Capítulo 5

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Elena


Martes por la mañana después de la celebración del Día del Trabajo. Hoy es el primer día de clases, hoy inicia el último año en la preparatoria. Se supone que debería de sentirme con demasiado entusiasmo, pero está sucediendo todo lo contrario. 

Estos tres meses de vacaciones había estado la mayor parte fuera de California visitando a mi abuela paterna en Dallas, Texas, desgraciadamente eso llegó a su fin. Es hora de retomar la rutina de todos los días. 

Mi alarma sonó a las seis en punto, tenía mi cabeza hundida en la almohada y, sin abrir los ojos, buscaba mi teléfono en la mesita que se encuentra justo a lado en torpes intentos de tomarlo y que al final tiré al suelo. Genial, al menos no se dañó. Me senté en el borde de mi cama viendo hacia la nada, me es un poco difícil despertar a esta hora ya que casi todas las vacaciones despertaba demasiado tarde, lo máximo fue casi a la una de la tarde.

Me puse de pie y caminé hacia la ducha para empezar la rutina matutina que volveré a tomar de ahora en adelante. Después de varios minutos, un setenta por ciento de mi cuerpo se encontraba despierto, el treinta restante necesitaba una taza de café para poder empezar el día al cien.

Bajé a la cocina para tomar el desayuno y así poder comenzar con la rutina que había dejado hace tres meses. Me encontré en el comedor con mi familia tomando en mismo asiento de siempre. 

—Ten cuidado, está caliente.

Mi madre, la señora Esther, habla y no le puse demasiada atención ya que, como lo dije, aún me encontraba un poco adormecida. Tomó la taza, apenas doy un pequeño sorbo cuando mi lengua sufre al momento de sentir el líquido ardiendo sobre ella.

—¡Ah! ¡Está caliente!

—Por Dios, te lo dije. —Niega mientras me ve sufrir por mi pequeño incidente—. Por lo que veo aún estás dormida.

—Ya no después de quemarme mi pobre lengua. Siento como arde y creo que está enrojecida. 

Siento una lagrima correr por mi mejilla, eso dolió demasiado. Pero al menos ya estoy despierta que es lo más importante. 

—Eres una tonta, Elena.

—¡Cállate!

Como siempre, mi hermano menor Max insultándome por mis torpezas. Hoy entra a primer año a la misma preparatoria a la que voy, aunque la verdad ni lo parece, es bastante alto. Seguro tendrá a varias chicas detrás de él, aunque siempre menciona que eso no le importa, no le interesa tener una relación por el momento. Terminamos de desayunar y salimos hacia el auto de mamá, subo al asiento del copiloto y Max se va en la parte de atrás entre quejidos ya que él quería ir adelante. Para la próxima debería de ser más rápido. 

Roces accidentales [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora