarte en una semana.—

Jimin tenía su rostro a centímetros, no dijo nada sólo tenía las cejas alzadas.

Había silencio de lo incómodo que era, por la presencia de la madre de Jin, sobre todo.—¿Jimin?— dijo ella, confundida.

Yoongi volteó a ver de quién provenía la voz,  claramente era una señora, primeramente creyó que era su madre. Soltó a Jimin —tienes suerte de que no peleo enfrente de señoras.— dió pequeños toques en su camisa para quitar las arrugas que había creado con sus puños.

Con esa declaración, se dió la vuelta y salió de la habitación, dispuesto a irse.

Jimin miró a los demás en la mesa, que con la mirada aún preguntaban sobre lo que acababa de pasar pero él se levantó de un brinco de su asiento. —disculpen.— salió y fue tras él.

—¡Yoongi!— lo alcanzó cuando iba abriendo la puerta de la entrada, para salir.

—¿qué?— se dió la vuelta para escucharlo.

—pagaré para que laven tu auto.— Jimin sorpresivamente sonó amable, incluso cuando minutos atrás Yoongi lo quería golpear.

—no quiero eso, lo lavarás tú mismo, aún me perteneces.— se cruzó de brazos, serio.

—¿yo? pero ayer me dejaste ir, libre.— se abrió de brazos.

Yoongi se rió un poco burlón, dió dos pasos hacia adelante, quedando cerca de él, de nuevo. Sólo para decir; —ayer dije que podías irte de la fiesta, nunca dije que cancelaba el trato, sigues siendo mío.—

Jimin pasó saliva, algo nervioso y se hizo hacia atrás, después de sentir eso en su estómago, respondió; —no te acerques así.—

Yoongi giró los ojos, sin darle importancia a aquello. —lavarás mi auto, ahora.—

Park suspiró. —bueno, ¿puedes esperar a que la madre de Jin se vaya?—

—no, tengo cosas que hacer.—

por favor.— Jimin sólo pudo decir eso, se dió cuenta de lo que dijo, sorprendido de su propia actitud ante él.

Yoongi levantó las cejas, jamás esperó escuchar un por favor de su parte, además de mostrar vulnerabilidad al hablar. —está bien, pero ¿qué esperas que haga mientras te espero?—

Racing illegal【BTS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora