Mentiras y facetas.

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A pesar de estar en cuarentena decidí salir porque sino lo hacía iba a terminar loca.

No fui lejos, de hecho solo llegue hasta el parque más cercano, el cual estaba desértico, me senté en una banca y deje que el aire puro me relajara un poco.

La vergüenza y la confusión por mis recientes actos me estaban comiendo viva. Yo no soy del tipo de chicas que presta su cuerpo al primer aparecido sin embargo heme aquí, cargando con un sentimiento horrible de arrepentimiento.

¿Pero de qué me arrepiento realmente?

Me arrepiento de lo que sucedió con Nicolás, de lo que sucedió con Carl y bueno por momentos me planteo qué tal vez Gabriel no es lo que yo buscaba y acercarnos fue un error.

Pero de lo que más me arrepiento es de lo que sucedió aquella noche con Carl.

—¿Quieres ir presa?—me giro a verlo de inmediato.

¿Por qué sigue apareciendo?, No se da cuenta que solo me dificulta el trabajo de ignorarlo.

—No es tu asunto—no me siento bien y mi humor está que apesta.

Toma asiento a mi lado y no dice nada, creo que ha comprendido que no deseo hablar.

Luego de un buen rato, me levanto y emprendo mi camino a casa sin detenerme en él.

No puedo seguir actuando como si nada, la carga empieza a hacerse muy pesada.

Siento los pasos de Gabriel no muy lejos de mi, llego a casa y de una vez me encierro en mi habitación.

Narra Gabriel.

Habían pasado dos días desde lo de Nicolás y desde entonces ella no había siquiera volteado a verme.

Me molestaba que actuará de esa manera. Yo siempre he sido honesto a cerca de quien soy, y no me parece justo que ella se aleje por una estupidez como esa.

La vi salir del apartamento y sentí ganas de atravesarme en su camino y preguntarle de frente que pasaba, pero no lo hice en su lugar la seguí y cuando llegó al parque me acerque e intente actuar lo más normal posible.

Con indiferencia.

Creí que me miraría y que iba a fingir que no pasa nada entre nosotros, como siempre. Me ignoro y les confieso que me dolió.

Mucho para ser honestos.

Cuando volvimos se encerró sin decirme nada ni un insulto.

¿En algo tan insignificante me había convertido en dos días?

Algo estaba pasando, algo nos estaba pasando, pero eramos ambos muy cobardes para admitirlo.

No me iba a quedar con la duda, joder soy Gabriel D'Angelo y nunca nadie me hace sentir menos.

Ella no será la primera.

—Dame la cara angelito—hablo lo suficientemente alto para que me escuche, a la vez que toco la puerta de su habitación.

No hay respuesta.

—Angelica—su nombre sale de mis labios de una manera que ni yo logro descifrar.

Por eso no me gusta pronunciarlo.

¿Será que sus sentimientos por Nicolás se reactivaron?

Me pregunto.

No, no es eso ese tipejo es más gay que Lenny, así quiera ir jugando a los dos bandos.

Él no es como yo, yo simplemente tengo curiosidad y me gusta experimentar con todo, pero se y estoy cien porciento seguro de que me gustan las mujeres, pese a que los chicos no me disgustan.

Cuarentena De Perversión ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora