Still loving you

Pecas

Adrien mantenía la cabeza baja, y solo elevaba la mirada lo mínimo imprescindible para comprobar cómo el rostro de Kagami iba enrojeciendo progresivamente, en la misma medida en la que iba aumentando su indignación al escucharlo hablar.

Echó otro vistazo rápido. La japonesa lo observaba con los labios fruncidos en un mohín de disgusto. Se fijó en que sus suaves pecas resaltaban en la faz encendida, y tuvo que reprimir un suspiro cuando la imagen de otra linda naricilla pecosa se coló entre sus pensamientos. Eso lo hizo terminar de perder el hilo hasta que sus palabras se convirtieron en un balbuceo ininteligible. Tomó un sorbo de zumo tratando de recuperar la voz.

--Entonces, déjame hacer balance de lo que me has dicho, o medio dicho, o intentado decir --intervino Kagami, que jugueteaba con las manos frente a ella, uniendo y separando los índices con gesto maquinal--. Te parezco preciosa, interesante, inteligente, te encanta estar conmigo y te gusto de verdad. Pero quieres que rompamos, porque te parece que esto no está funcionando bien.

Adrien asintió, consciente de lo ridículo que sonaba su discurso. Realmente odiaba ese tipo de situaciones: le dolía en el alma hacerle daño a la japonesa, y una parte de su mente le impelía a retractarse, disculparse y seguir adelante. Después de todo, lo que tenía con ella no estaba nada mal...

Solo que tampoco estaba bien. Y Adrien era consciente de que si le daba una patada hacia delante al problema, no tardaría en volver a encontrarlo en su camino, convertido en una bola todavía mayor.

--Estarás mejor con alguien que sepa quererte como mereces. Y, lamentablemente, creo que ese alguien no soy yo --apretó los dientes al terminar, con una fuerte sensación de vacío en la boca del estómago.

--Es por ella, ¿verdad? --hizo un gesto para que le permitiera continuar al adivinar su intención de interrumpirla, y siguió hilando su discurso con voz dura--. Sigues sin poder avanzar, mirándola con adoración cuando tropieza con sus propios pies, arrastrándote para robar un momento a tu agenda solo para estar en el mismo lugar donde ella se besuquea con su novio, al que te recuerdo que ha elegido sobre ti --meneó la cabeza, irritada, como si realmente se esforzara en entender tamaña estupidez--. Mira, a mí también me parece una chica adorable; ¡pero tú has perdido totalmente los papeles! Supongo que eres consciente de que no te pienso rogar. Ya volverás cuando te arrepientas; pero no esperes encontrarme esperándote en el mismo lugar cuando eso ocurra.

--Lo siento mucho, Kagami. De verdad. Nunca he pretendido hacerte daño --murmuró Adrien.

--Lo sé. En realidad, pienso a es a ti mismo a quien más daño te haces con esto. Y también harías bien en recordar que hay más corazones implicados en el asunto.

--Muchas gracias por comprenderme --se limitó a responder él. Por supuesto que era consciente de lo que le decía, pensó.

Ella enarcó una ceja, mientras un brillo peligroso iluminaba su mirada.

--Ya me desquitaré haciéndote papilla la semana que viene en esgrima.

--¿La próxima semana? Hum, me temo que no nos veremos allí: tengo sesión de fotos.

--¿Para la colección primavera verano? --se interesó Kagami, enarcando una ceja.

Adrien se llevó la mano a la nuca, su voz convertida de nuevo en un murmullo impreciso.

--Con Kitty Section, en realidad. Van a hacerse las fotos para el nuevo blog, y, dada mi experiencia como modelo, me ofrecí a ayudarlos.

--¿Y tu padre está de acuerdo en eso? --gruñó la chica.

--Después de la fotografía del ensayo del otro día, Nathalie comprobó que el hecho de que se me relacione con el grupo tiene un impacto significativamente positivo para mi imagen, y para las ventas de la compañía... Así que cuento con su permiso --se encogió de hombros--. De hecho, están valorando la posibilidad de contratarlos para que den un pequeño concierto en el desfile de la colección juvenil.