Capítulo 31

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Hace tiempo, un viejo amigo de la pandilla de nombre Riley, mencionó una vez: «hierba mala nunca muere». La mayoría de las veces siempre estaba en peligro y era cuando le daba por decir esa frase. Ahora para mí todo tiene sentido: han querido matarme y aquí sigo. Por la mañana del día siguiente sentía que me había arrollado un camión. Bien, la verdad no sé cómo se siente eso, pero seguro que debe ser igual o peor. Apenas amaneció y me fui de casa de Elena para que su madre y su abuela no me vieran en el estado que me encontraba, el cual era fatal. Ahora, el problema fue llegar a casa de esa manera. Claro, mi madre se asustó por como me vio y tuve que mentirles que me habían asaltado —ridículo, lo sé—, lo cual por increíble que parezca lo creyeron.

Pero eso no fue todo. 

La semana en la escuela era un reto más; la mayoría de los estudiantes me observaban preocupados de pies a cabeza. Por suerte las heridas en mi rostro comenzaban a disminuir, todo justo a tiempo para ir a Sebastopol este fin de semana, solamente tenía unas cuantas marcas pero eran poco notorios. Además, de que tenía que hacer un plan de cómo recuperar mi auto, pensaba todos los días en las respuestas de las universidades. Cada vez estaba más cerca el saber si me aceptaron en UCLA o tendría que cumplir mi sueño en otra institución.

Como todos los días y en especial los viernes, me encontraba con los chicos en las gradas de la escuela. No puedo disimular un solo instante mi frustración por lo que tengo planeado y que tal vez algo salga mal. 

—Y bien, ¿cuándo vamos a recuperar tu auto? —cuestiona Matt mientras se sienta justo a mi lado. El entrenamiento acaba de concluir, él y Pete se acercan a donde nos encontramos Chuck y yo mientras hablamos sobre lo de esta noche. 

—Les he mencionado que ustedes no se pueden involucrar en esto, en verdad chicos —hablé mientras bebía de mi jugo de naranja. Incluso el apetito desapareció por completo de tantas cosas que he pensado en esta mañana. 

—Pero queremos ayudarte —en esta ocasión Pete es quien habla—. Ese maldito de Adam no puede salirse con la suya así de fácil. Además, de solo recordar cómo te dejó me da más rabia. 

—Gracias chicos, pero en verdad, esto es un asunto serio, no quiero meterlos en problemas —añadí mientras los veía uno a uno.

—Con más razón, nos uniremos para ayudarte en esto. Además, también estoy involucrado en todo este asunto. —Suspira—. Si no hubiera sido por mi estúpida obsesión de conseguir dinero fácil no estaríamos en esta situación. —Por lo que veo, hasta ahora Charles se siente arrepentido por todo lo que está sucediendo.

—No debes de sentirte así —me dirigí a él mientras colocaba mi mano sobre su hombro—. Además, A.J. te utilizó como anzuelo para llegar a mi, no es culpa tuya todo lo que está sucediendo. 

—Sí, aunque bueno, tal vez si es culpa tuya todo esto, pero no te sientas mal —menciona Matt y todos lo vemos al mismo tiempo.

Quiero imaginar que esto es como su venganza por lo que le dijo de Hayley cuando llegué a esta preparatoria. No lo culpo, ellos se llevan bien a pesar de que ya no son pareja, y era momento de contraatacar. 

Roces accidentales [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora