n/a ¹: continuación de (M) Misterio. de nuevo, todo gracias a songs of the sirens (en especial apple) de gfriend 👀.
Aun recuerda la primera vez que vio a Mark. Era un recuerdo que Yuta no podía borrar, un recuerdo que vivió en su mente semanas y semanas, atormentándolo de manera ridícula y se negó repetidas veces a creer lo que su amigo Taeyong le habia dicho de manera burlona.
"Estas enamorado de aquel humano"
Yuta no quería aquello, él simplemente había ido a entretenerse un rato en aquella ciudad, caminando entre las sombras de la oscuridad de la noche, porque el infierno no era ciertamente el lugar más divertido, Yuta ya estaba aburrido, necesitaba un poco de aire fresco y quizás asustar a uno que otro humano que anduviera por alli.
Fue entonces cuando vio a un pequeño chico sentado en la acera, estaba un tanto lejos de él pero su vista era buena, y como la sombras de aquellos edificios lo cubrian no tuvo necesidad de esconderse. Sin darse cuenta su vista quedó fijada en aquel chico, tenía el cabello negro y ojos saltones, por la necedad de moverse de un lado a otro pudo notar lo molesto que estaba.
Y sin querer una pequeña risa se escapo de su boca.
El chico miro hacia los lados, seguramente asustado puesto que era bastante tarde y solo él estaba en el lugar, o al menos eso creía. Comenzó a suspirar un poco más calmado y murmuraba algunas cosas.
— Calmate, Mark — dijo para si mismo.
Yuta pudo escucharlo a la perfección.
Asi que su nombre era Mark.
Yuta no se animo a molestarlo o asustarlo de nuevo, y era de extrañar porque entre los demonios no era un secreto que Yuta era uno de los que solo salía para hacer aquello.
No fue nada especial o interesante la manera en la que "conocio" a Mark y él lo sabía, ¿entonces por que no podia dejar de pensar en él?.
— Decidiste no asustarlo siquiera, Yuta, es como si hubieras tenido empatia con ese chiquillo — el nombrado solo rodó sus ojos. — Deja de hacerte el tonto, sabes que estar enamorado de un humano es peligroso — siguió Taeyong.
— No estoy enamorado de él — negó Yuta.
Taeyong se acercó a él y se sentó en su regazo, acariciando su cabello con una sonrisa en su rostro. Sin embargo Yuta no lo miró, ni cedió a su coqueteó, nunca lo hizo.
— ¿Alguna vez tuviste una pareja? — preguntó Taeyong y Yuta solo negó. — Sabes que eso puede significar que tu destinado no este en este lugar, sino allá, en la tierra. Y sabes muy bien que no lo digo por molestarte, es asi Yuta, y lo peor de todo es que– —
— Tengo que conseguir que sea mio — finalizó Yuta y fijo su vista en Taeyong, quien asintió lentamente.
— Sino sera un calvario para ti —
Yuta lo sabía. Sería literalmente un calvario, no de forma sentimental o cliché, lo cual era algo contradictorio ya que según mencionaba la leyenda en aquel lugar que si tu destinado no estaba en ese infierno, sino en la tierra, había solo dos opciones para lidiar con ello, y eran: negarse a aquel amor, no hacer nada al respecto y sufrir las consecuencia de este que no era nada más ni nada menos que sentir como su cuerpo y alma se debilitaban cada día al no obtener de amor de su amado, y eso lo llevaria a la muerte.