Capítulo 4

21.2K 1.4K 873
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Había cosas que no le he comentado aún a mi familia. Saben que formé parte de un grupo delictivo en mi anterior hogar, pero no saben de lo que fui capaz de hacer en esos tiempos. Tengo que admitir que incluso tuve que vender cosas ilegales para mantenerme con vida, además de hacer actos vandálicos. No solo se trata de grafitear las paredes en las calles, eran cosas más arriesgadas que algunas casi me cuestan la vida, incluso algunos problemas que pudieron llevarme a prisión. Por suerte no sucedió.  

¿Qué si estoy arrepentido? Claro que lo estoy. Pero desgraciadamente son cosas que no puedo borrar tan fácilmente de mi mente, mas bien es algo totalmente imposible por más que quisiera, pero seguro que lo puedo superar, o al menos eso pienso.

Esa fue una de mis metas al momento de regresar, además de concluir mis estudios e ir a la universidad es algo que en verdad deseo con todo mi ser y lo voy a cumplir. Si mis padres estaban decepcionados de mí por mis decisiones —refiriéndome a que fui un delincuente— al menos quiero que se sientan orgullosos de lo que haré en el futuro. 

Los días para regresar a la preparatoria y cursar el último año cada vez eran menos. No niego que estoy un poco nervioso con lo que sucederá, ya que soy "nuevo" y no conozco mucha gente en esta ciudad, solo a unas cuantas personas sin contar a mi familia. Esto es totalmente desconocido para mí y solo espero que la suerte esté de mi lado ese día. 

Durante mis primeros días en San Diego estuve ocupado desempacando todo lo que había en las maletas y tratando de darle una forma a mi habitación, poco a poco se veía mejor que antes y por suerte tenía la ayuda de Pete. Aunque es un poco quejoso accedió a brindarme su ayuda, mejor dicho le pedí que lo hiciera, ya que era demasiado lo que tenía que poner en su lugar o tratar de encontrar alguno en específico.

Cuando llegué me imaginaba una habitación completamente blanca, pero fue todo lo contrario. En cuanto entre noté que la habían pintado de color gris, uno de mis colores favoritos, y las repisas eran de color negro. Mi familia conoce mis gustos demasiado bien. 

Martes a medio día, realizaba unos últimos retoques a mi habitación. Mientras me encontraba revisando cada uno de mis discos llegó Pete a mi espacio personal.

—¿Qué tanto haces? ¿Aún estás entretenido con todo eso? —cuestiona al momento de entrar y ver detalladamente cada uno de los discos que tenía esparcidos por el suelo.

—Son mis discos —respondí mientras le mostraba uno de Nirvana—. Estos bebés necesitan un lugar especial en esta habitación, pero siendo sincero no sé en donde colocarlos —mencioné al mismo tiempo que veía alrededor. 

Esta habitación es más amplia que la que tenía en Sebastopol, incluso puedo decir que quedaran algunos espacios vacíos. 

—Vaya... —expresa, se acerca a donde me encuentro y toma uno que es de mis favoritos—, el disco de Rage Against the Machine, el primero en su carrera. The Offspring, Bad Religion, ¡demonios! Tienes joyas en esta colección, entonces comprendo que quieras colocarlos en un buen lugar.

Roces accidentales [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora