CAPITULO XXII

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Oficina del señor Huisman, Londres.

Huisman como siempre, estaba leyendo unos documentos en su escritorio. Había escuchado a alguien llegar y por sus energías sabía que era Vision.

Aunque su poder lo ocultaba con un collar, él parecía que siempre estaba enojado y eso hacía Huisman supiera quién era.

No estaba equivocado, él entró azotando la puerta acercándose a Huisman, y le quitó los papeles de sus manos.

—Yo estoy bien, muchas gracias por preguntar—Dijo burlesco sin dejarse intimidar por su mirada asesina.

Huisman era superior a él, por lo tanto Vision le tenía respeto.

—Zeus estuvo aquí, ¿cierto?— Vision pregunto a Huisman que al serles arrebatados sus documentos, se dispuso a jugar con fuego que el mismo sacaba de sus propios dedos. Fingir que no prestaba atención lo hacia enojar.

Vision estaba frente a él, de pie, mirándolo profundamente, como cuando leía mentes. Pero esta vez no era así.

—Si ya conoces la respuesta no entiendo para qué preguntas.

—¿A qué vino?—por su tono de voz, no le agradaba la idea.

—Parece que ya se enteró de la muerte de Amelia. Después de todo tiene derecho.

—Él no tiene ningún derecho— habló con coraje, no le gustaba para nada esa situación— Pero yo sé que vino por algo más y me gustaría que me lo dijeras.

Huisman suspiró, si bien no sabía cómo reaccionaría su amigo. Además mentir sería inútil, era difícil ocultarle sus pensamientos.

Vision y Zeus no se llevaban bien.

— Ya sabe que Camila heredó el don — un gruñido de coraje sonó en la habitación — Quiere que desate sus poderes lo antes posible.

— Lo ayudaste...

— No le reveló toda la verdad — Lo interrumpió sintiendo como empezaba a alterarse.

— Aún así, Camila aún es como una humana; sabes lo que podría causar las visiones en ella — Huisman lo invitó a sentarse con su mano, no quería que empezara a destruir su oficina, para gusto de él le hizo caso — Las visiones son algo difícil de controlar. Si en hechiceros jóvenes puede provocar demencia, en ella...Podría provocar la muerte.

— Lo sé, créeme que también pensé en eso — Susurró — Pero desconfías mucho de su don, es cierto que está bajo un hechizo pero, recuerda de quién es primogénita — Lo miró directamente — Mucho poder reprimido también podrá dañarla.

— Aún así, debemos seguir una estrategia. Una que estaba perfectamente estructurada y gracias a esa hada se tuvo que cambiar — Huisman detectó desagrado en su voz, pero lo dejó continuar — Y cuando pensamos que teníamos la estrategia correcta, llega Zeus a alterar todo.

— ¿Qué hay que hacer entonces?

— Por ahora debemos dejar a Camila tranquila, eres muy bueno con las pócimas, haz que sus visiones paren — Pidió con firmeza — No hay que alterar más su mente. Cuando sea momento deberá revelarse todo, por ahora debemos deshacernos de esa hada.

— ¿En qué afecta esa criatura? — Huisman sabía la respuesta, pero notaba algo extraño en Vision y quería confirmar sus sospechas. No era muy discreto.

— Si descubre que Camila no es humana entonces estaremos en problemas. Una vez cumpla los diecinueve tendrá que alejarse de Camila, entonces podremos entranarla como se debe, sin ella, y después de eso solo sé que vendrá la guerra.

La Primogénita (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora