La televisión era realmente aburrida, todos los canales hablaban portugués y las películas que tenían substitutos en español eran insulsas para Ian, quien no dejaba un canal por mas de tres segundos. Estaba sentado con los codos apoyados en sus rodillas, como si examinara cada imagen frente a él.
—Ya hombre, deja algo antes que des la vuelta —dijo Heros, propinándole un manotazo en el hombro. Él pasaba por allí y se detuvo a contestar un mensaje de texto.
—Tarde, ya está dando la segunda vuelta —contestó Zarek, desplomado sobre el sofá en la misma posición vaga que yo.
Yo había sido la primera en llegar hacía casi media hora, solo decidí desplomarme aquí porque nunca solía estar la sala vacía y aproveché que tenía el sofá para mí sola. Ian fue el segundo en sentarse, interrumpiendo mi bello silencio prendiendo la televisión. Zarek llegó de su paseo por la isla luego de diez minutos y se desplomó al otro extremo del mueble, lo más lejos posible de mi.
—Ya Ian. —Me quejé logrando que los tres me miraran sorprendidos. Le arrebaté el control de las manos y apagué la televisión frustrada para dejar el mando a mi lado. —Yo estaba aquí primero así que es mi decisión que canal ver.
Me acomodé en mi lugar, cerrando los ojos y disfrutando de los rayitos de sol que entraban por el ventanal, calentando el sector del sofá donde yo estaba.
—Pero le apagaste —dijo Heros confundido por mi arrebato y mi oración.
—Exacto. Elijo no ver nada —expliqué con una sonrisa falsa y pude jurar que quien se rio fue Zarek.
—Aburrida —contestó Heros para irse de la sala caminando hacia algún lugar que no distinguí pero pude oír sus pasos.
—¿Entonces qué? —Abrí los ojos cuando Ian pasó su brazo detrás de mis hombros. —¿Aceptas una cita conmigo? —preguntó él y pude ver cómo Zarek nos miraba confundido.
—¿Cuando accedí yo a eso? —Me reí de lo patético que era su intento de coqueteo.
—Pues no acabas de decir que no. —Sonrió con todos sus dientes y pude ver al chico detrás de él revolear los ojos.
—Tampoco he dicho que si. —Bajé la voz para que Corina no oyera si estaba por ahí. —Ian, alguien aquí dentro puede ser él asesino de una adolescente y me estás preguntando si quiero tener una cita en... ¿dónde? ¿la terraza? —pregunté irónica y el abrió los ojos algo sorprendido.
—¿Entonces te veo allá arriba?
Zarek revoleó los ojos una vez más pero esta vez, dejando salir un gruñido de sus labios. Se inclinó hacia adelante y apoyó sus codos en sus piernas, observándonos, metiéndose deliberadamente en nuestra conversación.
—Ian, no fastidies —dijo con un todo de advertencia y cansancio a la vez.
—¿Quién eres? ¿Mi madre? —respondió riéndose cuando él le dio una mirada de odio.
—Le diré a mi tío Óscar lo que haces aquí. —Lo señaló divertido.
Ian tomó un almohadón a su lado y se lo aventó a la cara. Lo vi volar frente a mis ojos y esperé que no tumbara ningún mueble porque Ian era flaco, pero parecía tener fuerza.
—No si le digo a primero a mi tía Tara. —Se rio.
Zarek amagó para levantarse e ir por él, pero Ian salió corriendo escaleras arriba rápidamente antes que estuviese de pie.
¿Tía Tara? O sea... ¿La madre de los Black?
—¿Tara... tu madre? —pregunté sin entender, metiéndome deliberadamente en su conversación.

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Zarek
Novela JuvenilNita Fields lleva la vida de una niña normal. Todo cambia radicalmente cuando su mejor amigo Zarek Black, obligado por su madre, lo arrastra fuera del país alejándolo de ella. Años más tarde, ambos se reencontrarán en circunstancias un poco precipit...