Capítulo 25

24 5 0
                                    

Capítulo 25:

Después de un breve mensaje que habíamos recibido el miércoles en un contacto que hicimos en presencia de Juan, amigo de Laura, quedé desubicado. No entendía a ciencia cierta qué había que cambiar en nosotros para dar el mensaje. Así transcurrieron las cosas:

—En el último contacto no quisieron contestar, o contestaron en parte; ¿por qué? ¡Si nos habían dicho que nada nos sería vedado!

—¡Escuchen! Deben asimilar porque son nuestros discípulos; pero, aún, falta entendimiento entre ustedes y nosotros. La tarea, de ahora en más, será más ardua. Deben asimilar más. El mensaje es un mensaje de amor; por eso, prepárense. Deben prepararse muy bien. Siempre estaremos con ustedes. Estamos del mismo lado. Siempre que tengan preguntas, responderemos. Siempre.

—¡Sí, depende qué preguntas! (irónico)

—Mira, entre ustedes y nosotros existe un contacto, un puente. Digamos que nos ayudan a que este mensaje sea llevado a todos. Las preguntas serán siempre referidas al mensaje: "Amor por sobre todas las cosas". Ya lo sabrán. Por eso deben asimilar. Estos conocimientos deben, primero, incorporarlos; que sean parte de ustedes. Hasta tanto no se de, contestaremos en parte.

—Bueno, entonces nos veremos pronto.

—Siempre tendrán preguntas y allí estaremos.

—¡Los amamos mucho!

—¡Sí, mira! ¡Cuando un hombre es capaz de sentir la inmensidad del amor en todas sus formas, entonces, siente la maravillosa sensación de ser un creador. Hay entre ustedes algo parecido que ya conocen.

Después del contacto fuimos a buscar quién había sido Juan en alguna de nuestras vidas. Resultó ser un andaluz muy mentiroso; buena persona. Padre de diez hijos. Vivía cerca de la ría y se mantenía gracias a unos trabajos que hacía como herrero y a una vieja carreta que tenía. Su nombre era "don Alvarado". Según había contado a Hernando, él había sido un "rico venido a menos". Era muy apreciado por Hernando por las maravillosas historias que le narraba. Por supuesto tuvo que ver, también, con Santiago; la anécdota que contó Hernando fue que un día, cuando iban caminando a ver el mar se encontraron con don Alvarado que venía arrastrando unas pieles o cueros de animales:

—" ¡Tenga usted muy buenos días, don Alvarado! "— saludó Hernando; Santiago, llevando unas jaulas con pájaros, lo enfrenta y le dice: —" ¡Usted será testigo de algo que va a ver! ¡Con mi poder dormiré a estas aves! "— Santiago se agacha, abre las jaulas, saca las aves y muy seriamente las duerme. Hernando dijo que don Alvarado dejó los cueros en el suelo y salió corriendo espantado.

Más tarde —y delante de Juan— Laura y yo discutimos acaloradamente. Laura me reprochaba el gasto enorme y, desde su punto de vista, superfluo, que hice al comprar un juego de sillones y una gran alfombra para la sala diciendo, irónicamente, que me estaba alejando de las cosas materiales. Me molestó enormemente, más aún, cuando lo hizo delante de Juan; tal vez solos se lo hubiera aceptado, pero, que me ponga en evidencia frente a otra persona no lo soportaba; entonces contra ataqué diciéndole que ella estaba haciendo lo mismo, ya que había comprado un diccionario enciclopédico ese mismo día y todos sabíamos que ya tenía uno que no era como ese, pero... que era un diccionario al fin. Por supuesto que yo sabía que no podía compararse una cosa con la otra, pero trataba de atenuar mi falta. Continuamos la discusión marcándonos los errores hasta que Laura y Juan se fueron. Me quedé pensando en lo que se había desencadenado y se me ocurrieron algunas preguntas, entre ellas el nivel evolutivo que habíamos alcanzado por una deducción que yo había hecho en base a varios indicios que nos dieron los Maestros y que ni a Laura me atreví a comentarle. Cuando fui a dormir recordaba lo sucedido y pensaba que tanto Laura como yo, veíamos "la paja en el ojo ajeno" y sentía que eso no era lo correcto. El viernes, cuando llegó mi amiga, le propuse hablar con los Maestros. No íbamos a grabar, solo tomaríamos nota:

La Casa de dos Puertas (Libro 1ro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora