Cap.8 "Sexo, dinero y amor".

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Un silencio denso e insoportable se formó en la habitación. Todos nos mirábamos los unos a los otros, pensando que decir o quizá no queriendo decir nada al mismo tiempo. Mis ojos pasaron por todos, pensando que podía estar frente a un asesino. Tragué con fuerza y decidí no mirar a mas nadie, mirando mis pies descalzos.

—Yo no fui —dijo Tomi encogiéndose de hombros con una sonrisa, logrando que por fin todas las miradas vayan hacia una sola persona.

—Por supuesto que no dirías lo contrario de haber sido tu —le espetó Zaira, cruzando una pierna sobre la otra. Heros soltó una risa y dejó de hacerlo cuando todos lo miramos.

Ahora tenía sentido porque nadie quería confiar en nadie. Quizá todas las personas que me habían dicho que no confiara en alguien, sospechaban que algo así podía suceder. O, me decían que confiara en nadie porque tal vez conocían al asesino, pero no podían decirlo.

—Es una locura que creamos que alguno de nosotros pudo asesinar a Adeline —acotó Ámbar negando con la cabeza, algo asustada de creer en la idea de que dormiría bajo el mismo techo que un criminal.

—¿Se te ocurre una mejor idea? —le preguntó Seth, apoyándose contra la pared.

—Yo creo que deberíamos relajarnos y pensar otra teoría —sugirió Ian—. Recuerden como es, o bueno, era Adeline. Queriendo a todos en contra de todos, pero siempre a su favor. No me sorprendería que en realidad estuviese viva y hubiese planeado esto para que nos descosiéramos la cabeza aquí dentro por lo que haya sucedido entre nosotros y ella.

Asentí con la cabeza, creyendo en esa posibilidad. Vagué mi vista por todos, analizándolos.

Mi primer punto fue Zaira. Yo definitivamente no le caía bien y pues, el sentimiento era mutuo. Pero había sido muy sospechoso que hurgara en mis cosas apenas llegué. Tal vez intentaba buscar si yo tenía información sobre algo que le dijera que hacia aquí, o tal vez quería saber si tenía pruebas de que ella era la asesina. Interesante.

Entonces en el suelo, estaba Tomi. El era quien mas palabras me había dicho desde que llegué y aunque no confiaba del todo en el porque no lo conocía, era a quien salvaría de un incendio. Me había contado toda la historia de como fueron llegando a la casa, pero podía ser una muy buena táctica para ganar la confianza de la nueva.

Sentada en la cama, Ámbar se mordía las uñas. Ella era muy tímida como para dañar a una mosca, pero si era un poco extraña cuando liberaba lo que pensaba, como con mi cuaderno. Tal vez y era la mejor faceta que podía inventar para quitar cualquier imagen de asesina.

Ian no parecía un asesino, pero no iba a firmar en ningún lado. Había tenido una actitud un poco arrogante cuando lo conocí, lo que no me indicaba que era una buena persona pero tampoco podía marcarlo como asesino, el también me había dicho que no confiara en nadie. ¿Acaso el sabia que esto pasaría?

Después estaba Heros, el si me intimidaba un poco y podía ser el más parecido físicamente a un asesino, pero no tenía pruebas. Tal vez solo era un idiota con músculos y no tenía nada que ver, pero que quisiera tener el control de todo, no servía para nada al intentar verlo como inocente en este caso.

Yo conocía a Seth desde que era un pequeño niño. No podía ni imaginar que el chico frente a mi seria capaz de asesinar, pero yo conocía a Adeline y sabia que causaba ese efecto en las personas. Además, no sabia su historia, así que no podía descartar a Seth de la lista de culpables solo por haberlo visto hace años.

Y por ultimo, Zarek. Mi niño hermoso que yo no es niño pero sigue siendo hermoso. Al menos, para mi. No se dejen engañar, aunque yo moría por el, Zarek no es el chico por el que te volteas a ver en la calle ni mueres por tener. No estaba buenísimo ni las chicas se peleaban por el. No era rubio de ojos celestes, ni cabello lacio con ojos grises. Pero nadie podía negar que tenía la sonrisa con hoyuelos mas hermosa del mundo, esa que me sacaba de la tristeza. El tenía sus propios encantos, pero tenía una chispa que lo caracterizaba. Muchas veces había pensado que tal vez Zarek no era para nada así, que yo lo veía de esa forma por estar enamorada, pero sabia que mas chicas veían sus encantos particulares. Era interesante, atento y lograba penetrar tu mente. Y si, a veces era fastidioso, a veces intolerante y poco demostrativo cuando quería.

ZarekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora