CAPITULO XXX

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NARRADOR OMNISCIENTE

Mansión Crowe, Londres.

—¿La abrirás? —Lauren miraba a Camila que sostenía el sobre firmado por su padre, únicamente las iluminaba el fuego que levitaba entre ellas (obra de Lauren). Lauren tenía curiosidad por saber que había en el y Camila parecía no tener intenciones de abrirlo.

—Si dice una fecha es por una razón —Lauren disimulo un quejido de frustración. ¿Por qué los humanos eran tan misteriosos? Solo debía abrirlo y ya.

Esa noche ninguna pudo dormir, Camila en ningún momento le comento algo sobre Akin. No podía delatarlo con ella, aunque le tuviera confianza; lo mejor sería que Lauren no tuviera contacto con hechiceros.

No sabía cuánto tiempo estaría en casa de Alessandro… Pero algo le decía que debía quedarse en la cuidad más tiempo.

—Esta planta es venenosa —Lauren señalo una planta. Estaban en el jardín de la casa —Y esta también… No comprendo por qué siembran este tipo de plantas en sus hogares.

—¿Y esta?  —Camila señalo una planta cuyas hojas parecían manchadas de un tono verde más oscuro.

—No es comestible, pero ayuda a traer energías positivas a los hogares. Las manchas son la negatividad que absorbe para purificar el entorno y las usan mucho en Paradise cuando hay un nacimiento —Camila acaricio esa planta con las yemas de sus dedos y miro a Lauren.

—Parece que a la madre de Alessandro le gustan mucho las plantas —Lauren se quedó mirando unos segundos el jardín, la combinación de plantas era curiosa —Pero, ¿no se supone que esta planta causa alucinaciones? —Lauren asintió.

—Tal vez a uno de ellos les guste escapar de su realidad. Es muy efectiva, pero, después serán dependiente a ella.

Las primeras lecciones de Camila con Akin eran de herbolaria y Camila solía hacerle preguntas de ello a Lauren como una forma de “estudiar”. Aunque Camila aún seguía a prueba, y esa prueba consistía en que Akin le hiciera preguntas para comprobar la fuerza de sus dones aun siendo humana.

Su intuición era normal y no mostraba poderes de adivinación, lo que comprobaba la eficacia del collar de esconder sus dones cuando ella estaba consiente, ya que en sus sueños todo era diferente; pero le llamaba la atención la conexión que tenía con la naturaleza… Le había dejado de tarea cuidar un par de semillas sembradas tierra para que crecieran en dos días, y para su sorpresa crecieron lo suficiente.

Pero en realidad no había semillas en esa tierra. Había piedras.

Es por eso que Akin quiso enseñarle herbolaria primero. Después tocaría el tema de los sueños.

Otro detalle que debía considerar, es que Camila no estaría más bajo el efecto del perfume y por lo tanto los sueños volverían a molestarla… Y su tristeza por la muerte de su madre también. Amenos que Lauren ayude en ello.

—Cuando avances un poco, quiero comenzar a trabajar tus sentidos… Para ello tendré que privarte de uno durante un tiempo para que desarrolles los demás. Deberé hacerlo con cada uno —Akin miro a Camila que batallaba en distinguir que tipo de planta curativa era solo con el olor, comenzaba a desesperarse.

—Es inútil —Dijo con fastidio mirando a su nuevo profesor, estaba en casa de Akin… Parecía pequeña por fuera, pero por dentro era una mansión —Todas tienen el mismo olor.

—No vas a avanzar en dos días, aprender sobre magia lleva tiempo —Camila suspiró —Además, te falta carácter —Ese comentario hizo que Camila lo mirara por un segundo con seriedad. ¿Qué conocía él de ella?

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2021 ⏰

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