Capítulo 13

187 7 32
                                    

1 de agosto de 2019

Ya llevaba en este lugar tan asqueroso como... dos o tres días, quizá. Tan sólo había una pequeña ventana que estaba a lo alto y a penas podía percibir luz solar.

Antes era más o menos flaquita, pero ahora ni os imagináis. Jamás pensé que en tan sólo tres días, podría una persona perder tantos kilos. De vez en cuando entra algún que otro hombre a traerme comida en malas condiciones y poca cantidad. La mayoría de las veces no daba ni un bocado, ya que seguramente la comida estaría caducada.

Otras veces entraban para torturarme un poco u incluso para manosearme. Y todo para que los capullos que me hacían estas cosas se divirtiesen un rato.

Jamás volví a ver al líder.

Cuando llegué a aquí, lo primero que hicieron fue quitarme el móvil y apagarlo. No eran tan tontos como creía. No sabía que estarían haciendo en estos momentos mi familia, cómo estaría mi madre, cómo habría reaccionado Jordi al percatarse de que desaparecí; de que me escapé de casa.

Estaba destrozada y débil. Me mareaba, aquí la temperatura era muy irregular. O bien hacía mucho frío, o bien mucha calor. Incluso llegué a vomitar. Sólo me sacaban de esta asquerosa y sucia habitación cuando tenía que ir al baño.

Estaba casi durmiéndome cuando de pronto, un fuerte estruendo se escuchó cerca de mí. Otro hombre mucho más musculoso que los que entraban de normal, se estaba acercando a mí. No podía reconocerlo, ya que por la oscuridad, no lograba ver su cara.

Se agachó hasta quedar a la altura de mi cara y se quitó unas gafas de igual forma que lo hacía el líder. Y ahí caí en cuenta de que el tipo que tenía delante era el mismísimo líder de esta banda de narcotraficantes.

—Hola de nuevo, preciosa —noté cómo sonreía—. Tardaste mucho en actuar y volver a tu hogar, así que decidí que era momento de que actuáramos nosotros como debíamos haber hecho desde mucho antes.

—Necesitaba tiempo para pensar —me excusé.

—Y yo te di tiempo, pero obviamente no iba a esperar toda la vida por ti —me acarició la mejilla.

Yo me quedé callada. No me salían las palabras. Lo único que me podían a llegar a salir eran lágrimas a montones. No quería estar allí. No quería que ese tipo me tocase; ni él, ni ningún otro, como anteriormente ya habían hecho.

Pero es lo que tiene ser una persona débil. A la mínima te quedas callada, por miedo. Puede que en tu cabeza te imagines mil situaciones en las que enfrentes a alguien, te crees valiente, pero a la hora de la verdad:

BOOM.

No eres nada. Sólo eres una basura; estorbas en la vida de la gente. Eres muy débil porque no puedes defenderte por ti misma, siempre tiene que ir alguien a ayudarte, a plantarle cara a quién sea porque tú no lo haces.

—¿No vas a decir nada? —más o menos pude ver como alzó una ceja.

En ese preciso instante se me vino a la mente una persona:

Mamá.

¨Mamá, ¿qué harías tú en mi situación?¨

Seguramente ella habría dado la cara, porque ella sí que es valiente. Y es ahí cuando decidí mostrarle al mundo, y a esos tipos, que no iba a dejar que jugaran conmigo; y que iba a seguir los pasos de mi madre, porque estaba muy orgullosa de tenerla. Iba a mostrarle al mundo la suerte que tuve al tener a mi madre siempre para mí, iba a mostrarle que ella me había educado bien, y que ella me enseñó a seguir hacia adelante.

—¿Creéis que soy una presa fácil? Que podéis manosearme cuando queráis, que podéis abusar de mí... ¿Que podéis hacer lo que os dé la real gana conmigo? —se mostró confuso.

—¿Cómo que manosearte? —enarqué mis cejas.

—Eso. ¿Acaso no sabías que tus compañeritos vienen de vez en cuando a manosearme? O es que es parte de tu plan no saber lo que hacen tu grupito conmigo.

—No, no. Te prometo que no sabía que te manoseaban. Joder, tendría que haber venido antes y vigilar —pasó sus manos por su cabello con desesperación.

Se levantó bruscamente del suelo y empezó a andar por el cuarto a la vez que murmuraba cosas que para mí eran inaudibles.

—Lo siento. Realmente, lo siento. No sabía que mi banda era capaz de desobedecerme. Te prometo que les voy a dar su merecido.

Y dicho eso, se largó hecho una furia del cuarto dando un portazo. 

***

¡Heeyyy! 

Disfrutad este capítulo que hasta el lunes ya no vais a tener otro jaja. 

¿Qué os está pareciendo hasta ahora la historia?

Espero que os haya gustado, y si es así, votad, comentad y compartid. 

Muchas gracias a todos por leer. 

¡Chao, lectores! 

¡Chao, lectores! 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El oscuro secreto familiar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora