Otros cinco años después...
Mis dedos se mueven sobre el teclado a la velocidad de la luz, completamente concentrada en las letras que veo aparecer de a una en la pantalla. Estoy inspirada, porque se que estoy llegando al final del tramo.
El café, que humea en la taza hace media hora atrás, ha logrado calentarme el cuerpo de la tarde fría de invierno. La manta cubre mis piernas, las cuales solo tienen unas medias que llegan hasta mis rodillas. Un sweater cubre el resto de mi cuerpo porque tengo la calefacción encendida.
Oigo unas llaves detrás de la puerta pero no me detengo, si lo hago por un simple segundo, perdería la concentración o la inspiración. La puerta se abre y se cierra, dejándome saber que Zarek ha vuelto.
—¿Nita? —pregunta dejando las llaves en el cuenco de la mesa como siempre.
—¡En el cuarto! —respondo tomando un poco de café que he dejado pero escupiéndolo dentro de la taza al darme cuenta que ya esta helado. Zarek entra dejando su mochila en el suelo.
—¿Cómo estás? —Se acerca a mí, gateando sobre la cama y besando mis labios.
—Bien, estoy por terminar de escribir el último capítulo —digo dejando la laptop a un lado.
—Me alegro mucho, pero no te preguntaba a ti —bromea con un poco de culpa.
Afilo mis ojos en él, cruzando mis brazos sobre el pecho. Él lo deshace y quito mis brazos de su vista para acercarse a mí estomago.
—Te preguntaba a ti, bebé —dice acariciando mi panza.
—No va a contestarte hasta dentro de ocho meses. —Me rio, enterrando mis dedos en su cabello.
—Lo sé pero quiero que conozca la voz de su padre. —Me sonríe y no pudo evitar apretar su mejilla con ternura. —Quiero que desde el principio sepa que cuenta conmigo y que no voy a dejarlo solo, nunca.
Un destello de esperanza crece en sus ojos, sabiendo que se trata de su verdadero padre en el fondo. Me había dicho muchas veces que siempre quiso ser el padre que nunca tuvo y fue algo que me conmovió por completo.
—Te amará, tanto como yo te amo. —Sonríe y se acerca para besarme una vez más.
—¿Ya está listo para enviarlo a la editorial? —pregunta abrazándome y sacando un chocolate pequeño de su bolsillo para entregármelo.
Le sonrio tomándolo y dándole un beso corto en la mejilla.
—Bueno, todavía no. Pero lo estará esta noche cuando escriba el epílogo —respondo abriendo el chocolate y dándole un mordisco para compartirle.
—Llegarás lejos, estoy seguro —me anima, debido a la difícil semana que tuve hace poco.
La misma semana que me enteré que estaba embarazada, había sido rechazada por siete editoriales. Lo que me dejó en una pequeña depresión, queriendo dejar el libro y dedicarme a buscar un empleo para que Zarek no tuviese que costear solo a nuestro futuro hijo. Pero él me animó, me ayudó a salir de ese pozo oscuro en el que había caído por siete días que parecieron un año.
El viernes por la tarde, preparó tazas de café cargados junto a unos biscoti cubiertos de chocolate (uno de mis primeros antojos) y me hizo sentarme junto a la chimenea para leerle todo mi libro. Antes de empezar dijo que le encantaba, a lo que refuté diciendo que aún no había leído ni una palabra. Al terminar de leerlo, excepto el epílogo porque aún no lo había escrito, dijo "te lo dije, me encanta. Porque confío en ti y todo tu potencial. Haz lo mismo y no te dejes vencer. Estoy y estaré siempre aquí para ti."
—No lo sé, no es una historia típica de romance. Tal vez se venda un poco pero no creo que tenga un éxito explosivo.
Zarek toma mis mejillas y me hace mirarlo, se acerca un poco mirando mis ojos fijamente. Supe que sea lo que estaba por decir, es cierto.
—Es nuestra historia. Yo la leería por siempre.
Se acerca para enlazar sus labios con los míos mientras me pregunto si Zarek me amaría igual si supiera la verdad. Si me besaría igual después de haberle ocultado mi gran secreto. Y no, no me refiero a que estaba enamorada de él hace muchos años atrás. Sino a ese otro secreto que nadie sabe. A Adeline la mataron en un accidente, pero en realidad había alguien más intentando asesinarla.
Me pregunto si Zarek seguiría conmigo cuando supiera que en realidad la asesina, de la que Adeline Berry tenía miedo, porque sabía que iba a ir por ella, todo este tiempo siempre fui yo.
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Zarek
Novela JuvenilNita Fields lleva la vida de una niña normal. Todo cambia radicalmente cuando su mejor amigo Zarek Black, obligado por su madre, lo arrastra fuera del país alejándolo de ella. Años más tarde, ambos se reencontrarán en circunstancias un poco precipit...