Capítul❍ 23.

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Y había llegado el día, tal como me habían dicho Jeongin y Felix el anterior día, había ido a la casa de este último por la máscara, debía admitir que era linda, era color negro con toques morados, la nariz era algo puntiaguda y tenía tres plumas en la parte superior.

Toda la parte de la boca, de la nariz para abajo estaba descubierta.

Suspiré al colocarme los lentes de contacto de la otra vez de nuevo, pues no podría llevar lentes con esa cosa en la cara.

Jisung dijo que pasaría por mí, eso en parte me reconfortaba, iría con alguien que conocía, mamá dijo que no quería ir a pesar de haberla invitado, pues tenía una cita con un chico de su trabajo.

No me había gustado ello, pero ya era mayor, mucho no podía hacer.

Arreglé por último mi cabello, mi ropa y la corbata que traía puesta.

No era tan elegante, Jisung me había prestado algo para colocarme en el cabello, parecía una pequeña rosa, me gustaba.

Básicamente había terminado, las mangas de la camisa eran algo largas así que tapaban la mitad de las manos, perfecto pues hacia frío.

No descartaba la idea de lluvia, pero sería algo molesto.

Al escuchar una bocina bajé con lo necesario, y eso incluía el diario/novela/historia. Al estar solo me quedó apagar todas las luces, cerrar todo con llave y dirigirme al fin hacía el coche fuera de casa, era el de Han, suponía que sus padres habían ido en limosina.

Cuando subí froté mis manos por el frío.

—Sabes, si te hubiera visto así de arreglado casi siempre es muy probable que haya caído ante tus encantos —rodé los ojos al oírlo.

—No es como si nunca me hubiera arreglado.

—De hecho no, Seungmin es el primero que te ve tan arreglado —encoge los hombros empezando a conducir, yo me coloqué el cinturón de seguridad—, es que, mírate eres simplemente hermoso.

—Para —río, a lo que él también lo hace, este tipo de charlas las extrañaba, era divertido hablar con él, eramos demasiado abiertos como amigos, por eso es que conservaba su amistad más que la de otros.

—Vale, perdón —estiró sus brazos al parar en un semáforo.

—¿Tienes un encendedor?

—Tu no fumas Minho —dijo, pero aun así sacó uno de su bolsillo y me lo entregó.

—¿Tu crees?

—Lo sé, odias ese tipo de cosas, a penas y soportas el alcohol, por favor —ríe más, yo niego guardándolo.

Me conocía demasiado.

Cuando llegamos a la entrada, vimos la misma cantidad de autos que los que había en la fiesta de Changbin.

—Bien, pues buena suerte compañero, yo seré feliz buscando a Hyunjin, seguro y su madre me matará al verme.

Me dice cuando salimos del auto, yo observé la gran mansión quedándome fuera para encender la tarjeta que Chan me había entregado, ayer había hablado con él, y me había dado un número al cual llamar por si necesitaba transporte.

Estaba listo por si cualquier cosa pasara.

—¡Minho! —escuché voces detrás, venían Jeongin y Felix, suponía que Changbin ya estaba dentro.

—Eres muy puntual, ¿sabías? —yo asentí—, ¿y eso? No sabia que fumabas.

—Solo cuando estoy nervioso o ansioso, de todos modos creo que lo haré antes de entrar —mentí, ellos asintieron y se adelantaron.

El chico de mi novela.  ლ〚2MIN〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora