-Alfa la luna!!!-Un guardia llego gritando- La luna está despierta.Damon suspiro como si por fin pudiera respirar cómodamente, fue directo a su amada, tenía un gran alivio en su corazón pensó que iba a perder a Alex, aunque jamás olvidaría todo por la que lo hizo pasar ese sería su pesar pues se había prometido darle una inmensa felicidad en el futuro.
Llegó dónde estaba Alex quien todavía estaba débil, su piel estaba un poco pálida sus ojos reflejaban un gran abismo en el que te pierdes, trato de acercarse a ella de manera cuidadosa como si fuera algo frágil para no asustarla, lucía cansada a pesar de que estaba en una especie de coma, Damon supo que había luchado con todo lo que tenía por eso se veía así.-Donde está la chica?-La voz de Alex sonaba ronca como si estuviera rota, Damon le ofreció agua la cual ella acepto.
-Esta siendo interrogada-Dijo Damon quien no quería dar todos los detalles de eso ya que haría preocupar a Alex y ahora lo único que ella necesitaba era descansar.
Ella asintió levemente, estaba luchando con volver a dormir no quería dormir, había estado tanto tiempo inconsciente y ahora el tiempo es valioso no lo podía desperdiciar, pero al estar hablando un rato con Damon el sueño para ella se volvió tan cansado que fue difícil soportarlo y cayó dormida. Damon solo acaricio su cara con delicadeza y sonrió feliz de que estuviera bien, sentía un gran alivio aunque posiblemente la guerra contra el dios Sol estuviera cerca y tenía que hacer tratados para una unión, mientras más fuerte este la manada más difícil será vencerlos, pero ahora mismo a Damon lo único que le importaba era ver el rostro de Alexandra, le brindaba tranquilidad saber que todavía tenía un razón por la cual luchar sin importar el resultado, ella y su hijo era todo lo que le importaban, estaban antes que su título de alfa, antes que su orgullo de alfa, no podía negar que Alex ya no era la misma de la cual el se enamoro pero los dos habían cambiado, ninguno miraba ya al pasado, o por lo menos eso pensaba Damon.
Busco a su hijo y al verlo estaba dormido en brazos de Bastian, Damon lo tomó en brazos con cuidado para no despertarlo, lo llevo a su casa y lo dejo dormido en el sillón de su oficina, mientras el terminaba los tratados y todo el papeleo pendiente Wil podría descansar, no había señales del dios del sol pero ya ninguno se sentía seguro y aunque todo terminara ya no sería igual, todos lo sabían esa guerra los estaba afectando muy en el fondo, terror.
Era la palabra que ningún lobo pronunciaba y menos en esos momentos pero todos tenían terror por lo que pudiera pasar, no querían morir pero tampoco querían admitir que temian a la muerte, se consideraban leales apesar de todo.
Alexia por otro lado no confiaba en los demonios que tenía en su casa, su padre le había prometido volver pronto pero ya estaba tardando, mientras ella parecía inquieta vigilaba a los demonios como si fueran animales salvajes, solo le quedaba esperar.Pero la preocupación de Alex no terminaría ahí, el dios sol no es el único que quiere verla muerta, alguien ya tenía planeado torturarla desde antes, el destino de ninguno de ellos estaba a salvó y su única arma eran los demonios que hasta ahora se mostraban hostiles al estar cerca de un lobo, el futuro les aterraba a los lobos pero aún así no querian pedir ayuda directamente a los demonios y los demonios jamás darían el primer paso, solo Ares quien no estaba y Alex estaba débil, era el momento perfecto para atacar y el dios del sol lo hizo al atardecer, mando esas bestias como el llama creaciones y los lobos más que luchar se escondieron, la mayoría les temía, habían matado a los mejores guerreros en la batalla anterior, tenían familia y no querían morir, los demonios las que ayudar se defendían, eran los que podían someter a las bestias con mayor facilidad, aún así el número de bestias era mayor y ellos eran pocos, los lobos no ayudaron, no interfirieron, Amira quien se veía a lo lejos tenía una gran desventaja en número, era la más fuerte pero aún así las bestias atacaban sin piedad, su voluntad se quebraba pero no pediría ayuda, tomo toda la fuerza que le quedaba para seguir luchando pero una bestia le atravesó el estómago con las garras, los demonios vieron a Amira caer, pero Amira solo vio como su hijo ataco a la bestia que le enterró las garras, pero su hijo no era ningún guerrero, así que segundos más tardes su hijo estaba cubierto de sangre inconsciente y ella quería llegar hasta el pero tenía a varias bestias tratando de matarla, hubieran acabado con ellos, con todos ellos pero una voz los hizo temblar.
-En sus cuerpos sin vida le haré saber mi nombre a el, el dios de sol sabrá a quien tiene que responder- Amira miro con recelo a la mujer cubierta de sangre, y con una guadaña en su mano, parecía muerta por su color pálido y sus palabras resonaban con el viento helado en invierno, y aunque su ayuda era humillante para Amira ella se sentía aliviada de que esté ella aquí.- Mi mensaje se escuchara en todo el mundo, desde hoy su lucha es contra mi, y cualquier enemigo del dios sol es mi aliado, el mensajero de la muerte tocará a la puerta y llevará el cuerpo a su señor.
Con un moviendo pequeño de su guadaña elimino a una gran cantidad de bestias, camino lentamente a las bestias que corría hacia ella, ninguna la tocaba, morían antes de si quiera estar cerca, la mujer dejo a una sola bestia no parecía tan tenaz como las demás, la encadenó a ella como si de una mascota se tratase, lo miro fríamente y lo durmió.
-Crei que no te vería de nuevo- Amira quien ya estaba con su hijo, el chico aún respiraba pero Amira se mantenía más atenta a la mujer de la guadaña.
-Como sabrás nadie puede escapar de mi, Ares me trajo, y el dios del sol tiene un asunto pendiente conmigo-La mirada de la mujer se volvió sombría, tomo a la bestia y la arrastró lejos de la vista de Amira.
Vaya que la batalla apenas iniciaba y si Ares la trajo era por qué estaba desesperado, tomo aliento y miro con odio a los lobos, ninguno se acercó a ella o a su gente, hablaría muy seriamente con la hija de Ares, el luchar por ellos no les iba a salir barato
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Las Sombras De Mí Pasado
Người sóiAlexandra Dovanod es una mujer lobo fue abandonada desde bebé y cuando conoce a su mate también la abandona, , ella es alocada, divertida y un tanto altanera, pero en el fondo tiene un corazón delicado, tendrá que sufrír por culpa de su mate, el la...