n/a¹: vayan a la nota de abajo!!
"Voy a tener a ese chico debajo de mi rogando por más".
Esas habían sido las palabras de Yuta luego de que un tal Mark Lee ingresara como alumno nuevo en la universidad, según decían los rumores de los pasillos el chico con cabello negro y pómulos resaltantes era canadiense, y al oírlo hablar en su idioma natal sintió un leve escalofrío recorrer su cuerpo.
Se sentía extrañamente atraído por las personas extranjeras, no era un secreto, y ahora sus ojos habían captado al nuevo chico, un canadiense con la voz casi ronca y el rostro más lindo nunca antes visto.
Y ahí estaba Yuta, caminando hacia él una vez que termino el horario de clases, divisandolo a lo lejos, el chico guardaba algunas cosas en su casillero y se volteo al notar la presencia de alguien más.
Mark le dio una rápida mirada de pies a cabeza al apuesto chico frente a él, llevaba el cabello blanco y se notaban sus raices negras, vestía una chaqueta negra de cuero, y llevaba varias perforaciones en cada oreja, lucía malditamente sexy mientras recargaba su brazo en uno de los casilleros. Mark no podia negar que se veia mucho mejor de cerca, porque si, lo habia visto antes al sentir una mirada encima de él, quizás Yuta no supo disimular, y Mark se intrigo por aquel muchacho también.
— ¿Eres nuevo por aqui? — inicia Yuta, aquello ya lo sabia de todas formas.
— Si. Me llamo Mark Lee — pronuncia y forma una amplia sonrisa.
— Un gusto, soy Yuta — sonríe y Mark le devuelve el gesto.
Cuando el silencio se hace presente y tan solo se dedican a verse el uno al otro con curiosidad, Mark rompe la ligera tensión.— Voy camino a casa ahora, no vivo tan lejos en realidad — dice Mark y cierra su casillero.
Se acerca a pasos lentos hacía Yuta y este queda estático cuando Mark fija su vista en sus labios, lo mira a los ojos y le sonríe.
— Puede que... haya escuchado lo que dijiste sobre mi — dice Mark en un tono bajo y vuelve a mirar los labios e Yuta unos segundos. — ¿No vas a decir nada ahora? eso es muy cobarde de tu parte — dice Mark y suelta una risita.
Al parecer las cosas serian mas interesantes ahora.
— ¿Y que te parece lo que dije? — Yuta conecta su mirada con él y percibe la tensión, sus labios casi rozando y su respiración golpeando con la del otro.
— Que es una increible invitación —
Mark se aleja de él y ladea ligeramente la cabeza, pidiéndole que lo siga.
En silencio, caminaron hacia la casa de Mark que no quedaba tan lejos como habia dicho.
Yuta casi muere de un infarto al notar que estaba apunto de follar con el chico, no pensó que resultaria tan fácil, pero a fin de cuentas era un polvo y ya.
Al entrar a la casa Mark lo invitó a sentarse en el mueble junto a él. Yuta lo veía por el rabillo del ojo y Mark mordia la punta de su lengua, casi impaciente.
