3 años después de que Oikawa armara un grupo de Whatsapp con los otros setters que habia conocido, y se volvieran muy unidos. Todos terminan en la misma ciudad, estudiando diferentes carreras, ¿Qué puede llegar a pasar ahora que todos están juntos...
No puedo creer que realmente lo hice... Ayer pase un día increíble con Wakatoshi, casi como en preparatoria. Hicimos muchas actividades juntos, eh incluso me invito a cenar, y todo fue maravilloso...
Hablamos de muchas cosas, y hasta lo hice reír. Entonces, el ambiente se puso extraño... y lo besé... ¡¿Cómo pude besarlo?! ¡¿En qué diablos estaba pensando?! Para colmo, salí corriendo sin decirle nada, y temo lo que puedan recomendarme mis amigos...
Los siguientes días, me la pase evitándolo. No es que no lo quiera, pero ya una vez las cosas salieron mal... y a como es él, eso podría volver a suceder. Ya solo nos quedan dos días en el crucero, supongo que tratare de no separarme de mis compañeros y ya. Nada malo puede pasar si estoy con ellos, al menos eso creo.
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Estaba caminando hacia el camarote, cuando la voz de mi kohai me hizo detenerme.
- ¡¿Cuál es tu maldito problema?! ¡Ya déjame en paz! -Shirabu rara vez se molesta tanto.
-Es que no me gusta verte con él, ¿por qué tienes que estar a su lado siempre? -Ese sin duda es Goshiki. Esto no es bueno.
Me acerque más hacia el pasillo de donde venían las voces, y ahí estaban mis dos kohais.
- ¿Qué más te da con quien paso mi tiempo, Tsu? No es como si fuéramos algo. -Uh, eso debió dolerle a Goshiki.
-Pero antes fui algo para ti. -Le reclamo, obviamente sin rendirse.
-Sí, y te recuerdo que fuiste tú quien acabo con lo que tuvimos. -Mi kohai tiene la lengua bastante afilada hoy.
-Lo sé. Aun así, ¿es tan necesario que pases todo tu tiempo con él? Yo creo que no. -Goshiki nunca cede...
- ¡No puedes decirme con quien salir! ¡No eres nadie! -Shirabu se está alterando, y sus manos están cerradas en puños.
-Por favor, Shi. Si tan solo me dieras otra oportunidad... -Goshiki suena resignado ahora.
- ¿Para qué? ¿Para que puedas romperme el corazón de nuevo? No, gracias. -Mi kohai realmente sufrió mucho por él...
-Sabes que no quise hacerlo. -Creo que es hora de que me meta o las cosas pueden terminar muy mal.
-No te creo. Y no te daré otra oportunidad, así que aléjate. -Mi kohai mantenía la mirada en el piso.
Vi como Goshiki estaba por alcanzar su brazo, y antes de que pudiera, yo jalé de él, alejándolo de mi kohai, y situando a este detrás de mí.
-Goshiki, creo que Shirabu te pidió que te vayas, mejor hazlo. -Le advertí, y me llevé a mi kohai hasta los camarotes.
Una vez dentro, mi compañero se tiro sobre su cama, y abrazo su almohada.
-Gracias, sempai. -Musito.
- ¿Estás bien? -Le pregunte.
-Supongo. -Me contesto. - ¿Por qué ahora? Finalmente estaba logrando olvidarlo, y aparece pidiéndome perdón como si con eso arreglara todo. –
-Ya sabes lo inmaduro que es. -Trate de consolarlo. -No le hagas caso y listo, ¿o acaso aún sientes algo? –
-No lo sé. -Mi kohai suspiro. -Fue mi primer amor... pero me hizo tanto daño. No quiero que vuelva a pasar. –
-Sí, sé como te sientes. -Me acosté a su lado, y pasé uno de mis brazos por su cintura.
- ¿A qué te refieres? -Me cuestiono, dándose la vuelta para verme, aunque por la estatura quedo con la cabeza en mi pecho.
-El día que Wakatoshi me invito a cenar... lo bese. -Le conté. Se ve sorprendido. -Y luego hui... y ahora lo evito a toda costa...-
Admitir lo que hice no es fácil, mucho menos a mi kohai. ¿Qué clase de sempai soy al darle ese ejemplo?
- ¿Por qué? Si te gusta, ¿no deberías darle una oportunidad? -Shirabu me miro con confusión.
-Tengo miedo de que vuelva a lastimarme... -Admití, y mi kohai asintió. -Yo...construí un muro en mi corazón después de la primera vez que me rechazo... y ahora, tengo miedo de que, al dejarlo entrar en él, vaya a hacerme daño de nuevo...-
-Bueno, si todo sale mal, siempre estaré aquí para ti. -La sonrisa de Shirabu siempre es muy linda.
-Igual yo si quieres regresar con Goshiki en algún momento. -Ambos nos abrazamos.
No sé por cuanto tiempo estuvimos abrazados, pero en algún momento nos acabamos durmiendo. Despertamos por el ruido de una cámara, y obviamente nuestros amigos setters estaban sacándonos fotos mientras dormíamos.
No sé que más nos depare este viaje, pero al menos, sé que Shirabu siempre estará conmigo, igual que esta bola de locos setters.
