Capítul❍ 1.

780 76 14
                                    

04/08/2075.

Un chico de delgada contextura podía verse en un callejón oculto de la propia pero gran universidad en la que estudiaba, tirado y con su mochila a un costado, igual que sus lentes, los cuales había tirado para que no se dañasen con la golpiza que había recibido.

—Veamos si para la próxima tienes suerte, rarito —suspiré al escuchar las risas alejándose poco a poco.

Aquel chico era yo.

Al asegurarme ya de estar solo, observé mi mano con rasguños y me dirigí hasta la mochila apoyada en una de las esquinas, sacando pequeñas vendas que conservaba para envolverme la misma, al menos pararía y entumecería el dolor.

—Solo un año más —hablé en susurros para mí mismo.

Olvidándome por un momento de mis labores escolares, me dediqué a tomar mis redondos lentes y limpiarlos con cuidado al igual que con suma paciencia para que queden relucientes.

Me los coloqué al ya estar listos y empecé a salir de aquel pequeño lugar cansado. Luego observé a lo lejos como el chico que había estado antes en mi lugar reía con sus amigos.

Me había arriesgado como la buena persona que era a defenderlo, para que después huya y yo me quedara allí.

Arreglé la polera nueva que llevaba(ya dañada) y sin más me fuí de allí.

Un gracias no hubiera estado mal, pensé.

Así fueron mis primeros y últimos años y meses en este lugar, lo único que pedía era que ya terminara todo.

No odiaba el lugar, odiaba a todos los que estaban allí.

—¡Minho! —excepto él.

Seguí mi camino, tratando de ignorarlo, sabía que de todas maneras me reprenderia y luego se reiría de mí.

—Creo que ya te volviste sordo —habló ya a mi costado. Me limité a suspirar y contesté un "buenos días"—, bueno, mi estimado amigo quiero informar que esta noche saldré con alguien.

—Que novedad —rodé los ojos, dejando de tomar importancia a su amena plática que ya era el pan de todos los días.

Él es Han Jisung, probablemente el amigo que muchos quisieran tener, pero siempre se pega a mí como un chicle; sin embargo, su compañía no era nada incómoda.

Caminamos hasta aquel edificio gigante a un costado del de medicina, psicología, la carrera que había escogido. Escogimos, como dije: Jisung es como una goma de mascar.

Y mientras ambos subíamos por una plataforma hasta nuestra aula les contaré muy resumidamente nuestra amistad.

Pues bueno, Jisung y yo nos conocimos desde que eramos infantes, prácticamente vivimos juntos casi toda nuestra vida.

Mi madre no era una señora con el mejor trabajo del mundo, y me mantenía tanto como podía, agradecía ser hijo único. Y mi padre se fué, muy muy lejos con una de sus amantes, nunca más lo volví a ver, aunque sospecho que quiere visitarme, pero mamá no lo permite.

Como sea, como yo y Jisung éramos tan unidos pues nuestras madres se conocieron mágicamente, y desde entonces se ayudan mutuamente en todo lo que pueden. Incluso cuando mamá no podía pasar tiempo en casa me permitía el ir junto a la familia Han.

En cuanto a Jisung y yo.

Ambos crecimos juntos, uno protegiendo al otro tanto como podíamos y haciendo las típicas travesuras que podrían hacer dos niños.

Hasta que llegó la secundaria.

Realmente no tuvo nada de malo hasta mitad de año, donde las reglas anticuadas permanecían en todos lugares, sí eres popular te aman, si no lo eres recibes odio y burlas por parte de todos.

Así fué como poco a poco Han se unía al grupo de aquellos que hacían menos a otros, en este caso yo, que había conseguido una beca y en realidad siempre conseguía una en lugar a lugar, donde sea que vaya. Siempre tenía un punto a favor.

De un día a otro Jisung se había unido con aquellos que se considerarían malos, pero no lo eran.

De todas maneras poco a poco nuestra amistad se perdía, y lo sabíamos, mas cada vez que me ofrecía estar junto a ellos me negaba. Parece que un día llegó a su límite, ¿o había sido en una fiesta donde las copas vuelan?

No tengo idea, pero todos empezaron a venirse en contra mía. Y cuando digo todos, era... literalmente todos.

Me preguntaba por qué, como o cuando les dijo todo ello, y de hecho fué nuestra primera pelea grave.

Y no llegamos a hablarnos hasta que llegó la universidad, cerca del tercer año en el que me pidió perdón por ello.

Si tenía que describir ello era: una vez encontré al mismo grupo del que Jisung pertenecía, golpeándolo. Y hubiera amado irme de allí, pero una amistad de casi 15 años no se rompería por una pelea de 4 años, o menos.

Así que como, recalco, la buena persona que soy me metí a defenderlo, y de nada me sirvió pues ambos salimos heridos. No conté con que aquellos eran como diez personas.

Para cuando el día había acabado logramos salir a por helados, ir a jugar videojuegos, y por obra de un milagro Jisung me acompañó a una biblioteca, nos entretuvimos leyendo y ahora es uno de sus hobbies.

—Debería dejarte, ni me prestas atención —habló con indignación el susodicho, a lo cual yo logré reír y dirigirme en principio al baño del piso para limpiar mis prendas y mi rostro además de manos.

—Estaba pensando.

—Sí, sí, siempre piensas —bufó apoyándose en una de las paredes mientras yo toqueteaba la pantalla en el espejo para colocar la cantidad de jabón y agua que utilizaría—, seguro en otro de los casos criminales de esos libros ¿ha?

—Por si no lo notaste estudiamos psicología —menciono obvio, despojándome de la mochila para limpiarla también, tan pronto como lo había hecho el menor lo alzó indagando en esta hasta hallar el libro que había empezado a leer.

—Eso no tiene nada que ver —hizo una mueca observando el libro que tenía en manos mientras yo ordenaba mi cabello con suma delicadeza—  ¿sigues leyendo de esto?

—¿Que tiene?

—Es del siglo pasado, los libros con hojas fueron cambiados por estas bellezas —habló con una sonrisa de oreja a oreja tomando uno de los libros que el guardaba, un libro táctil, el cual podías encontrar en todas partes.

Parecían un pedazo de pantalla de televisor transparente. En el que deslizabas el dedo y aparecía una nueva página, y ya no se necesitaban separadores, pues el mismo libro te guardaba toda la información. Incluso los libros actuales de educación eran de ese estilo.

—Deja el libro allí, llegaremos tarde ¿lo sabes? —devuelvo mi vista hacia él a través del espejo, riendo al escucharlo rechistar. Volteo con las manos algo húmedas para limpiar los rasguños de la mochila con pizcas de tierra—. Anda, no tenemos todo el día.

—Bueno, vamos —ambos salimos de aquel baño vacío para entrar al fin por la puerta de nuestro aula, y justo en ese momento tocó el timbre indicando que en cualquier momento la profesora ingresaría.

Fui a mi sitio y después de sentarme y sacar una de las tabletas que nos habían dado para anotaciones, me habló Han.

—Ya que te gustan tanto los libros te daré uno que hace no mucho encontré —asintió y sin dejarme preguntar mucho más la puerta dió paso a una señora mayor, pero no tanto.

Dos largas horas...

°[MrMockbap]°

.°.Bueno, eso fué rápido, así que aquí tienen el primer capítulo, y sí, la historia se basa en un futuro que yo pienso que podríamos vivir.|
.°.Espero que les guste, no soy mucho de leer o escribir temática universitaria así que me haré una idea o a investigar.|
.°.Faltas ortográficas favor de avisar.|

El chico de mi novela.  ლ〚2MIN〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora