Capítulo 15

40 5 0
                                    

Capítulo 15:

Ese día Laura me comentó, con gran asombro y temor, que en su departamento había sido testigo de una aparición; algo así como un fantasma. Le pedí que me explicara más sobre ello y le di mi opinión restándole importancia al asunto y pensando que era su imaginación (¡claro, si yo no había experimentado nada similar, cómo, lo de ella iba a existir!). Le dije que habría sido un sueño, no obstante, ella se mantuvo firme en su creencia de algo sobrenatural. Acordamos preguntar sobre el particular. Ella estaba deprimida. Me dijo que tenía ganas de "cambiar de envase". Yo sabía que no lo iba a hacer, pero me ponía mal verla en esa situación. Pensé que tal vez si yo formulara alguna pregunta con respecto a esos pensamientos podría ayudarla en algo. Yo también estaba algo depresivo pues tuve una discusión con mi esposa después de haberse enterado ella por el video que yo había sido Xico. Con toda ironía me dijo: —" ¡¿Así que hacían el amor vos y ella?!"— Yo traté de hacerle entender que eso fue en otra vida y con otros cuerpos, pero al ver nuestra gran afinidad, el estar mucho tiempo juntos y el hacer este trabajo con Laura y no con ella, sus celos se acrecentaron y estuvo mal todo el tiempo. Claro que yo, en otras oportunidades, no con Laura, le había dado motivos para pensar mal.

Yo había encontrado, en el transcurso de la semana, una revista mejicana sobre los Mayas con datos muy interesantes. Allí pude enterarme del ritual que llevaban a cabo los chamanes como el que describió Axel y también mencionaba el Tip-té, además de otras cosas que evité comentar a Laura para que no influyeran en su pensamiento y hacer esto lo más transparente posible. Era espectacular ver la similitud de los "glifos" y las figuras dibujadas por Axel. Se encontraba, también, una talla en piedra a la que saqué una fotocopia ampliada y la oculté entre las hojas de la carpeta de las preguntas para usarla en la regresión. Todo esto sin que lo supiera Laura. La regresé a la vida de Hernando al día más feliz de su vida: "el día en que zarparon":

—¡Hay sol! ¡Hay sol! ¡Hay mucha gente trabajando! ¡Yo debería ser uno de ellos! ¡Estamos tan excitados Santiago y yo que vamos de un lado a otro sobre cubierta! Debemos trabajar; para eso estamos, ¡pero es maravilloso... sobre cubierta!

—¿Es la primera vez que subís a un barco?

—¡A uno tan grande, sí!

—¿Cuántas velas tiene?

—Cuatro.

—¿Sabés cómo se llaman?

—No. Tiene tres más pequeñas, triangulares, pero, todavía, están sin arriar. ¡Cuando las vea inflarse con el viento será algo increíble! (Sonríe) ¡Soy feliz! ¡Hay un niño pequeño que trepa por unas escaleras de sogas; pero Santiago le gana!

—¡Siempre compitiendo!

—¡Já! ¡Sí!

—(La llevé a la vida de Axel) ¿Qué estás haciendo?

—Estoy comiendo frutas. ¡Son ricas; grandes! Hay muchas cestas con ellas.

—¿Dónde están esas cestas? ¿En el mercado?

—No. Están en mi casa.

—Axel... ¿Qué significa tu nombre?

—¡Estoy comiendo frutas!...

—¿Recordás haber escuchado alguna otra vez esta voz que te habla?

—No.

—Es como si hablaras con tu propio espíritu y te preguntases qué significa tu nombre. ¿Sabés el significado?

—Sí.

—¿Cuál es?

—¡¡Es mío!! ¡¡No lo diré!! (Ya le salió la soberbia)

La Casa de dos Puertas (Libro 1ro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora