Aquí estaba yo de nuevo, aburrida, mirando al techo y con unas ganas tremendas de hacer algo productivo con mí vida, pero que podía hacer si ni siquiera se podía andar libremente por las calles porque el señor coranavirus andaba por ahí. Cuando escuchaba hablar del virus me sentía como cuando era pequeña y mis padres me decían que el hombre del saco andaba por ahí y si yo salía me iba a llevar, así es el coranavirus un hombre del saco que te atrapa si sales y si te juntas con otros.
Las redes sociales siempre me habían fascinado pero últimamente ya no encontraba nada útil en ellas quizás se debe a que me pasaba mucho tiempo usándolas, no me quedaban series y películas por ver y los videos para mayores me parecían ya un poco soso.
A causa de esto fue que se me ocurrió indagar en diferentes plataformas y fue así como me encontré con Tinder, lo dude, en un principio porque yo nunca había sido muy abierta a cosas como esas, fui criada en un hogar cristiano y cosas como un perfil para encontrar citas no era bien visto.
Pero que más da, hace aproximadamente un año que deje la casa de mis padre y vivo en un piso compartido junto a una chica y un chico de los cuales no sé mucho, de hecho solo nos hemos topado unas cuantas veces por los pasillos, todo lo que necesitamos hablar acerca del pago de los servicios y del piso, lo hacemos por Whatsapp y eso es todo.
Le di a crear perfil y realice todos los paso requeridos, después de eso salí y me puse a leer una revista cualquiera.
Pasaron unos minutos en los que no pude concentrarme para leer la revista porque en lo único que podía pensar era en que acababa de crear un perfil para encontrar citas, no aguanto más el cosquilleo de la curiosidad y tomo mi móvil en las manos para darle un vistazo a Tinder y sus funciones, o más bien lo que ofrece.
Luego de un rato indagando se más o menos todo lo necesario para un buen manejo, como que para poder hablar con alguien necesita darle me gusta a su perfil y si esa persona le da al tuyo inmediatamente se ponen en contacto y tienen el gran "match".
Me desplazo para ver los distintos perfiles, ninguno llamó mi atención y si alguno lo hizo lo ignore porque eran muy adultos para mí, me estaba dando por vencida cuando la foto de un chico pelinegro apareció frente a mi, sonreía de una forma genuina mientras que su mano izquierda cubría la mitad de su rostro, iba sin sudadera ya que parecía estar en la playa, y sus ojos no se visualizaban por los rayos del sol que le hopacaron, sin embargo no dejaba de ser una foto enigmática tal vez por la belleza que fácilmente era percibida en aquel chico.
Lo observó, me gusta, lo pienso un momento, tiemblo, lo observó otra vez y no puedo aguantarme, le doy me gusta a su perfil y luego de eso alejo el teléfono de mi como si este quemará.
¡Oh por Dios lo hice!
Me digo a mi misma conteniendo la emoción, nunca había dado el primer paso cuando se trataba de chicos.
Me tiro de espalda a mi cama y me pongo a visualizar imágenes que no existen más que en mi cabeza, pero las que me hacen sumamente feliz, la foto del chico vuelve a mi mente y casi de manera inconsciente llevo mi mano a mi zona íntima, siento un pequeño y ligero temblor en esa zona luego de que mis dedos se desplacen en mi clítoris por encima de la tela de mis panties.
Pienso en su foto, alejo la tela, su sonrisa, paseó mis dedos, su cabello azabache y su cuerpo bronceado, me tocó de manera lenta, pero firme.
Voy en aumento de velocidad y siento como mi cuerpo empieza a reaccionar, me sigo tocando, estrujando, manoseando y demás cosas, todo mientras pienso en alguien a quien no conozco, en una sonrisa que no me pertenece y unos ojos que nunca he visto.
Aceleró el ritmo, y estoy a punto de gemir cuando el sonido de una notificación me apaga el fuego casi de manera inmediata.
Saco la mano húmeda de mis panties y cojo en la misma el teléfono.
"Match con D'Angelo", se lee en la notificación, eso quiere decir que al chico también le he gustado
—¡Oh por Dios Santos!
Me emociono, y casi explotó cuando otra notificación llega, me aguanto unos segundos antes de abrirla(no quiero que piense que estoy desesperada), observó mi nuevo perfil en Tinder pero la notificación no es de allá, es de WhatsApp.
"Chico del piso"
Se lee en el nombre del chat, así le puse al chico con el que vivo, pero al que casi ni conozco.
Extrañada abro el mensaje y a continuación me quedo sin aire.
Un screenshot y una simple frase me paralizan por completo.
"El angelito quiere compañía"
Dice el mensaje y más abajo está la foto a la cual le di me gusta en Tinder.
—¡Joder!.
Mi compañero es el chico de Tinder.
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Cuarentena De Perversión ||COMPLETA||
RomanceBASADA EN HECHOS REALES. "El angelito quiere compañía" Aquel mensaje fue suficiente para desatar a lo que Angélica recordaría como una cuarentena llena de perversiones encantadoras y peligrosas. Ella nunca imagino que crearse un perfil de tinder po...