-Vas a hacerte daño-D'Angelo se reía de mi, el muy idiota era el culpable y se reía de mi.
Más estúpida fui yo por estar jugando a la experta.
-¡Fue tu culpa!-le grito un poco enfadada.
Término de lavarme la boca por quinta vez.
¿Qué por qué?, Bueno porque el imbécil de Gabriel se corrió en mi boca y su asquerosidad me ensució toda.
-No seas dramática, esos son gajes del oficio-me siento sumamente avergonzada, pero disimulo muy bien.
-No seas imbécil.
Sus ojos me escanean desde la cabeza a los pies.
-Lo siento-me toma por sorpresa su disculpa-No volveré a venirme en tu boca, porque la próxima vez lo haré dentro tuyo-me pongo más roja que un tomate y su risa embarga toda la habitación, sabía que no era una persona normal pero el idiota resultó ser un puerco imbécil.
-¡Eres un puto cochino!-la sola idea de que haga eso dentro de mí me pone a mil, pero finjo que estoy enojada que ¿por qué?
¡Porque me da la gana!
Mentira es porque quiero ver cómo reacciona.
Salgo de su cuarto de baño y me dirijo a la puerta de la habitación para retirarme, su risa para y a continuación lo veo tirando de mí sin ninguna delicadeza.
-Me vendré dentro de tí y te va a encantar, pero por el momento siento lo de antes, angelito-el olor se su colonia me nubla el juicio por un segundo.
-Bien-lo obsevo-disculpas aceptadas, ahora me voy a mi cuarto-lo empujó pero ni se mueve.
-No puedes irte.
-¿Por qué no?.
-Tenemos que celebrar tu primera mamada-joder, mi dignidad en ese momento está a años luz. Pero es cierto.
¡Había hecho mí primera mamada!
Aún sentía el líquido viscoso llenarme la boca, al principio fue asqueroso y me causó arcadas pero D'Angelo me animo a tragar y como no quise ser mujigata y que se burlara de mí lo hice, me tragué un poco, aunque también después le dije que había sido su culpa y que yo no quería probar esa cosa asquerosa, solo lo dije para no quedar como una perra.
-No voy a celebrar algo como eso-hago un intento de poner los ojos en blanco, pero estoy casi segura que en lugar de lograrlo lo que hice fue quedar como una perra vica.
-Ok, entonces te invito a comernos la pizza que planeabas comerte antes.
Mier**, La pizza.
como carajo deje algo tan delicioso por una cosa como la que le sale a los hombres.
-Vamos.
Llegamos hasta la cocina y calentamos la pizza, si por mi hubiese sido me la como fría pero Gabriel se adelantó y me la quito para ponerla en el microondas.
Que pena ya iría por dos pedazos.
-¿Como te llamas-le pregunto y me ve como si acabara de preguntar la cosa más estúpida del mundo.
-Napoleón-me responde sarcásticamente-Ya sabes con eso de mis buenas partes-ok, eso de juegos de palabras no se le da, o yo no entendí.
-Idiota.
-¿Es el único insulto que te sabes?-lleva un pedazo de Pizza a su boca y la idea de ser yo quien se lo pasa desde la mía, me distrae un instante.
Este tipo hace que mis pensamientos se vuelvan locos y que mi cuerpo arda con cualquier cosa.
¿A caso ese es el efecto que causa un hombre guapo en una virgen?.
-Tierra llamando.
-Es el insulto que te queda-me apresuró a responder en un intento por alejar esos pensamientos.
-A ti no te queda ninguno-lo miro sin comprender-eres un poco perfecta-parece arrepentirse de decir aquello, sin embargo a mí me dan unas ganas tremendas de reírme.
Alguien como él no es el tipo de hombre que quiero para pasar mi vida, pero admito que muchas chicas desearían pasar su vida con él.
-¿Tienes novio?-Gabriel intenta romper el hielo que se formó entre nosotros luego de su comentario.
-No, pero hay alguien que me gusta-siento que con D'Angelo puedo hablar de cualquier cosa sin reprimir nada, su mirada viaja hasta mi y espera a que le siga contando-Su nombre es Nicolás, comparto dos clases con él y es realmente apuesto.
-¿Pero?-me interroga, algo ligero ha cambiado en su persona, al menos en esta conversación.
-No se da cuenta de que existo-me avergüenza confesarlo pero es la verdad, el chico que me gusta no voltea tan siquiera a verme.
-Es imposible no darse cuenta de ti, angelito.
Me siento incómoda así que cambio de tema.
-¿Tu tienes novia?-su semblante cambia y vuelve a ser el mismo juguetón e indiferente de siempre.
-La sola pregunta ofende, llevo la etiqueta de "no compromiso" en la frente angelito-la verdad es que tiene razón-Soy del tipo de persona que está de acuerdo en que lo bueno debe compartirse-se acerca hasta mi boca, pero no lo suficiente para rozar mis labios, nuestras miradas se encuentran y un escalofrío me recorre-no soy alguien para amarrarse Angélica-creo que es la primera o la segunda vez que pronuncia mi nombre y su forma de hacerlo me es tan ajena que me hace pensar.
Gabriel desequilibra mi mundo, el me hacía plantearme que todo era nada y que nada era todo.
Envidiaba su modo de llevar la vida, pero jamás se lo diría.
-Yo si quiero amarrarme a algo, o alguien, siento que esa es la cumbre de la vida. Dar una parte de ti a otra persona y reemplazarla con una parte suya que te haga sentir completa, quiero enamorarme hasta perder la cabeza por esa persona especial que sienta lo mismo que yo-se aleja de mi como si mi piel quemará.
-De seguro vas a encontrar todo eso y más, y espero que cuando lo encuentres me invites a la boda-sonrio por esto último.
Imaginar a Gabriel en mi boda es muy cómico, pero no me desagrada la idea.
-Yo también lo espero, pero voy lenta tengo 21 años y solo he tenido un novio y si te preguntas que pasó, pues no era el indicado porque lo busco mi madre.
-La suegra es un peligro, pero descuida angelito, todo loco encuentra a alguien que comparta su locura, o que al menos la acepte y tú vas a encontrar a tu príncipe azul-hay algo de burla en sus palabras pero no dejan de ser bonitas y es con ese hecho que me quedo.
-Eso aplica también para ti, llegará esa persona que te haga plantearte todos tus ideales y cuando eso suceda quiero que me llames para escucharme decir te lo dije D'Angelo.
Ese día algo se unió entre nosotros, pero al mismo tiempo construimos una barrera que no nos permitía acercarnos porque habíamos dejado los puntos claros y con ellos lo que éramos.
Nada.
Yo no quería a alguien como él y él no quería a nadie, pero debimos preveer que pocas veces obtenemos lo que queremos.
Fuimos piezas rotas que se complementaron un segundo y se volvieron a romper en un instante porque nunca fuimos nada y tarde nos daríamos cuenta.
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Cuarentena De Perversión ||COMPLETA||
Roman d'amourBASADA EN HECHOS REALES. "El angelito quiere compañía" Aquel mensaje fue suficiente para desatar a lo que Angélica recordaría como una cuarentena llena de perversiones encantadoras y peligrosas. Ella nunca imagino que crearse un perfil de tinder po...