7. Bipolar

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—Yo veo un elefante…
—No es verdad, se parece a la madre de Eddie en cuatro.  —rodé los ojos.
—Eres asqueroso — los dos volteamos a vernos, sonrió de lado.
—Gracias

¿Conversación rara? Sin duda alguna. Estábamos acostados en el jardín delantero de mi casa bajo un frondoso árbol viendo el cielo, más bien tratábamos de encontrarle forma a las nubes, pero Richie solo podía ver a la madre de Eddie.

Habían pasado 8 días desde que mi madre había vuelto, por lo cual dejé de quedarme con los Kaspbrak.

Cuando regresó (3 días luego de la pelea) casi le da un infarto al verme golpeada, le expliqué y me regañó, pero aun así no faltó la felicitación de mi padre.

En ese lapso de tiempo tuve que ir a la escuela y limpiar la cafetería junto con Greta y otros tres chicos que ni idea de cómo se llamaban, también junto con Eddie terminamos la obra y sacó una nota bastante alta…ah, y mi mamá le agradeció al enano por haberme curado y al pecoso junto con el judío por haber estado al tanto de mí, porque sí, estuvieron viniendo todos los días por la tarde a traerme los trabajos que estaban dejando. Esos idiotas se estaban ganando a mi madre y no supe en que momento.

—Les traje algo de comer — hizo que nos levantáramos para así poder ver a mi mamá con una bandeja con Sándwiches. Otra cosa, la relación entre nosotras había mejorado bastante, aun había peleas pero era un avance que me dejara juntarme con los chicos e invitarlos a la casa.

Desde que comencé a salir con ellos  había cambiado mucho, es decir, en lugar de llegar y dormir todo el día y deprimirme, salía con ellos o nos juntábamos a hacer las tareas por más que no tuviéramos clases juntas/iguales.

—Gracias

Cuando se fue, Tozier fue el primero en tomar dicho bocadillo. Le seguí, pero solo comí la mitad, a veces las náuseas regresaban por lo cual evitaba comer mucho.

—¿No te lo vas a comer? — negué, tomó el pedazo y comenzó a comerlo.

—A veces me pregunto cómo puedes comer mucho y no engordar

—Es un don

Seguimos en silencio, hasta que de su mochila saco un comic de Super Man

—¿Llevas comics a la escuela?

—¿Qué puedo decirte? No has ido y me aburro, además nadie me soporta tanto como tú y sigo sin saber cómo lo haces. — me vio haciendo una mueca.

—Es un don — copié sus palabras y reímos — y oye, no seas dramático, mañana regreso al infierno

—No te enojes nena, estarás conmigo —guiño un ojo y abrió su comic recostándose en el tronco del árbol.

Me quedé perdida en mi mente y pensé en lo mucho que quería a los raros de mis amigos, ¿Qué sería sin ellos?, posiblemente estaría tirada lamentándome por cualquier cosa, lo seguía haciendo pero solo las noches que no podía dormir. Era raro, me cambiaron hasta el punto de hacerme dormir, Eddie junto con Ben insistieron demasiado en que reacomodara mi horario y extrañamente función…bueno, algo así. A lo que iba, creo que le dieron luz a mi vida, me importa una mierda si suena cursi, pero son mi felicidad.

En mi vida siempre hubo comentarios los cuales desearía borrar de mi memoria, sin embargo, los idiotas de los chicos me hicieron no enfocarme en eso. Grandes personas sin duda.

—¿Qué tanto piensas? — no despego su vista del comic, pero vi como frunció el ceño.

—En nada —me encogí de hombros y me acerque más a Richie para poder acostarme en sus piernas. Me vio raro — estoy cansada —asintió y volvió a su lectura.  Me acomode de lado, dándole la espalda al cuerpo del bocazas. Estaba tranquilamente a gusto, era cálido el ambiente que se podía crear con el pelinegro, si, a veces no se callaba pero también había veces donde se dedicaba a leer y guardar sus comentarios, como ahora.

𝐒𝐂𝐀𝐑 - 𝐑𝐈𝐂𝐇𝐈𝐄 𝐓𝐎𝐙𝐈𝐄𝐑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora