Mark formo un puchero al ver como el quinto gatito comenzó a maullar más fuerte, tenia hambre, eso estaba claro, pero Mark los habia encontrado completamente solos en un callejón de la calle, asi que los tomo a todos como pudo y los llevo a su casa, ganandose un regaño por parte de su madre.
Debía hacer algo con ellos, su madre le había dicho que no los quería en casa porque era alérgica pero Mark no quería tirarlos a la calle nuevamente, estaban muy pequeños y no tenian a su madre, necesitaban comida y cuidado, cosa que Mark les podria brindar si no fuese porque no podia tenerlos en su casa.
Se encontraba en la acera de en frente su casa, con una manta sobre sus piernas y los cinco gatitos sobre ella. Para su sorpresa, tras un par de minutos acariciándolos, todos pudieron calmarse, solto un suspiro y les echo un vistazo, ahora se habian quedado dormidos.
Tras pensar y pensar un buen rato, le llego la idea de dejarselos a alguien que los quisiera adoptar, quizás eso era mejor, solo que no tenia idea de como llegar a eso, no podia simplemente ir de casa en casa a preguntar.
Solto un bufido y volvio su vista al frente, fruncio levemente su ceño al ver a Yuta acercarse lentamente a él. Era su vecino, rara vez intercambiaban palabras, la gente solia decir que era un chico desubicado y rebelde pero Mark nunca se dejaba llevar por los comentarios de los demás.
Yuta se detuvo en frente de él y se agacho para observar a los gatitos, y sonrió, Mark lo vio y formo una pequeña sonrisa.
— ¿Son tuyos? — pregunta Yuta y Mark parpadea rápidamente, un poco sorprendido, no sabia el porque.
— Mmm, algo asi, los encontre solos en un callejón pero no puedo tenerlos en mi casa —
Yuta comenzo a acaricia suavemente a uno de los gatitos, fijo su vista en Mark y este agacho su mirada, trato de no sonreír, el pequeño Mark era más lindo de cerca.
— Creo que puedo tenerlos en mi casa — dice Yuta a los segundos y Mark agranda sus ojos y lo mira nuevamente.
— ¿Hablas en serio? — Mark sonrió y Yuta asintio.
— Puedo cuidarlos en mi casa, podemos llevarlos ahora mismo si no tienes ningún problema —
Mark se encontraba feliz ahora, habia encontrado un hogar para los gatitos, no sabia como agradecerle a Yuta.
Yuta tomo con cuidado a los gatitos y Mark se levanto y le agradecio.
— Sigueme — dice Yuta y Mark no duda en seguirlo.
Comenzaron a caminar en silencio, Mark lo veia enternecido, Yuta caminaba cuidadosamente para no despertar a los gatitos.
— Mmm, ah, Yuta — dice Mark y juega con sus manos, un poco nervioso quizás. El susodicho le da una mirada y le hace una seña para que prosiga. — Supongo que puedo ir a visitar a los gatitos, para ayudarte con ellos también, ¿no es una molestia para ti, verdad? —
Mark sabia que no podia simplemente entregarselos, Yuta solo lo ayudaria dándole el lugar para quedarse, mientras Mark conseguía quien los adoptaria.
— Por mi no hay problema, de todas formas son tuyos — Yuta le dio una pequeña sonrisa y Mark asintio.
— Muchas gracias, en serio, me salvaste —
Yuta se detiene y entra a una pequeña casa, Mark lo sigue y entran a ella, al parecer estaba vacia, quizás Yuta vivía solo, quería preguntarle pero no se atrevía.
— Esperame un momento —
Yuta deja a los gatitos en el mueble de la sala y se va a una de las habitaciones, volviendo rapidamente con una pequeña cesta perfecta para tener los gatitos ahí.
— Oh, ahi estarán mejor — dice Mark.
Yuta deja la cesta en el piso y ambos toman a los gatitos para dejarlos en ella.
— Listo — dice Yuta y los gatitos comienzan a maullar de nuevo.
— Gracias de nuevo — Yuta niega con su cabeza, restándole importancia.
El silencio se hace presente, con Mark viendo a los gatitos con una pequeña sonrisa y Yuta viéndolo a él.
Yuta habia visto a este chico varias veces, al llegar y salir de la escuela, siempre con una radiante sonrisa, se veia muy alegre, lastima que él no era muy bueno para socializar.
Por eso hoy cuando lo vio con el semblante muy diferente a lo usual, penso en acercarse y ver que sucedia, claro, tambien le llamo la atención los gatitos que tenia, no podia mentir, a él le encantaban los gatos.
— Mark — el susodicho fijo su vista en él. Yuta tardo unos segundos en seguir, dudoso, y Mark se confundio. — ¿Puedes darme tu número de telefono? —
Mark fruncio el ceño, no por desagrado sino más bien porque le parecia extraño que alguien como él quisiera su número, ya que sabia a lo que eso conllevaba, penso que quizás Yuta quería ser su amigo y se alegro un poco.— Digo, ah, para mantenerte al día sobre los gatitos — dice Yuta al notar que Mark no respondía.
Mark dejo a un lado sus esperanzas, claro, debia suponerlo, sin notarlo hizo una mueca triste y Yuta se dio cuenta de ello.
— Y para saber si algún día quisieras acompañarme a tomar un helado, si estas de acuerdo, claro — los labios de Mark formaron una timida sonrisa, y asintio.
— Si, claro, me parece bien — Mark le sonríe de nuevo.
Hay algo que se remueve dentro de Yuta cada vez que lo ve sonreír, quiere averiguar que es, y quizás esa sea su oportunidad.
Muy pronto va a agradecerle a esos gatitos.
n/a:
recién que ha vuelto mi inspiración¿ tratare de seguir escribiendo para actualizar, gracias por leer 💗
