Gabriel padece Epoc
Siento como si todas la fuerzas del mundo acabarán de golpearme, y la voz de Anne diciendo aquello se repite de manera constante en mi memoria, un miedo inmensurable me carcome y esto es debido al solo pensamiento de perderlo, no podría seguir si lo pierdo, no sabría cómo hacerlo.
—Di algo—Anne y yo lo habíamos introducido a la ducha, Anne le colocó alcohol en la nariz y logró despertarlo, luego le dio a tomar un montón de pastillas y yo le hice una sopa porque no había comido desde el desayuno. Ahora nos encontrábamos a solas en su cuarto, yo dándole la espalda y tratando de controlar el llanto que no había cesado y el intentado que yo le dijera algo eso porque Anne le dijo que me dijo.
—Angélica—un nudo en la garganta me comprime con ímpetu ante su llamado débil y con tono de súplica.
—No puedo creer que no me hayas dicho algo tan grave como eso—mi voz sale rota pero me animo a darle la cara.
—¿Hubiese cambiado algo?—no son las palabras que esperaba, pero ¿Qué espero en realidad?.
—Te hubiese cuidado y apoyado, eso es lo que hacen las parejas—se levanta con algo de esfuerzo y no soporto ver la mueca de dolor que hace por ese simple movimiento.
—Lo has hecho Angélica, me has cuidado, me has dado más apoyo del que no tienes ideas—se detiene para aligerar su respiración, está sufriendo al no regular su respiración y me duele—La única razón por la que no te dije es porque no quería que me trataras con diferencia como todos los demás.
No aguanto más y me echó a llorar a su brazos, mí llanto es incontenible al igual que sus caricias sobre mi pelo.
—No teníamos que ir a esa estúpida fiesta—le reclamó.
—Volvería a ir solo para verte bailar y reír como lo hiciste angelito—duele, quema y tortura el nudo en mí pecho.
¿Así se siente querer a alguien demasiado?, ¿Así es cuando amas tanto que el dolor de otro se convierte en tuyo?, ¿Es amor cuando duele?.
Estoy convencida que si porque lo que estoy sintiendo ahora, jamás lo había sentido, siempre había sido empática pero jamás había hecho mío el dolor de alguien más hasta este punto.
—No hables—Anne dijo que hablar le dificulta.
Nos quedamos allí por una cantidad de tiempo que no recuerdo. Solo se que me quedé dormida y al despertar lo primero que hice fue tantear en la cama para encontrarlo.
No lo haye, abrí mis ojos y su lado estaba vacío, una angustia terrible me invadió y corrí al baño, no estaba, en la sala tampoco, fui a la cocina y no estaba, a mi habitación y finalmente toque la puerta de Anne.
Como si supiera lo que le iba a preguntar se animó a hablar antes de que yo lo hiciera.
—Carl ha venido a buscarlo junto a una ambulancia del hospital de su abuelo, mañana llegarán sus padres para cuidarlo—la pelirroja llena de vida y alegría que conocí, ahora mismo no era más que un manojo de emociones comprimidas.
—¿Puedes darme la dirección del hospital?—negó—¿Cómo que no Anne, como que no?—¿han sentido esa sensación de estar al tope, esa en la que la razón se va nublando y solo queda el sentimiento de angustia y vacío?, Así es como me siento.
—Gabriel me prohibió que te dijera y además hasta no saber los resultados no puedes salir—intentó acercarse a mí, pero me aleje en búsqueda de mi teléfono, volví con el de la habitación de Gabriel.
Lo llame, estúpidamente lo estaba llamando aún sabiendo que no me iba a responder.
Un tono
Dos tonos
El tercero, llame otra vez
Lo mismo, llame otra vez
Tres tonos y ninguna respuesta.
Volví a llamar a llamar, a llamar y nada.
—¡Este tiesto no sirve!—tiré el teléfono.
—Estas teniendo un ataque de ansiedad Angélica, cálmate—la voz de Anne me sonaba lejana como si fuera un sueño.
—¡Dame la dirección!—lo exigí entre llantos.
—Se lo prometí a mí mejor amigo Angélica, lo siento—una lágrima se deslizó en sus mejillas sonrojadas.
—¡No me jodas Anne, dame la puta dirección!—mi mente seguía nublandose, luego sentí un leve mareo aturdirme y ya después todo fue oscuridad...
Al despertar me encontraba en el sofá, un mareo ligero aún era persistente, un aroma a café y canela me invadió.
—Deben parar de desmayarse en mi presencia—Anne estaba sentada al frente mio con una taza en sus manos.
—Quiero estar con el —ella me miro con lastima y lo odie.
—No puedes, unas de las razones por la que mi mejor amigo se enamoro de ti es porque te ve como una chica madura asi que no lo defraudes y comportate como una —no sentí vergüenza, era más mi pena que mi moral.
—intenta ser madura cuando la persona que quiere te aleja cuando más te necesita, intentalo y luego dime si lo conseguiste —mi labio inferior temblaba, pero me controle.
—Claro que lo conseguí, ¿crees que no me duele no estar con el?—coloca la taza en la mesita de queda en medio de ambas—no te olvides que tu llevas un año conociendolo y par de mese queriendole en cambio yo tengo más de siete haciéndolo parte de mi vida, pero parte de querer a alguien es respetar sus decisiones y si me dijo que no te diga, no te dire, me dijo que no llorara y aunque me arde el pecho no estoy llorando—al decir esto último limpia con fuerza y rabia una lágrima que se le había escapado.
—Necesito estar con el Anne—se levanta y me da la espalda.
dobla por el pasillo y al volver trae una tablet consigo, se sienta a mi lado y empieza a testear algo.
luego de unos minutos habla.
—No tengo el covid, supongo que me saldra positivo en unos dias, o tengo buena defensa—asiento sin ganas de hacerlo tan solo para que sepa que la escuche, me molesta que ignore lo que le pido pero me siento sin fuerza como para seguir insistiendo—busca los tuyos.
—Buscalo tu—le doy el código que me asigno el laboratorio y ella lo busca.
—¿has tenido algunos de los síntomas?—niego porque lo único que he sentido es cansancio y hambre pero eso es normal en mi vida.
—Supongo que eres asintomática porque efectivamente tienes el virus—me muestra la pantalla con los resultados.
—¿Puedes mandarme un screenshot?, es para mis padres —pensar en ellos y en lo que dirán y sentirán es lo que termina por matarme de dolor. Se decepcionara, me van a sermonear, mi madre más que mi padre, me preguntaran cómo sucedió y le hablaré de Gabriel entonces se sentirán heridos y traicionados, pero finalmente se van a preocupar por como me encuentro y querrán estar para mi pero yo no le dejare por que prefiero que se mantengan lejos pero sanos.
Llame a mis padres y todo fue tal cual lo predije, todo excepto el final, cuando comprendí que estaba haciendo con ellos lo mismo que Gabriel conmigo. Me suplicaron que fuera a casa que ellos cuidarian de mí, pero obvio me negué y entonces entendí que cuidamos lo que más queremos a pesar de lo que sentimos.
Gabriel me necesitaba, pero me amaba más de lo que podría llegar a necesitarme. Pero la cosa es que yo ya estoy contagiada y se que el lo sabe pero entonces:
¿Por qué sigue alejándome?...
ESTÁS LEYENDO
Cuarentena De Perversión ||COMPLETA||
RomanceBASADA EN HECHOS REALES. "El angelito quiere compañía" Aquel mensaje fue suficiente para desatar a lo que Angélica recordaría como una cuarentena llena de perversiones encantadoras y peligrosas. Ella nunca imagino que crearse un perfil de tinder po...