La Casa de dos Puertas (Libro 1ro)

Capítulo 34

Capítulo 34:

(12-12-93)

Nos habían quedado pendientes las preguntas que no pudimos formular en el contacto pasado debido al agotamiento psíquico que había padecido mi compañera al realizar la copia del dibujo de la piedra que le habían encomendado los Maestros. Sumamos algunas relacionadas a distintas interpretaciones nuestras con respecto a ese episodio. Una de ellas era la de la evolución espiritual y los círculos. El círculo externo correspondería, desde nuestro punto de vista, a los espíritus primitivos que poseen los animales; el sexto, hacia el centro, sería la representación de los espíritus primitivos de los hombres; el quinto, al de los hombres algo evolucionados; el cuarto a los espíritus guía; el tercero a los Maestros, espíritus con evolución superior; el segundo a espíritus muy evolucionados como los Dioses Inmortales, y el primero al Uno, a ES. Por supuesto que podíamos estar equivocados. Discutimos con Laura sobre ES. Ella decía que si era el gestor de todo, si era algo omnipotente y omnipresente sería como si existiera Dios y que ella no podía aceptar eso. A lo que contesté que por más que ella no lo aceptara, si Es existe no lograría nada con su disentimiento.

—¡Es que me niego a aceptar a un jefe! —dijo Laura.

—¡Yo no lo veo así! No podemos negar que algo movió la energía para la conformación del Universo y que ese algo está en nosotros y nosotros somos parte de eso.

—¡Pero, entonces, seríamos subordinados a él!

—¿Como si fuéramos sus esclavos decís?

—Sí...

—No. Yo creo que vos sos Laura y que tu brazo pertenece a Laura. Tu brazo termina en la extremidad que llamamos mano; la mano pertenece al brazo, pero también pertenece a Laura; esa mano termina en pequeñas extremidades llamadas dedos, que pertenecen a tu mano pero que también son parte de Laura. Así es como yo lo veo. Somos una célula de ese tejido. Y con respecto a tomarlo como jefe, no creo que sea así, pues no existiría el Libre Albedrío ni tampoco seríamos nuestros propios creadores.—

Quedó algo conforme con mi interpretación. A mí me pasó algo raro, pues comencé a entender mi teoría a medida que la exponía ya que hasta ese momento lo seguía confundiendo con Dios a pesar de todo lo que estaba aprendiendo.

Nos dispusimos a ir a la dimensión de los Maestros. Al encender la video cámara comenzó a moverse el objetivo locamente:

—¿Cómo están queridos hermanos?

—¡Acaban de vernos! ¿Sí!

—¡Sí!

—¡Sí! ¡Aún falta mucho! (sonríe)

—Tenemos muchas preguntas hoy. ¿Pueden responder?

—Sí.

—¿Qué significado tiene ese dibujo de la piedra?

—Es Plasma Primario. Es la formación del Universo. Allí están dados todos los conocimientos. Ustedes conocerán su significado muy de a poco y más adelante. ¡Aún no es tiempo!

—Allí vemos siete figuras y siete círculos; nos han dicho que en el planeta somos siete personas los que estamos con esto, ¿podés decirnos algo con respecto a ese número?

—Nada es una mera casualidad. Desde el Origen el hombre lo sabe. Está estrechamente ligado a la conformación geométrica del Universo. Existen siete planos o líneas que seccionan el encadenamiento. —Una, dos, tres, cuatro... cinco... seis... siete —dice Laura sonriendo— ¡Las veo!

—¿Cómo son?

—¡No sé, pero... es como una escala! Los espíritus pasan de uno a otro...