La Primogénita (Camren)

CAPITULO VI

LAUREN POV

Lo primero que ví fue a una Camila inconsistente y a Zeus a un lado comiendo tranquilamente una hierva que desconocía su nombre.

Ella jamás caía montando a caballo y Zeus jamás la tiraría.

Sentía que todo mi espalda me dolía, pero no podía dejarla en medio de la nada. Así que con todo el dolor de mi cuerpo me incliné y antes de tomarla en brazos, pude apreciar su rostro por primera vez tan cerca.

Es hermosa.

Podía simplemente llevarla conmigo sin necesidad de levantarla, pero en el fondo quería rozar mi piel al menos una vez con la suya.

"Que inteligente Lauren"

Quedé paralizada, sabía que era realmente bella pero no pensé que podría serlo más de cerca.

Pero su belleza iba más allá de su piel.

Sacudí mi cabeza para quitar esos pensamientos de mi mente, no podía.

Lo quería.

Coloqué un brazo debajo de su cintura y mi mano sostenía su nuca, ese pequeño tacto logró mandar sentimientos inexplicables a todo mi ser.

Al cargarla, su mano accidentalmente rozó mi hombro y creo que casi me desmayo ahí mismo.

Mis emociones me aterraban.

Hasta parecía que se acurrucaba a mi cuerpo.

Flashback

Una Camila de 5 años estaba hablando con las plantas mientras fingía hacer té.

Algo común.

Hablaba de cualquier cosa imitando el tono refinado de su tía, suele invitarla cada que juega a tomar el té.

En cambio, si juega a ser guerrera, imita a su madre. Ella admira a ambas.

Desde que recuerdo, nos han dado una imagen diferente de los humanos.

Pero Camila alimenta mi esperanza de que no todos están perdidos.

Su amor y dedicación hacía cualquier ser vivo que se cruce en su camino es maravilloso. Podía incluso decir que tiene el espíritu de un hada.

Aunque es absurdo.

Dmitri pensaba lo mismo que yo, si tan solo todos la pudieran conocer, sabrían que aún hay oportunidad para la humanidad.

Oh Camila, solo espero que el rey jamás te haga daño.

Sería tan injusto.

Pero no lo permitirá.

Jamás.

—Camila, mi amor ven a almorzar —Su madre la llamó y ella, como toda una niña feliz, se despidió de las plantas e insectos para correr en dirección a su casa.

Solté una risita al verla partir, me recuerda a mi yo de niña.

Pero mi felicidad duró poco, no era envidia, al contrario, pero deseaba tener una familia como la de ella.

No sabe lo afortunada que es.

Fin del flashback

Llamé a Zeus, que me siguió fácilmente gracias a los destellos. Camila no pesaba nada para mí, pero considerando mi estado, la tarea era un poco pesada.