Ni en Francia nos podemos librar de ustedes

2K 233 74
                                    

(Suga)

Bueno, eh de decir que me divertí mucho en el crucero. Hice toda clase de actividades, tuve unos momentos muy románticos con Daichi, y me reí muchísimo con mis amigos, pero obviamente, todo eso tenia que terminar... o eso creí.

Baje del crucero dispuesto a despedirme de mi novio y verlo recién cuando regresara a Miyagi. Sin embargo, parece que el destino nos tenía preparada otra cosa, lo cual, no estoy seguro de si fue karma u obra de alguien en el cielo que enserio odia a mis amigos.

Aka, Ken, Kags y Sem se la pasaron todo el viaje por mar huyendo de Kuroo, Bokuto, Ushijima e Iwaizumi, y apenas si disfrutaron de las actividades. Y yo sentí algo de culpa, puesto que, si no le hubiese dicho nada a Daichi, quizás esto no hubiera pasado.

Por otra parte, Tooru se paso casi todo el viaje al lado de Tendou, y siempre que me los cruzaba, los encontraba riendo y abrazándose muy cariñosamente. A mi amigo no le falta mucho para aceptar que se enamoro del bloqueador demente...

Shi, me sorprendió bastante al pasar casi todo su tiempo con Yamagata, pero supongo que habrá tenido sus razones, de las cuales, una de ellas tenia nombre y apellido: Tsutomu Goshiki. Ese chico enserio que no se rinde... y no sé si eso es bueno o malo...

En fin, después de desembarcar, tuvimos que tomar un micro a Estrasburgo, en el cual, nos divertimos tomando fotos, y después de unas horas, ya habíamos llegado a nuestro destino.

Imagino que la principal razón de que una limosina nos esperara cuando bajamos del autobús, fue que Ken quería presumir ante nosotros y ante Kuroo, quien no dejó de molestarlo en todo el viaje, hasta que Tooru amenazo con tirarlo por una ventana.

Yo me despedí de Daichi antes de subir a la limosina, y una vez dentro, me olvidé de él, al maravillarme por como era su interior.

- ¿Soy el único al que este auto le recuerda los carros fúnebres? -Nos cuestiono Ei, y en cierta forma, tiene razón...

-Ei-chan, no pienses en cosas tan deprimentes. -Le espeto Tooru.

-No puedes negar que no tiene razón...-Acotó Ken, mirando por la ventana, sentado sobre el regazo de Aka.

La limosina era grande, pero por alguna razón, a Ken siempre le gusto sentarse arriba de nosotros, y nunca nadie le objeto nada. No estoy muy seguro de por qué, sin embargo, a ninguno parece molestarnos que él se nos siente encima.

 No estoy muy seguro de por qué, sin embargo, a ninguno parece molestarnos que él se nos siente encima

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El transcurso en auto fue divertido. Todos mirábamos por las ventanas y comentábamos los lugares a los que queríamos ir. Entonces, llegamos a la casa de verano de Ken...

Bajamos de la limosina, y nos quedamos sin palabras. Más que una casa, lo que la familia de Ken tenía era una mansión enorme. Unos sirvientes salieron a recibirnos y se llevaron nuestras maletas, mientras nosotros contemplábamos el lugar.

- ¿Les gusta mi casa? -Nos pregunto nuestro amigo.

- ¿Casa? Eso es una mansión...-Le respondió Shi.

-Envidio tu riqueza, gatito. -Dijo Ei, sin apartar su vista del lugar.

-Ken-chan, tienes mucha suerte. -Comento Tooru.

-Esperen a ver la parte de adentro. -Se río nuestro amigo.

Todos estábamos ansiosos por entrar, cuando la frenada rápida de otra limosina capto nuestra atención. Frente a la mansión siguiente, el auto se había detenido con un chirrido muy fuerte, y todos volteamos a ver.

Creo que nadie se esperaba que las personas que bajaran del vehículo, fueran justo Kuroo, Bokuto, Ushijima, Sakusa, Tendou, Iwaizumi, Goshiki y Daichi.

Un aura furibunda salió de mis amigos, quienes se acercaron rápidamente a los recién llegados.

- ¿Qué hacen ustedes aquí? ¿Nos están siguiendo? -Pregunto Ei, bastante enojado.

-No, vinimos aquí de vacaciones. -Le respondió Bokuto. -Es solo una coincidencia. –

-Y está es mi casa. -Acotó Kuroo, señalando la mansión.

Creo que nunca se me había puesto la piel de gallina tan rápido, como en el momento, en que note un aura muy oscura salir de Ken, y ver como tenia las manos cerradas en puños, y un tic nervioso en el ojo derecho.

- ¿Qué? -Murmuro, y yo retrocedí con el resto de mis amigos.

-Sí, está es la casa de vacacionar de mis padres. -Le contesto Kuroo, también dando un paso atrás.

- ¡¿ES QUE NI SIQUIERA ME PUEDO LIBRAR DE TI SALIENDO DEL PAÍS?! -El grito de Ken debió escucharse hasta por lo menos cuatro cuadras. - ¡¿CÓMO ES POSIBLE QUE HASTA EN FRANCIA SEAS MI VECINO?! ¡NO ES JUSTO! ¡TODOS NOSOTROS VENIAMOS AQUÍ PARA HUIR DE USTEDES! –

Ken estaba rojo de ira, y parecía a punto de lanzarse sobre Kuroo...

- ¡PAPÁ! -En su lugar, grito eso y corrió hacia nosotros.

Honestamente, creo que Tooru ya se resigno a que, en momentos de problemas, alguno de nosotros termine aferrado a él como un koala. Esta vez fue Ken quien lo hizo.

-Ken-chan, tranquilo. Ya, papá esta aquí. -Lo arrullo Tooru. - ¡Kuroo-chan, deja de molestar a mi bebé! –

- ¿Y qué hice yo? -Cuestiono el ex capitán de Nekoma con las manos en alto.

-Existir. -Aka también se ve bastante enojado. -Vámonos. –

Todos los setters nos dimos media vuelta, y entramos en la mansión de nuestro amigo. No apreciamos mucho la belleza de la casa de Ken durante las primeras dos horas, ya que, estábamos ocupados consolándolo y evitando que destruyera todo a nuestro alrededor, pero después... recorrimos cada rincón de la mansión.

Nos acomodamos en nuestras habitaciones, y planeamos los lugares que visitaríamos mañana. ¡No puedo esperar a pasear por Estrasburgo!

Team of Setters: Familia por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora