Capítulo 24

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17 de agosto de 2019

En un momento, Víctor agarró del cuello a Alicia; esta empezó a gritar. 

Caminé hacia él y le tiré al suelo dándole puñetazos sin parar mientras todo el ambiente en la casa era tenso y sólo se escuchaban gritos. Lancé las armas que Víctor tenía en dirección al sofá y seguí golpeándolo. 

Un ruido ensordecedor que se escuchó dos veces seguidas me hizo parar en seco. 

—¡No! —exclamaron Jordi y Alicia. 

Alcé la vista y vi a Carmen tirada en las escaleras, mientras estas se inundaban de sangre, después giré hacia mi izquierda y vi a Catalina desangrándose en brazos de los tipos. 

Abrí la boca shockeado y se me empezaron a cristalizar los ojos; la vista se me nubló en un momento. Lágrimas caían por mis mejillas sin parar. Me aparté sin fuerzas de Víctor y caminé hacia Alicia. Esta estaba arrodillada junto al cuerpo inmóvil de su madre. 

Me agaché hasta quedar a su altura y la abracé con todas mis fuerzas. 

—Todo va a estar bien, Ali. 

Le estaba costando respirar. 

Oh, no. Un ataque de ansiedad. 

—Alicia, respira —ordené agarrando su cara con mis manos y haciendo que me mire. 

—N-no… pu.edo… r-es… pi-rar… —le soplé en la cara varias veces. Estaba desesperándome. 

—Alicia, mírame, céntrate en mí; sólo en mí —pedí. 

Lágrimas caían de sus ojos sin parar. 

—Alicia, inhala y exhala lentamente. Aunque sea mucho pedir en este momento, piensa en algo bueno. 

—No pu-edo… m-me voy a… morir —decía casi sin aire. 

—No, no te vas a morir —intentaba controlar mis lágrimas. No podía verme vulnerable—. Todo está en tu mente, Alicia, absolutamente todo. No te vas a morir. Vamos, respira conmigo lentamente. Inhala —me obedeció—. Exhala. 

Respiramos profundamente varias veces hasta que Alicia pudo controlar el ataque de ansiedad. 

Dejé sola por un momento a Alicia para ir a ver a Jordi. Lloraba desconsoladamente junto al cuerpo de su madre, el cual dejaron en el suelo después de quedar inconsciente. 

—Jordi —llamé, pero no me miró—. Jordi —me agaché junto a él y le di un cálido abrazo dejando que llorara en mi hombro. 

—Mi madre —fue lo único que alcanzó a decir. 

—Tranquilo. Llora —acaricié su cabeza intentando que se relajara y así estuvimos durante unos minutos—. Ven conmigo —le ayudé a levantarse. 

Una vez en pie, me di cuenta de que estábamos los tres sólos junto a los cuerpos inconscientes de sus madre en la casa. Todos se habían ido. 

Caminamos hacia Alicia, quién seguía sentada en las escaleras y la cogí del brazo, haciendo que se pusiera de pie y caminase hacia mí. 

—Coged vuestras cosas. Os venís conmigo a casa —ordené. 

Subieron a hacer sus maletas y yo mientras aproveché para llamar a la policía para que vinieran a por los cuerpos. 

(...)

POV’S ALICIA

Llevábamos ya dos días viviendo en el departamento de Rubén ya que él nos dejó quedarnos aquí con él. Nos estuvo cuidando todo el día a Jordi y a mí e intentando distraernos. 

Ya hicimos los entierros, día en el que lo pasé terriblemente mal. Las noticias volaban en mi barrio y todos los vecinos terminaron enterándose y asistiendo al cementerio para despedirse de ellos y darme tanto a mí como a mi primo el pésame. 

Me sentía tan tan mal y vacía sin mi madre, que sólo tenía ganas de morir para poder estar junto a ella. 

¿Por qué? ¿Por qué mi padre tuvo que matarla? 

Algo que tenía claro es que mi padre no se iba a ir de rositas después de lo sucedido, y yo me iba a encargar de hacerle pagar por ello. 

Aproveché a que Jordi estaba durmiendo, ya que apenas podía pegar ojo por las noches porque tenía pesadillas con sus padres, y que Rubén estaba haciendo cosas del trabajo en su cuarto, para salir con cuidado de casa e ir a buscar a la mía a mi padre. 

Agarré antes de salir las llaves del coche de Jordi para no tener que pillar un autobús y conduje lo más serena que pude hasta casa de mis padres. Cuando llegué, cogí una navaja que siempre llevaba Jordi en el lateral de su puerta por si acaso y entré en casa. 

Como no, mi padre estaba rodeado de botellas de vidrio vacías de cerveza a su alrededor mientras estaba estirado en el sofá viendo… Porno. 

Dios santo. 

Me acerqué a él y apagué la televisión. 

—¿Alicia? ¿Qué haces aquí? —cuestionó levantándose molesto del sofá. 

—Hacerte pagar por lo que le hiciste a mamá y a la tía —contesté mientras me aproximaba a él escondiendo la navaja detrás de mí.

—¿Qué coño dices? Estás loca —rodó los ojos. 

Se giró para coger el mando que momentos antes lancé al sofá y aproveché que estaba distraído y le giré con brusquedad para clavarle al momento la navaja en el estómago. 

—Esto por matar a mi tía —le clavé con más intensidad el arma—. Y esto, por matar a mamá —dije entre dientes. 

Podía sonar muy de psicópata, pero disfruté del momento. 

—Ojalá sufras mientras te desangras, enfermo —confesé y me largué de ahí. 

***

¡Heeyyy! ¿Cómo va todo?

Bueno, quería deciros que ya estamos muy cerquita del final, así que disfrutad estos capítulos al máximo porque ya son los últimos.

Espero que os haya gustado mucho y podéis votar, comentar y compartid si queréis.

Nos vemos el miércoless.

¡Chao, lectores!

¡Chao, lectores!

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El oscuro secreto familiar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora