Capítulo 17

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*Antes de este cap, publiqué otro; por si Wattpad os lo pone desordenado*

1 de agosto de 2019

Mi madre y yo decidimos tomar un tren para ir junto a mi tía Carmen. Hacía muchísimo tiempo que no la veía, y eso me ponía bastante nervioso.

Quizá Carmen sabe algo sobre Alicia...

Decidimos dejar a mi abuela aquí ya que, como era mayor, sería mejor que se quedara aquí por si las moscas, a parte, hace poco vino una amiga suya que planeaba pasar unos días con mi abuela, y esa fue la excusa que le pusimos para que no viniera.

Tardamos unas cuantas horas en llegar a casa de mis tíos, ya que el trayecto era un poco largo, pero cuando llegamos al barrio, varias personas nos miraban mal, otros extrañamente, otros sonrientes... Muy raro todo.

Tocamos el timbre y un hombre nos recibió. En ese momento, mi madre me agarró de la muñeca apretándola levemente; el hombre nos miraba de arriba a abajo, especialmente a mi madre.

El apretón me dio a entender que aquel hombre era el padre de Alicia, Antonio.

¨Dios mío, me lo imaginaba en malas condiciones, pero no en tan malas como lo estoy viendo... I'm so sorry, pero es la verdad¨.

—¿Catalina, eres tú? —preguntó una mujer.

¿Esa era mi tía Carmen?

La mujer apareció detrás de nosotros con unas bolsas. Suponía que venía de comprar. Se acercó a nosotros y nos miraba alternando repetidas veces a mi madre y a mí.

—Oh, ¡Carmen! —exclamó mi madre y la abrazó con fuerza.

Se les escaparon algunas lágrimas y al separarse, mi tía me miró fijamente a los ojos sin decir nada.

—Ven aquí, grandullón —y me abrazó con intensidad.

Oí cómo Antonio murmuraba cosas por lo bajo mientras se alejaba de la puerta.

—Entrad, entrad —Carmen nos dejó pasar—. ¿Qué hacéis aquí? ¿Y Alicia? Ah, ya entiendo. No la habéis traído por su padre, entiendo, ent...

—Carmen —interrumpió mi madre con una notable seriedad.

Mi tía se calló y la miró con el ceño fruncido.

—¿Sucede algo, chicos?

—¿Podemos... ir a un lugar donde no esté cerca tu marido?

—Bueno, la casa es amplia, así que supongo que sí...

Empezó a caminar aún cargando las bolsas hasta la cocina y después nos guió hasta una habitación.

—Decidme.

—Hemos venido por una razón... —ella nos hizo un ademán para que siguiéramos—. Alicia ha desaparecido —abrió los ojos como platos.

—¡¿QUÉ?!

—Shh... Cálmate, nadie debe enterarse.

—¿Cómo que ha desaparecido, Cata? ¡¿Cómo?! —empezó a llorar.

—Sí, hace como dos días, se había ido a clase y cuando ya era la hora de regresar a casa, no lo hizo. Ese día sabíamos que iba a llegar más tarde porque Jordi no podía ir a recogerla, así que no nos extrañamos, pero ya pasó una hora y seguía sin llegar y ahí empecé a asustarme —dijo mi madre.

—¿Y por qué no denunciasteis?

—Hasta dentro de 48 horas no se puede denunciar —expliqué sereno.

—Y no pudimos venir antes porque no me daban días libres en el trabajo —justificó Cata.

—Dios mío... No me lo creo —mi tía se tapó la boca con las manos y miró perdida al suelo.

—Y hemos venido aquí para ver si por casualidad vino aquí —terminé.

—Esos hijos de puta —insultó con odio, ignorándome por completo—. Han sido los capullos que tienen deudas con mi marido, estoy segura.

—Eh, bueno, no saquemos conclusiones tan repentinamente —dije nervioso y mi madre me miró con el ceño fruncido.

—¿A qué te refieres, Jordi? —cuestionó mi madre—. Tienen todas las papeletas. Te recuerdo que me amenazaron con que iban a venir a por ella y yo no me enteraría.

—Ya pero, igual no fueron ellos...

—Jordi, ¿ocultas algo? —me preguntó mi tía afectada por la situación. 

***

Y bueno, aquí os traigo el segundo capítulo. Esto se pone cada vez más intenso chicoss. 

Dicho esto, espero que os hayan gustado los dos capítulos, y si es así, votad, comentad y compartid. 

Nos vemos el lunes chicoss. 

¡Chao, lectores! 

¡Chao, lectores! 

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El oscuro secreto familiar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora