17 de julio de 2019
Caminé mirando todas las casas que había en ese barrio hasta llegar a la puerta 75.
Toqué el timbre y esperé alrededor de un minuto hasta que alguien me abrió personalmente.
—¿Alicia? —asentí—. Pasa, pasa —dijo emocionada—. No sé si tu madre te llegó a hablar de mí. Soy su hermana mayor, Catalina.
—Me habló hace mucho tiempo de ti, pero no gran cosa.
Me dio dos besos y cerró la puerta.
—Cómo no. Tu madre siempre ha sido una mujer muy reservada —comentó y caminé tras ella hasta entrar dentro de la casa —. Mamá, ya ha llegado tu nieta —le dijo a una señora mayor, que se conservaba muy bien.
La señora me miró y se levantó del sofá después de bajar el volumen de la televisión.
—Así que tú eres Alicia, la segunda más mayor de mis nietos... —me miró de arriba a abajo y colocó sus manos en mis brazos apretándolos levemente como una muestra de afecto.
—Supongo —reí nerviosa y me dio dos besos—. Bienvenida a nuestra casa.
—Dame tu equipaje y ven conmigo. Te enseñaré cuál va a ser tu cuarto —intervino mi tía.
La seguí y subimos unas escaleras de caracol blancas.
—Aquí dormirás —me dijo dejándome pasar para que mire el cuarto.
—Muchas gracias —le sonreí y me dejó el equipaje encima de la cama.
—¿Necesitas que te ayudemos a guardar tus cosas? —preguntó mi abuela.
—No es necesario.
—Está bien, si necesitas cualquier cosa, nos avisas. Y por cierto, el baño es la puerta del fondo del pasillo —me indicó.
—Perfecto —me sonrió y se fueron.
Cerré la puerta y abrí la maleta.
Durante los próximos 30 minutos, me dediqué a colocar todas las cosas que tenía guardadas en la mochila y maleta.
Fui al baño ya que necesitaba urgentemente hacer mis necesidades y cuando abrí la puerta, vi a un chico joven, quizá de unos veintipico años, de pie frente al váter.
Abrí los ojos como platos.
—Oh, Dios mío. Perdón, perdón —cerré la puerta de golpe y me fui corriendo a mi habitación.
—¡Chicos, ya vamos a comer! —exclamó mi tía.
Bajé mirando al móvil por si en algún momento me cruzaba al chico y cuando entré al comedor, quité la vista de mi móvil y paré en seco.
¨Ay mi Dios¨.
—Cielo, este es mi hijo, Jordi —me informó mi tía—. Y ella es mi sobrina, Alicia —le dijo a él.
Me miró serio y de repente dijo:
—Tú eres la que entró al baño mientras estaba meando.... —alzó una ceja y me sonrojé.
—Fue un accidente —justifiqué nerviosa.
—Tranquila, no eres la primera persona que le ha visto en el baño —intervino mi abuela colocando una mano en lo alto de mi espalda—. Siéntate donde quieras, corazón.
Obedecí y me senté al otro extremo opuesto de la mesa en el que se encontraba el que resultó ser mi primo.
—Dame tu plato, cielo —me dijo mi tía y se lo di.
Me puso una poca cantidad de comida y me lo devolvió.
—Y bueno, cuéntanos cosas sobre ti. Hace muchos años que no sabemos nada de ti, hasta ayer, que nos llamó tu madre —me dijo mi abuela, que se sentó a mi lado.
—Por lo que pude entender de tu madre, tu padre sigue metido en el tema de las drogas y debe pagar unas deudas bastante... Grandes —resumió mi tía. Asentí.
—No te llevas muy bien con tu padre, ¿no?
—La verdad es que no mucho. La mayor parte del tiempo está fuera de la ciudad, o en algún bar de un barrio cercano emborrachándose con sus amigos...
—No ha cambiado nada —añadió mi tía.
—Nosotras antes vivíamos con tu madre y tu padre en esa misma casa en la que aún viven.
—¿Y cuándo os mudásteis? Yo no nací, ¿verdad?
—Sí. Sí que naciste. Lo que pasa es que nosotras nos mudamos cuando tú tenías unos cuatro meses aproximadamente.
—¿Y por qué?
—Pues porque tu padre no nos quería en esa casa. Al igual que a tu madre, a nosotras también nos trataba mal. Además, yo tenía a Jordi, que era muy pequeño, y obviamente, no quería que Jordi creciese en esa casa, con las personas que la llenaban habitualmente. Así que, cuando pude conseguir trabajo aquí, no dudé en traerme a Jordi y a tu abuela conmigo.
—También quería traeros a ti y a tu madre, lo que pasa es que cuando tu padre se enteró, puso a Catalina de vuelta y media. Entonces, tu madre nos obligó a irnos lo antes posible sin vosotras —acotó mi abuela.
***
¡Heeyyy! ¿Cómo estáis?
Aquí os traigo el capítulo 3, así que espero que lo disfrutéis mucho.
¿Qué os ha parecido el encuentro entre Jordi y Alicia? Vaya momento...
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¡Chao, lectores!
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El oscuro secreto familiar ✔️
Ficção AdolescenteAlicia es una adolescente que se ve obligada a huir al enterarse de lo que pretende hacer su padre con ella. Para ello, consigue la ayuda de su tía, quien le da hogar, pero un día, Alicia decide volver a por su madre, pero está claro que ella no se...