Roces accidentales [Completa ✔]

Capítulo 37

ÚLTIMO CAPÍTULO

Me encontraba en total paz después de saber que asistiría a la universidad que tanto he deseado, mejor aún el saber que Pete también estará ahí además de las chicas. A final de cuentas nuestros planes salieron mejor de lo que esperábamos, los cuatro de siempre en la misma universidad.

Las semanas pasaron demasiado rápido, sin percatarme de eso me di cuenta de que hoy es nuestra graduación. Me era imposible creer que he llegado hasta aquí después de todo lo que sucedió en el último año escolar y días antes de comenzar. Jamás me hubiese imaginado que de haber sido un delincuente ahora me encuentro de camino a la ceremonia de fin de cursos. Estaba en mi habitación preparándome para este día tan esperado, tengo que admitir que me es raro tener que vestir con una camisa blanca de botones, pantalón negro y zapatos relucientes, me sentía como un maniquí de aparador.

—¿Estás listo? —escucho a Pete entrar a mi habitación, por su parte el lleva una camisa gris y un pantalón del mismo color que el mío.

—Claro, solo estaba revisando que no faltara algún detalle en especial.

—Oye, ¿acaso no vas a usar corbata? —pregunta mientras me ve que estoy preparándome para salir.

—No, de hecho, no me gusta usarla. Me gusta mi estilo.

—De acuerdo, en eso tienes razón.

Se sienta en el borde de la cama mientras me sigo viendo en el espejo. Por momentos siento un poco de nostalgia, sé que dentro de unas semanas dejaré esta habitación para ir a la universidad. Siempre he soñado con eso, pero no puedo evitar sentirme un poco triste al respecto.

—Pete...

—¿Qué pasa?

—¿Te imaginabas que llegarías a esto? A la graduación de la preparatoria. —Él sonríe mientras nos vemos a través del reflejo del espejo.

—Sinceramente no, creí que sería un maldito holgazán porque siendo sincero comenzaba a odiar la escuela, pero en el momento que llegaste todo eso cambió.

Lo veo un poco extrañado, doy una media vuelta para quedar frente a él. Escucharlo decir que todo cambió en el momento que llegué es algo realmente extraño, en verdad nadie me lo había dicho, bueno, Elena lo ha mencionado. Pero que lo diga mi hermano lo hace diferente.

—¿Por qué dices eso? —cuestioné un poco curioso mientras cruzaba los brazos.

—Comenzaba a sentirme aburrido de esta vida, me sentía un poco solo en la casa. Y en cuanto me entere que venías a San Diego me emocioné. Tal vez suene un poco cursi, pero es la verdad. No solo tu vida cambió cuando llegaste, la mía también, en verdad te necesitaba.