Creo que fueron casi tres minutos en los que mi madre me abrazó, me zamarreó y me besó por todos lados. Sabía que ella aún me veía como una niña y yo no me quejaba en ese momento. La había extrañado demasiado para quejarme de lo vergonzoso que se veía.
Entonces pude ver cómo mi tía Tara casi asfixiaba a Seth y Zarek al mismo tiempo, abrazándolos por el cuello. Besando sus mejillas y sus frentes, como cuando tenían nueve y once años. Zarek era un poco más alto que ella y cuando la abrazó, ella enterró su rostro en su pecho cerrando los ojos y soltando unas cuantas lagrimas.
Un hombre que no conocía abrazaba a Ian con fuerza. Él se lo devolvía mientras se mecían de un lado al otro. Supuse que ese era el tío Óscar que habían mencionado en la casa, el hermano de Tara.
—Vamos a casa, hija —susurró ella entra lagrimas, ahuecando mi mejilla.
—Si, solo quiero... —dije observando a Zarek.
Él sintió el peso de mis ojos y volteó a verme. Se alejó de su madre y caminó hacia mi. Mi mamá notó que yo observaba algo detrás de ella y se giró.
—Oh, por Dios. Zarek —musitó con las manos en la boca, sin poder creerlo.
—Hola tia Sandy. —Le sonrió él cuando ella se acercó a abrazarlo.
—Mira cómo haz crecido —dijo ella, pasando sus brazos por sus hombros—, estás muy guapo.
Él me sonrió con nostalgia y noté una presión en mi muñeca.
—¿Nita? —preguntó una voz que conocía—. No puede ser, estás hermosa.
Mi tía Tara se tiró sobre mi en un abrazo familiar que agradecí. Estaba teniendo demasiado con todos estos encuentros y necesitaba poder llorar sin que nadie lo supiera.
—Te extrañé tía Tara —sollocé intentando tragarme las lagrimas.
—Yo a ti, mi niña bella. —Ella besó mi frente y tomó mi mano para hacerme dar una vuelta. —Eres toda una mujercita. —Le sonreí limpiando mis lagrimas.
Zarek apareció detrás de ella y le dijo que Ian quería saludara. Ella asintió y caminó unos cuantos pasos lejos de mi. Veía a Óscar hablando de quién sabe con Ian mientras que mi madre asfixiaba a Seth en un abrazo.
—No puedo creer que esto terminó —susurré con la voz algo quebrada.
—Esto no ha terminado —dijo tomando mi mano y dando un paso hacia mi—. Esto acaba de empezar.
Le sonreí y no pude evitar que mi corazón se acelere cuando se acercó para besarme. Sus labios capturaron los míos sin importarle nada. Me acerqué un poco a él y separó nuestros rostros para poder abrazarme. Me aferré a él, sabiendo que no lo vería hasta que él pudiese venir de visita a Barcelona o yo pudiese ir a Cádiz.
—¿Qué les parece —interrumpió mamá acercándose a nosotros— si invitamos a los Black a comer a casa? —preguntó con una sonrisa de satisfacción, que me dejaba en claro que había visto nuestro beso.
—Eso es muy amable Sandy pero no queremos molestar —dijo Zarek con una mueca.
—Tonterías —intervino Tara, acercándose a la ronda—. Podemos quedarnos todo el día en Barcelona. —Le sonrió ella, apretando la mejilla de su hijo mientras Zarek la miraba con cara de "¿qué mierda sucede?".
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Zarek
Novela JuvenilNita Fields lleva la vida de una niña normal. Todo cambia radicalmente cuando su mejor amigo Zarek Black, obligado por su madre, lo arrastra fuera del país alejándolo de ella. Años más tarde, ambos se reencontrarán en circunstancias un poco precipit...